Chapter Twenty

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corrí por el pasillo detrás de Mina, sentía que estuvo ignorándome todo este tiempo, ya era miércoles y yo estaba impaciente, dos días más y era viernes.

cada vez me sentía peor, tenía que comer grandes cantidades de comida para sentirme un poco mejor, porque podía desvanecerme en cualquier momento.

Jihyo había dicho que el tiempo se acababa y que mis madres estaban cada vez más separadas. y yo, cada vez más débil.

— ¡Mina! — al fin se volteó, enfrentándome como si estuviera enojada.

— ¿que es lo que quieres? ¿acaso Chaeyoung te envió para humillarme más? — gritó colérica. fruncí el ceño.— estoy hablando de que Chaeyoung es una perra — abrí los ojos como plato y estampé mi mano derecha contra su cara.

— ¿como te atrevez a hablar de ella de esa manera? — pregunté indignada.

— es lo que se merece, y vos, vos sos una perra, igual que ella — ella siguió caminando. me quedé helada, mi propia madre me había llamado perra, alguna vez me llamó cachorrita ¿pero perra? ¿que estaba pasando? mi madre jamás hablaría de ella de esa manera, por muy enojada que estuviera ella no se expresaba de las mujeres así.

me decidí a perseguirla hasta que me dijera que era lo que estaba pasando.

— ¡Mina! — grité, entró en el gimnasio.

— ¿que es lo que quieres? — preguntó enojada una vez que estábamos dentro. me crucé de brazos.

— ¿por que dices todas esas cosas de mi y de Chae? — ella se rio como si hubiera dicho algo muy gracioso.

— ¿no has visto las fotos? — preguntó. negué con la cabeza, se sacó del bolsillo y lo tiró al piso, un sobre de manila. lo agarre y lo abrí.

en el interior había fotos de una chica con la misma ropa que mamá había usado estos últimos días. tenía el mismo porte y el mismo peinado, pero no podía creer que fuera ella, estaba besando a un chico que varias veces he visto por los pasillos, y luego en otra en un auto con un chico del equipo de fútbol, y otras fotos con diversos chicos.

— no me digas que crees esta mentira — tiré las fotos al piso.

— ¿y como no hacerlo? es ella, yo pensé que era mejor que eso, mejor que una cojida en el auto, mejor que unos besos y palabras sucias detrás de las gradas. por lo visto... estaba equivocada — suspiró y se sentó en un banco, mirando al centro de la cancha.

— no creas esto Mina, esta no es ella, no lo es — puse mi mano es su hombro, ella me miró, estaba decepcionada, triste, furiosa pero más que todo, parecía tener el corazón roto.

— ella era especial, pensé que podía confiar en ella, pensé... — su voz se quebró.

— ella no es como Jennie... ¿quién te dio las fotos? — pregunté.

— Jennie y sus amigas — gruñí.

— esas malditas zorras... Mina, ¿sabes que Jennie golpeó a Chae? — ella me miró sorprendida.

— ¿que? — se levantó.

— le dejó un moretón, lo ha estado cubriendo con maquillaje.

— por dios, ella está bien, ¿no fue grave? — estaba más que preocupada que yo, eso me demostró que le seguía importando aunque creyera que es una zorra.

— ésta bien, ha ido desapareciendo, pero su autoestima no está bien, ella está deprimida, aunque me engaña diciéndome que enfrentará a Jennie, pero no tiene las fuerzas suficientes y yo ya no sé que hacer.

— quiero ayudarla — dijo, y yo sonreí.

— entonces ve — apremié. apretó sus labios.

— ¿está en casa? —

— yep — ella caminó hacia la salida pero se giró antes de pasar por la puerta.

— lamento haberte llamado perra. no lo eres, solo estaba enojada — asentí.

— está bien, no podría enojarme contigo — ella caminó hacia mi y me abrazó, le devolví el abrazó, jamás había abrazado a mi madre, no de este modo y aunque no lo demostrara, siempre había querido hacerlo.

LA HISTORIA DE MIS MADRES » ❛SCY&MMN❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora