Like a girl; JimSu

33. Decisiones

[Park Jimin]

Cuando la profesora de estadística dio por terminada la clase y salió por la puerta del aula, el salón entero soltó un suspiro de cansancio que trataban de reprimir desde que ésta última clase comenzó. A pocos les gustaba estadística, básicamente, números, gráficas, cálculos y aburrida Seokjin de cómo surgió la estadística. Kim Seokjin, el chico que desde el primer día se convirtió en mi compañero de banca, dejó escapar un tembloroso suspiro de alivio de que éste día por fin terminara. Me daba cuenta de que ésta era una de esas materias que no parecían ser mucho de su agrado, sobre todo cuando la profesora la molestaba constantemente para que respondiera sus preguntas o pasara al frente del pizarrón a resolver ejercicios.

Parecía que hoy simplemente había estado de suerte, la petulante profesora que impartía estadística ni siquiera volteó a verle y Seokjin parecía agradecido de haber corrido con tan buena suerte.

—Entonces, es hoy, ¿verdad?— Dijo dirigiéndose a mí, mientras que al mismo tiempo se dedicaba a recoger sus útiles, asentí ante su interrogante y él volvió a hablar.— Yo creo que tu nombre estará en la lista de aceptados, ya verás. Pero en caso de que no... Sabes que en el club de arte hay mucho espacio, podrías considerarlo.

Abrazó contra su pecho el cuaderno de marquilla que no había entrado en su morral y luego, se pasó un mechón de cabello detrás de su oreja. Me sonrió con amabilidad y casi enseguida le devolví la sonrisa. A Seokjin le gustaba llevarse bien con todos, sin embargo, nunca lo había visto hablando con alguien más aparte de mí, me daba esa sensación de que se sentía más cómodo hablando simplemente conmigo, lo relacionaba a que yo había sido la primer persona con la que entabló conversación el primer día.

No me molestaba en lo absoluto, a decir verdad, también me sentía cómodo estando con él. De alguna forma, me recordaba a Jungkook, los dos eran sumamente tranquilos, Seokjin también odiaba los gritos y al igual que Jungkook, le gustaba ser amable con todos, sin importar si el resto no lo era con él. Y de alguna forma, también me nacía el querer protegerlo al igual que lo hacía con Jungkook los primeros días en la preparatoria.

—Gracias por los buenos deseos— Le respondí tras breves momentos de silencio, él sólo asintió.— Si es que no me quedo en el club de fútbol, me iré contigo al club de arte.

—Perfecto— Volvió a sonreír, pareciendo satisfecho de mi respuesta positiva ante la posibilidad de irme al club de arte en caso de que lo peor pasara, luego agitó la mano en el aire y antes de darse media vuelta e irse, agregó:— Nos vemos el próximo lunes, suerte Jimin .

Lo miré mientras se alejaba hasta desaparecer por la puerta, a veces me preguntaba cómo era posible que en tan poco tiempo lográramos llevarnos bien, no era que me molestara, al contrario, deseaba mostrárselo a Yoongi, Irene, Hyuna y Jungkook. Estaba seguro de que Seokjin sería de su agrado; al acordarme de mis amigos, inevitablemente pensé en que no había hablado con ninguno de ellos por una semana entera, ni siquiera había visto a Jungkook y eso que estábamos en la misma escuela, quizá sería buena idea que nos reuniéramos ese mismo fin de semana o el próximo, tal vez...

Sin embargo, todos mis pensamientos se vieron groseramente interrumpidos cuando un brazo de Hoseok rodeó confianzudo mis hombros, pegando su cuerpo con el mío. Solía hacerlo cada que podía o cuando yo estaba lo suficientemente distraído como para no notar sus intenciones, todo esto me parecía irritante y molesto, sobre todo cuando sabía que su verdadero objetivo al volverse tan "amistoso" conmigo, era el de acercarse a Yoongi.

Tan rápido como pude, me deshice de su incomodo abrazo. Le dediqué una mirada cargada de molestia y al igual que Seokjin, caminé en dirección a la puerta, ya que el salón por fin se había vaciado. Jung me siguió de cerca, casi podía sentir su respiración en mi nuca y su predecible ruego de "por favor, Jimin , convence a Yoongi de salir en una cita conmigo", a pesar de que ya le había reiterado en varias ocasiones que no dependía de mí y aunque fuera el caso, le seguiría diciendo que no.