7. Me estoy enamorando de alguien

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Min Yoongi

Cuando terminamos de comer, Jimin y yo ayudamos a Eunhyuk a lavar los platos, secarlos, acomodarlos y levantar la mesa. El rubio sacó de algún lugar secreto una caja de galletas de chocolate que obviamente había estado ocultando de Jimin y nos dio a comer unas cuantas. Después el castaño y yo subimos a la azotea de su casa -él había insistido tanto en que tenía algo que mostrarme que al final no pude negarme- y sólo cuando estuvimos arriba, entendí porqué Jimin me había insistido tanto en que subiéramos. Todo aquel que me conocía sabía de sobra y perfectamente bien que me gustaba mirar la luna, las estrellas y la ciudad de noche.

El sol apenas se estaba ocultando y el cielo se estaba tiñendo de colores que pasaban desde el lila, al anaranjado hasta que el cielo se nubló completamente. Era un espectáculo realmente digno de admirar, como el tiempo se detenía y la magia surgía de cada rincón, los edificios se iban iluminando poco a poco, mientras el sol se ocultaba y las estrellas comenzaban a hacer su famosa aparición. Perdí la noción del tiempo, de todo... vamos, ni siquiera recordaba que Jimin estaba parado a lado de mí; era una tarde-noche realmente agradable, era primavera pero el fresco viento nos golpeaba el rostro con suavidad y traía a mi nariz el aroma que se desprendía del cabello castaño de Jimin, el cual era mecido suavemente por la ligera brisa primaveral. En ese momento pensé que había hallado el olor más delicioso del mundo, podría haber enterrado mi nariz en su cuello y quedarme para siempre ahí.

-Es una bella vista...- Murmuré de pronto, rompiendo con el agradable silencio que nos había envuelto a ambos.

-Lo sé- Escuché que el reía suavemente y me giré a verlo, había una sonrisa en sus labios.- Sé que te gustan este tipo de cosas.

-Me sorprendiste- Admití con una sonrisa de medio lado y luego desvié nuevamente la mirada a la hermosa y alumbrada ciudad nocturna.- Estás sumando puntos, chico listo.

Le di un leve empujón y la carcajada burlona de Jimin no tardó en hacerse presente. Arrugué la frente y torcí los labios, no entendía que era lo gracioso en todo esto, ojalá fuera broma, pero realmente ese jodido idiota me estaba empezando a gustar en serio, lo cual era muy malo porque el que terminaría sufriendo sería yo.

-¿Y después que se supone que hago con los puntos?- Cruzó los brazos sobre su pecho mientras seguía viéndome con esa estúpida sonrisita.- ¿Los canjeo por una paletita o algo así?

Enarcó una ceja y yo apreté los labios, me di cuenta de lo estúpido que sonaba decir "estás sumando puntos". Y sí, realmente se escuchaba ridícula y estúpida, sin embargo mi cerebro era mil veces más rápido que el cacahuate que Jimin seguramente tenía dentro de su cráneo y pronto ideó un contra ataque del que seguro, el castaño no podría defenderse. Arrugué la nariz y fingí que pensaba en algo sumamente importante, luego chasqueé los dedos y le miré fijamente a los ojos.

-Por ahora llevas cuarenta puntos- Expliqué, sin quitar la mirada de Jimin.- Si logras obtener no sé... cincuenta, tendrás algo mejor que una paletita.

-¿Y qué es mejor que una paletita?- Alzó ambas cejas, obviamente él seguía con el sarcasmo, pero yo estaba yendo en serio.

-Un beso.

Su sonrisa burlona desapareció casi al instante y sus ojos parecieron brillar, aunque sus mejillas se tiñeron de un rojo muy claro. Yo también me sentía avergonzado, si lo pensaba con más calma... yo nunca había tenido un beso, al menos no uno real y pensar en que Jimin sería ese primer gran beso, me emocionaba mucho; nos quedamos mirándonos mutuamente, ambos avergonzados, ambos sin saber qué decir, dejando que el hueco se llenara con el ruido de las coches al pasar, o el de los aviones a lo lejos. Finalmente Jimin sonrió ampliamente, haciendo que sus ojos se le achicaran por la enorme sonrisa que me estaba mostrando en ese momento, relamió sus labios después y se apresuró en responder:

Like a girl; JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora