Capítulo 4

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Noah.

Los días siguen pasando y las cosas no cambian en lo absoluto. Con Isabella nos vamos desgastando cada vez más, además de que poco a poco parece que dejamos de intentarlo. Al mirarla, lo único que mis ojos ven es su tristeza y eso me parte el corazón cada vez más.

Intentando hacer algo he llamado a Isabella para pasar por ella a la cafetería, así que cuando por fin me desocupo del trabajo conduzco hasta allá. Siempre me ha gustado mirarla mientras ella trabaja, es adorable verla tan concentrada haciendo algo que realmente ama. Así que cuando llego al local, estaciono el auto, bajo el vidrio de mi ventana y me dedico justamente a mirarla trabajar.

Antes, Isabella estaba siempre sonriendo y brillaba mientras hacía su trabajo, la cafetería ha sido su pasión desde que la abrió hace cuatro años ya. Ahora, sólo puedo verla haciendo las cosas por obligación, ya casi no sonríe y en definitiva está lejos de ser como era hace un tiempo. Observo cómo se mueve alrededor del local haciendo distintas labores, habla con los empleados y con algunos clientes, y sólo puedo ver a una chica infeliz, sin brillo y ya casi sin vida.

Le permito a mi corazón torturarse lo suficiente hasta que Isabella y su equipo comienzan a cerrar la cafetería, en ese momento le escribo un mensaje para avisarle que estoy afuera esperando por ella. Me bajo del auto y me apoyo en él para esperar a Isabella. Poco a poco los chicos que trabajan con ella comienzan a pasar por allí, todos me saludan, aunque ninguno se para a conversar conmigo, como a veces hacen. Pasan algunos minutos, cuando Isabella finalmente sale junto a Olivia.

- Buenas tardes señoritas- saludo guardando mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón-

- ¿Qué tal Noah?- dice Olivia con una sonrisa-

- Todo bien- digo asintiendo levemente- ¿y tu Olivia?

- Muy bien- dice ella sin quitar su sonrisa- debo irme chicos

Olivia abraza por unos segundos a Isabella y luego repite la acción conmigo. Nos sonríe por última vez, antes de dar la vuelta y comenzar a caminar para alejarse de allí. Cuando Olivia ya se aleja lo suficiente, me muevo levemente para mirar a Isabella a mi lado, ella también me mira y sin decir nada la atraigo a mis brazos.

- ¿Cómo ha estado tu día?- pregunto en voz baja sin separarme de ella-

- Ha sido largo- murmura Isabella aferrándose a mi con fuerza- hemos tenido momentos con mucha gente

- Vamos a casa entonces- digo y dejo un suave beso sobre su cabeza-

Abro la puerta del copiloto para Isabella, cuando ella ya está dentro del auto lo rodeo para subirme yo también. El camino a mi departamento es silencioso. Al llegar Bella decide darse un baño, mientras yo preparo la cena. Me cambio la ropa del trabajo por unos sweatpants y me quedo sin polera, luego me pongo a cocinar.

Isabella y yo cenamos casi en silencio, sólo hablamos un poco sobre nuestro trabajo del día. Luego de lavar los platos, la acompaño con una copa de vino en el balcón. Pasan unos minutos en que estamos en silencio, ambos sumidos en nuestros pensamientos mientras miramos al frente, en vez de a nosotros, y un aire frío nos llega a donde estamos.

- Creo que la vista que tienes es mi cosa favorita de tu departamento- comenta Isabella mirando la ciudad-

- ¿Más que yo?- pregunto a modo de broma-

- Noah...- murmura Isabella mirándome con seriedad-

- Lo sé, lo sé- levanto mis manos en señal de paz- lo siento

- ¿Qué estamos haciendo?- pregunta Isabella mirándome a los ojos- ¿en qué se ha convertido todo esto Noah?

- No sé qué decirte- hablo luego de unos segundos- me encantaría tener una respuesta para darte, pero ese no es el caso

- Estoy tan cansada- Isabella suspira al mismo tiempo que sus ojos se llenan de lágrimas-

- No llores, por favor no llores Isabella- pido llevando mi mano a su mejilla- yo me siento igual o peor, mis demonios ya no me dejan dormir y ya no sé qué hacer

Abrazo a Isabella y ahora ella sí que comienza a llorar. Algunas lágrimas se me escapan mientras la tengo entre mis brazos, porque por supuesto mi corazón se rompe aún más, si eso es posible, al tenerla llorando junto a mi y esta vez no por alguna discusión o por las tonterías que salen de nuestras bocas sin querer decirlo realmente.

La dejo que se tranquilice, mientras decido que por hoy ha sido suficiente. Quería hablar con ella sobre todo el desastre en el que nos hemos metido el último tiempo, para ver si podíamos encontrar una solución, distinta a la que ha estado cruzando mi mente los últimos días, pero con ella de esta forma no puedo hacerlo, no teniendo sus ojos rotos mirándome.

Isabella se separa de mí y se va al baño. Yo llevo las copas de vino a la cocina y luego camino hasta mi habitación, poco después ella también llega hasta allí.

- Noah...- murmura ellla con voz ronca-

- Hoy no Bells, hoy no- digo suavemente interrumpiendo lo que ella iba a decir, mientras niego con la cabeza- por hoy ya ha sido suficiente. Vamos a dormir

Nadie dice nada más, así que nos vamos a la cama. Isabella no tarda mucho en quedarse dormida, pero yo en cambio por más que lo intento, no puedo. Es la primera vez que me ha dejado ver que tan rota está por todo el desastre que tenemos y en lo que nos hemos convertido. Por mucho que la ame, mi mente no deja de repetirme la idea de que debo dejarla ir durante horas.

Al día siguiente llevo a Isabella a la cafetería, como es sábado yo no tengo que trabajar. Desayunamos juntos allí y luego me retiro para poder dejarla trabajar tranquila. A mediodía llamo a Ryan para que se venga a mi departamento, necesito hablar con alguien y él como mi mejor amigo, es la persona indicada.

- ¿Entonces la vas a dejar ir?- pregunta Ryan luego de escucharme un largo rato-

- Es lo mejor, ¿no?- murmuro sintiéndome derrotado- tu sabes que ya nada es lo mismo. No puedo seguir haciéndola sufrir

- Aún no entiendo cómo no han intentado salir de toda esta situación- Ryan niega con la cabeza. Yo le doy un sorbo a mi vaso de whisky- es como si apenas comenzaron los problemas se hubieran rendido y lo hubieran aceptado así sin más

- La verdad no sé qué decirte al respecto- suspiro cuando hago una pausa- pero me gustaría cambiar mi mente, al menos un momento. Nada de esto se siente correcto, ni seguir con ella ni tampoco dejarla ir

- Ya deberías dejar de beber- Ryan me observa con desaprobación- y debes pensar bien qué harás. Piensa en ella, pero también piensa en ti hermano, estás loco por esa chica y sé que ella se siente de igual forma

Ryan me deja solo poco después. Sus palabras no dejan de repetirse en mi cabeza, así como tampoco las imágenes de Isabella siendo feliz y riendo por la vida. Tal como le dije a mi amigo, nada de esto me gusta en lo absoluto, pero Isabella se merece ser feliz, incluso si eso significa que tengo que dejarla.

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