CAPÍTULO 5 Lyana

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La habitación está exactamente igual que la última vez que estuve aquí hace unos días, salvo por qué ahora en la mesa de Momo hay un libro enorme y gordo abierto.

Ella levanta la vista de su lectura y sonríe al verme.

- Buenas tardes Lyana - me saluda.

- Hola Momo - permanecemos en silencio un rato mientras trato de buscar alguna forma de introducir el tema. ¿Cómo le pides a una desconocida que te hable de tu madre muerta? Seguimos en silencio mientras me indica que me siente y cierra el libro.

- No quería molestarte, si lo prefieres puedo venir en otro momento - le digo

- Tranquila, yo también quería hablar contigo. - me siento y volvemos al silencio.

Veo como me mira: está expectante, desea que le diga porque estoy aquí, pero a la vez, no quiere presionarme y deja que me tome mi tiempo.

Mi cabeza da vueltas, creía que tenía claro porque venía y lo que quería hacer, pero ahora que estoy aquí no estoy segura, tenía miedo. El recuerdo de mi madre vuelve a mi mente, sus ojos, su cabello, su dulce sonrisa, y de ahí saco el valor para preguntar.

- ¿Me hablarías de mi madre? -

Momo me mira sorprendida, y a la vez satisfecha, estoy segura de que es exactamente la pregunta que ella esperaba.

- Por supuesto niña, ¿Qué quieres saber? - me contesta con una sonrisa.

- Bueno... podrías empezar por contarme como la conociste -

- Bien - empezó mientras se levantaba - como sabrás tu madre no perteneció siempre al clan Artemis, antes ella formaba parte del clan de sus padres, el aquelarre Hamilton. - me explica mientras guarda el enorme libro en una estantería. - Yo era una bruja solitaria, no me gustaba mezclarme con más brujos. Por cosas de la vida, me casé con un humano, Jonathan... el hombre de mi vida. - su mirada se cristalizó y se deslizó hacia la ventana, perdida en el recuerdo - Temía que algunos de mis enemigos quisieran hacernos daño, y que yo sola no pudiera defendernos, así que nos mudamos al pueblo en el que residía el aquelarre Hamilton. Allí conocí a tu madre, cuando un día entró en la pastelería que teníamos Jonathan y yo. Era la joven más guapa que jamás había visto, pero no solo era una cara bonita, era fuerte y de un carácter indomable. Ella y su hermano, tu tío Garret, frecuentaban la pastelería. A pesar de tener una diferencia de 7 años, nos hicimos amigas. Un tiempo después tuve un problema con una Maestra ya que me había negado ha hacer una poción maldita para ella. Crystal me ayudó y se enfrentó a ella conmigo, seguramente nos salvo la vida, a mí y a mi marido. Así que cuando un año después, atacaron el aquelarre Hamilton, no dudé ni un segundo en acudir a la llamada de tu madre. A pesar de todo, el aquelarre quedó muy diezmado, y la única forma de sobrevivir fue unirse con el aquelarre Artemis. - mientras explica la historia Momo prepara algo de té y sirve unas pastas en un plato. Me entrega una taza y se sienta a mi lado. - Allí conoció a tu padre, Edward Zeith, uno de los Maestros más poderosos del aquelarre. Los cinco: tus padres, Garret, Jonathan y yo, nos hicimos muy amigos. Yo vi nacer a tu hermano, y estuve durante la mayor parte del segundo embarazo de tu madre, de hecho iba a ser tu madrina. Pero Jonathan enfermó, y murió. Y decidí marcharme con mi único hijo, necesitaba alejarme y estar sola. Crystal intentó convencerme para que me quedara. Ojalá lo hubiera hecho, quizás podría haber estado a su lado cuando Edward murió, o cuando atacaron el aquelarre Artemis. Cuando me enteré... - hace una pausa, y una lágrima cae por su mejilla.

Mientras permanece en silencio miro por la ventana y acude a mí el recuerdo de aquel día y las pesadillas que se desencadenaron a raíz de aquel momento. Me sumerjo en el odio hacia los hombres lobo que sentía desde entonces, esas criaturas tan poderosas que se creen superiores por el mero hecho de ser más fuertes, pero no lo son, solo son más sangrientas, les importa menos la vida que la fuerza, como magos, nosotros nos preocupamos por todo ser vivo que hay a nuestro alrededor, mientras que ellos buscan la muerte de otros para poder obtener más poder.

LA MAGIA QUE NOS UNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora