CAPÍTULO 6

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ROWAN

"Caminaba por una carretera, iba en mi forma de lobo. A ambos lados estaba tan oscuro que no sabia si había arboles, coches o simplemente un muro. Caía nieve del cielo oscuro, llenando mi pelaje de lobo de pequeños copos de nieve, pero yo no sentía frío alguno. Sigo avanzando durante lo que parecen horas sin llegar a ningún sitio. Y entonces a lo lejos veo una figura que se acerca. Al principio no distingo lo que es a causa de una luz brillante a mis espaldas, pero a medida que nos acercamos distingo que la figura es una humana, una chica joven.

Su rostro se ve borroso, como difuso, parece que hay una especie de pared de cristal opaco entre nosotros. La chica sigue acercándose a mi y yo me acerco a ella. ¿Será esto un sueño? Cuando estamos a solo dos metros el uno del otro, ambos nos detenemos. La nieve sigue cayendo del cielo, en el que ahora brilla una luna llena, que diría que antes no estaba. Observo a la chica ahora más clara, puedo distinguir sus cabellos platino y su tez clara, no es muy alta y me da miedo asustarla con mi forma humana, pero ella me analiza de arriba a bajo sin decir nada. Respiro profundamente y me llega un olor dulce, como a lluvia. Cierro los ojos e inhalo, me invade una sensación agradable y un calor reconfortante. Cuando abro los ojos, no se como me he acercado a ella hasta quedar a escasos centímetros el uno del otro, tan cerca que mi hocico roza su frente. Bajo la cabeza y nos miramos una vez más, sus ojos son dos esferas de piedra amatista. No me da tiempo a pensar en nada más cuando un ruido suena a mi espalda y me giro, entonces todo se vuelve negro"

El Sol aún no ha salido cuando la alarma suena a las 05:00h de la mañana. Como todos los días, me visto con un chandal y salgo a correr, aunque sería más rápido hacerlo en mi forma de lobo, disfruto haciéndolo como humano, ya que me canso más y la sensación de mis pulmones ardiendo y los músculos entumecidos es mayor, y eso resulta estimulante. Durante toda la caminata he estado dando vueltas al extraño sueño que he tenido hoy, recuerdo lo que pasaba, pero de alguna forma el rostro de la chica se difuminaba en mi mente, y no conseguía recordarlo bien. Cuando vuelvo a casa dos horas más tarde me meto en la ducha y me visto con mi típico atuendo de siempre que consiste en una camiseta negra ajustada de manga corta, unos vaqueros oscuros y unas botas de combate, también negras. Me miro al espejo y trato inútilmente de domar mi mata de pelo que como siempre hace lo que le viene en gana.

Bajo a desayunar cuando oigo que ya hay ruido en la parte de abajo de la casa. Al llegar a la cocina me encuentro con mi madre y con Greta que están preparando el desayuno.

- Buenos días madre - le digo mientras le doy un beso en la mejilla a la mujer que me trajo al mundo.

- Buenos días Rowan, ¿Sabes si tu padre ya se ha levantado? - me contesta ella.

- Ni idea, hoy no ha salido a correr conmigo. -

- Lo se me dijo que estaba muy cansado. ¿Y de tu hermana sabes algo? -

- No - le contesto negando con la cabeza y dando gracias por que ese monstruo siga durmiendo y no molestándome como de costumbre. De verdad, Emma Reynolds es el mismísimo diablo, sin exagerar, adora torturarme y gastar trastadas a absolutamente todo el mundo, cuando Emma está cerca, nadie está a salvo de sus bromas o de su lengua bífida, siempre preparada para hacer algún comentario ponzoñoso.

- Buenos días Amberly - le dice mi padre a mi madre apareciendo en la cocina. - buenos días hijo - dice después, al darse cuenta que yo también estoy en la cocina.

Mi padre, Vincent Reynolds, es un hombre serio, de hecho, el más serio que conozco. Fisicamente me parezco mucho a él, pero mi carácter es más parecido al tranquilo y sonriente de mi madre, aún que cuando me hacen enfadar puedo llegar a ser incluso más siniestro que mi padre, que ya es decir mucho.

LA MAGIA QUE NOS UNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora