capítulo cuatro

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"Menú Del Día: Insomnio y Panqueques"

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on both sides the vow was broken

oh my my, i'm the one

trying to hide this damage done

one day, all our secrets will be spoken

"ready to let go", cage the elephant

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Siempre me gustó pensar que cuesta mucho que algo me asuste

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Siempre me gustó pensar que cuesta mucho que algo me asuste. Por lo general, así era. Sabía que una mala decisión podía conllevar mucho, y las últimas veinticuatro horas habían dejado dos cosas en evidencia. La primera; siempre puede ocurrir algo peor. Y segunda, nunca podría estar preparada para cuán peor podría ser. También consideraba una tercera cosa que parecía más una ironía, tan grande como mi arrogancia: si vas a robar una joyería, tómate más que diez minutos para hacer un jodido plan.

Tomaban muchas cosas para hacerme sentir abrumada, además. Pero allí estaba: con Rachel sentada junto a mí, sosteniendo mi brazo derecho con ambas manos, haciendo muy poco esfuerzo por disimular lo mucho que estaba temblando. Las únicas palabras que había dicho en cuanto le eché una mirada inquisitiva habían sido hace frío. De hecho, habían sido las únicas palabras que pronunció desde que nos habíamos largado del edificio que, si hubiera sido por mí, estaría incendiándose en aquél mismo momento. Apenas habían transcurrido veinte minutos, pero yo no podía quitarme de encima la imagen de lo que vi cuando por fin pudimos rescatar a Rachel.

Detroit me había regalado varias experiencias desde que llegué, muchas de las cuales incluían brutales peleas callejeras y tipos desmayados en su propio vómito en callejones oscuros, sin embargo...

No sentía ningún tipo de pena, de hecho, no sentía absolutamente nada sobre el tipo que había aprisionado a Rachel para hacerle quién demonios sabe qué. Aun así, no podía dejar de recordar su cuerpo tirado en medio de un charco de su propia sangre mezclada con algo negro y asqueroso. Tampoco podía quitar de mi mente los gritos que había oído. No iba a permitir que me afectara, no se lo merecía, y Rachel ya estaba sufriendo lo suficiente por ambas. Pero estaba cansada, enfadada, y por más que no quisiera aceptarlo, débil. Sólo tenía que conseguir pegar un ojo unas cuantas horas y estaría como nueva.

Mi única preocupación inmediata era cómo iba a atravesar lo que fuera que iba a ocurrir a continuación. Dick manejaba la patrulla con tanta concentración que seguro su mente estaba en cualquier lado menos allí. Por más que observara los alrededores no podía adivinar en dónde nos hallábamos, y eso me ponía aún más nerviosa.

—Hey. ¿A dónde estamos yendo?

Al menos mi voz había sonado firme. Era bueno ver que no todas mis capacidades habían decidido traicionarme aquél día.

ransom & reward ⋄ gar loganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora