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  La familia Queen estaba en un enrollo emocional enorme, entre estresados y emocionados. Ya habían pasado dos meses y la boda sería en un par de horas, creyeron que no iban a llegar a la fecha, pero Oliver, como si de Flash se tratara, organizó todo con rapidez y a la perfección. Denotando cómo quería a Felicity como su esposa cuanto antes.

   En cuanto a Luke, había comenzado a controlar sus poderes y aprendiendo a utilizarlos en las peleas cuerpo a cuerpo, sus alas podía mostrarlas a su antojo o no, después de un sorpresivo día donde despertó sin tenerlas, pero al querer que aparezcan... Allí estaban.

—¡Ma! ¿El moño de mi traje? — exclamó el pequeño a Felicity, que se encontraba mirándose en el espejo, ya con su vestido de novia resplandeciente en blanco.

— Segundo cajón de tu armario — contestó simplemente, completamente embobada.

  Pensaba como después de tantos años, había encontrado su complemento, su felicidad, su alma gemela. Los cuentos de princesas le parecían una basura en su momento, pero ahora que lo pensaba.. Su príncipe vestía de verde y saltaba entré los edificios atrapando criminales. No podía elegir mejor historia para su vida.

— Te amo, Oliver Queen— pronunció a la soledad de la habitación.

— Te amo, Felicity Smoak — expresó el castaño desde la casa de Diggle, sosteniendo una pequeña foto que contenía de Felicity.

   Su traje expresaba elegancia, un perfecto moño recorría su cuello y no podía faltar esa sonrisa que mostraba toda la felicidad que estaba conteniendo antes de llegar al altar.

   Las puertas de la iglesia se abrieron, acompañados de la marcha nupcial las lágrimas de Oliver salían sin control, ese que se creía que asesinaba sin sentimientos o culpa, ahí estaba, emocionado por uno de los mejores momentos de su vida.

   Ella, caminaba sin despegar sus ojos del amor de su vida, ambos emocionados por el gran y esperado paso del matrimonio. Entrada con su padre, quien estaba completamente orgulloso, al igual que su madre que se encontraba entre los invitados, tan emocionada o más de lo que estaban los novios. Su pequeña estaba por casarse, preguntándose cuando es que creció tanto.

   El pequeño Luke estaba en la primera fila, junto a todo el equipo Flash y los siete meses de Caitlin con su barriga llegando a ser tan grande que ella misma. Las Leyendas también estaban ahí, que nunca han acabado con su misión de proteger el tiempo y por supuesto, Supergirl observando con emoción a su amiga, quien una vez se interpuso y ofreció su vida antes que la de ella.

   El momento de los votos estaba llegando, los nervios estaban en cada parte de sus cuerpos, han estado enamorados por tanto tiempo que ya no saben como acortar todo eso en simples palabras.

— El día que te conocí, mordiendo esa lapicera roja que tanto recuerdo en mi mente, fue el momento en el que vi la verdadera luz divina. Me devolviste la vida, Felicity, llegaste tú y todo lo malo simplemente se fue. No tengo palabras para describir lo que siento por ti porque es algo tan grande que no podría resumirlo. Te amo y prometo estar contigo hasta el último día de nuestras vidas — concluyó el castaño, dejando a una multitud entre lágrimas.

— Todo lo que viví contigo ha sido la mejor experiencia que pudiera tener, cada abrazo que me has dado me renovaba la vida, deseo tu sonrisa cada mañana al despertar, tus manías extrañas con la limpieza de la casa, que aún no comprendo — sonríe. — Pero quiero eso, todo lo malo y lo bueno, es bienvenido en mi vida cuando se trata de ti, contigo me animo a todo, por ti recorrería el mundo solo para ver esos ojos hermosos que tienes. Te amo, y prometo hacerlo más allá de todo lo malo que se nos venga en contra, más allá del para siempre. — concluye, para seguidamente colocarle su anillo y besarlo como nunca antes lo había hecho, con un amor que no creían que podían llegar a tener por una persona.

   De inmediato al terminar la ceremonia, les esperaban una hermosa Luna de Miel en Venecia por dos semanas. Donde disfrutarán del uno del otro sin descanso algunos. El pequeño Luke extrañaría a sus padres, pero el pasar tiempo con John Jr y el tío John, le divertía. Estaba muy feliz ahora que sus padres estaban casados, y sobre todo porque usó un traje.

— ¿Volverán, verdad? — se preocupaba el niño al ver como se marchaban.

— Por ti, siempre — le sonrió si padre, que beso fuertemente su mejilla y lo abrazo, seguido de Felicity que beso todo su rostros sonoramente.

— Cuídate, mi amor. Y pórtate bien con el Tío John — ordena a lo que Luke asiente felizmente, dejándolos ir.

   Mientras los recién casados se dirigían a su luna de miel. Luke y la familia de Diggle se dirigía a su casa, John Jr estaba muy emocionado de pasar dos semanas junto a su mejor amigo y tener a alguien con quien jugar.

  Una carretera solitaria sin ningún auto a la vista, algo que llamó la atención a los adultos pero ignoraron completamente hasta el momento de recibir un fuerte golpe a su automóvil.

—¡Niños! Agachen sus cabezas — ordenó Lyla, mientras ella y Diggle observaban a su auto atacante.

   Decidieron acelerar, pero al llegar a una curva, un nuevo auto se les atravesó sin dejarles paso, estaban rodeados. Lo único que les quedaba era defenderse y así fue, como ambos adultos sacaron sus armas a la espera de lo peor. Los niños estaban asustados cubriendo sus cabezas y agachados en el asiento trasero.

— ¿¡Quienes son y que quieren de nosotros!? — les grito el moreno al ver bajar a las personas de los autos, estaban totalmente equipados y sus caras estaban cubiertas, más de diez hombres rodeándolos.

— ¡Queremos al niño ángel! — exclamó el que parecía el líder de todos.

— Por sobre nuestro cadáveres — advirtió Lyla, levantando su arma en defensa, haciendo que los atacantes levantarán las suyas.

   Diggle tomó cuidadosamente su móvil sin que lo vieran, oprimiendo en el botón de alerta que aparecía en su pantalla. Cisco les había programado la aplicación a cada uno del equipo Arrow, ante cualquier ataque que no pudieran controlar.

  Y así fue como en menos de cinco minutos, Flash apareció, derribando en un parpadeo a todos los sujetos presentes. Su ayuda no sería necesaria si no estuvieran los dos completamente solos en contra de tantas personas y más aún si Luke era el objetivo.

— Gracias por ayudarnos — soltó un suspiro el moreno.

— No tienes que agradecerme — sonrió. — ¿Están todos bien? — Preguntó, a lo que ambos adultos asintieron.

— Venían por Luke — informó Lyla, dirigiendo su vista a los niños, que ya habían levantado su cabeza, pero el susto seguía en ellos.

— Saben de sus poderes — agregó Diggle, los tres adultos presentes no sabían bien que hacer. El pequeño estaba en peligro y sabían que este no sería el único ataque.

Próximo capítulo.. El final ♡

Pequeño ReclutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora