Pokeshipping Week 2019

Día 6: Escena de puesta de sol en Alola

Ha sido un dia lleno de emociones, risas y convivencia con gente a la que no conoce y que por unos cuantos días puede fingir que han sido amigos de toda la vida. El ambiente en aquellas islas es agradable, el toque lleno de familiaridad que siente por todas partes que no tiene ninguna clase de problema para adaptarse, aunque en el fondo sabe que aquel sentimiento no viene por todo lo que las personas a su alrededor se esfuerzan por hacerle sentir, no, su razón, se debe a la persona que camina junto a ella, aquel cuyas huella se forman antes y que pisa con alegría, intentando seguir su ritmo.

La puesta de sol en Alola, no tiene nada realmente especial, no es la primera vez que ve una, ni mucho menos la única que ha disfrutado en la playa de alguna isla, es más, la puesta de sol más hermosa que sus ojos han observado, es aquella primera que disfruto a lomos del Lapras de Ash, esos viajes que realizó junto a su mejor amigo...

Ese al que le está mirando la espalda, que camina unos cuantos pasos por delante con una felicidad que puede compartir sin problema, en un silencio cómodo mientras el cielo se va pintando lentamente de azul rey y la luz del sol se desvanece en el horizonte.

Su sonrisa natural, igual de alegre que su compañero, disfrutando del cómplice silencio e ignorando por completo lo que los rodea, aún si no están hablando o van hacia algún lugar en específico, la simple sensación de estar juntos es agradable y no necesitan decir algo para saber que cualquier lugar está bien, incluso si luego tienen que dar la vuelta y regresar sobre sus huellas borradas por el agua de mar, está bien, es perfecto, más tiempo para ellos dos juntos después de tanto tiempo de no verse, donde las palabras sobran y prácticamente no las necesitan para expresarse entre ellos.

Respira profundo, mientras observa su espalda con añoranza. La puesta de sol en Alola sigue sin tener nada en especial pero, cualquier puesta de sol, donde pueda estar con él, esta llena de segundos especiales y memorables, que no cambiaría por nada del mundo.