❥υиο

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La manada del ala oeste y el ala este del bosque eran de las pocas manadas que mejor se llevaban, los alfas jefes fueron grandes amigos cuando apenas eran unos cachorros que correteaban los límites de ambos sectores, haciéndose los más sinceros compañeros de aventuras. Claro que esos tiempos cambiaron cuando Jimin le delegaron ciertas cantidadas de tareas por ser el próximo alfa, supuso que al tiempo las mismas tareas embargaron a Yuta ya que ambos eran los alfas descendientes del líder. No volvieron a verse en varios años, pero Jimin prometió ir a visitarlo en pronto hubiera más estabilidad en su manada.

Sin embargo, la llegada de JungKook lo descontroló todo. Aún no había conseguido pareja para ese entonces, tampoco le preocupaba el hecho, era muy selectivo en cuanto a ese tipo de cosas y su lobo lo era mucho más. Nadie en su manada le llamaba la atención, si era sincero. De manera que un día, revisando los límites del sureste, un olor exquisito llegó a sus fosas nasales, enloqueciéndolo al instante, sus orejas negras se agitaron emocionadas tratando de captar algún sonido que lo llevara hacia el intruso. El aroma era dulce, como granos de café, miel y sabia fresca, sin embargo y a pesar de lo excitado que su lobo se encontraba, también estaba muy preocupado pues las feromonas que expulsaba el omega reflejaban miedo y tristeza. Se apresuró, junto con sus otros dos compañeros, al lugar donde provenía el olor.

Hasta que lo halló.

Un delicado omega lleno de sudor y tierra escondido en uno de los arbustos cercanos a un río. El pequeño levantó su mirada y bajó sus orejas, azabaches igual que su cabello. Jimin supo inmediatamente que era su omega, su pareja, su perfecto amor. Se agachó sujetando sus manos a las del contrario para retirarlas de su rostro, el pelinegro lo miró con lágrimas en los ojos sin decir nada. Jimin sonrió.

━Jefe, hay que llevarlo como rehén━ dijo una voz a su espalda pero este al ver que no le respondía volvió a intentar━. Jimin vamos a llevar-...

Calló asustado por el gruñido tan inhumano que lanzó Jimin. Se dio cuenta lo que estaba pasando y decidió alejarlo junto con su compañero para dejar un momento a solas al alfa y su ahora descubierta pareja.

━¿Estás bien? ━el chico negó━. ¿Qué edad tienes? ¿Cómo te llamas?

━Tengo diecisiete, me llamo Jeon JungKook.

Y básicamente a partir de ahí su historia creció. Jimin se enteró que se escapó de su manada, una muy pequeña por cierto, en la que su padre quería ofrecerlo como objeto sexual. Jimin sentía su sangre hervir cada vez que tocaban el tema, pero JungKook siempre sabía cómo restregarse al cuerpo de su alfa para hacerlo calmar. Agradecía que nunca llegaron a lastimarlo porque como buena pareja iría a vengarlo.

Poco tiempo después lo marcó, dejándole una fina mordida en su cuello. JungKook la presumía con altivez y estaba súper contento con él, nada lo hizo más feliz que estar en una manada que le quería y más ser el omega del alfa jefe.

Había pasado año y medio cuando el pelinegro le dijo a Jimin que tuvo en su interior un cachorro. Fue el momento más feliz del alfa, después de su boda. El castaño levantó a su chico por los aires al tiempo que sus lágrimas se escurrían por sus mejillas. JungKook reía con ojos cristalizados por las vueltas que su esposo le daba. Finalmente cuando lo bajó, Jimin estaba tan contento que aulló de felicidad, cosa que se oyó por toda la manada, estaba seguro. Se besaron por una eternidad entre sonrisas pícaras, mordidas de labios y vagas promesas.

Aunque, no tan vagas. Jimin le prometió que no movería ni una oreja pues debía guardar mucho reposo. JungKook no le prestó atención en aquel momento debido a la inmensa emoción pero cuando este no lo dejaba pararse de la cama las veces que quería, le molestaba y se quejaba haciendo pucheros, berrinches, mohines y gruñidos.

Tuvieron un hijo. Un hermoso omega al que llamaron Donghyuck, un cachorro muy parecido a su mamá, pelinegro y muy pálido. Ambos lobos adultos lo cuidaban con su vida, eran algo sobre protectores con él debido a la condición omega en él era muy sensible. Donghyuck no era travieso ni escandaloso, sino todo lo contrario; era tranquilo, callado y muy sumiso. Se la pasaba escondido, olfateando las flores del jardín; no tenía muchos amigos y tampoco le importaba, prefería su soledad o en dado caso con sus padres y con un cachorro beta de su edad, Jaemin.

Así pues, con todo eso, Jimin se le olvidó por completo su compañero de la manada oeste. Ni siquiera le comentó a Kook, cosa de la se arrepiente pues, poco después que Donghyuck cumplió los cuatro años, Yuta y Jimin se reencontraron por equivocación, las feromonas de celos se desprendieron de Kook como fuentes cuando regresó a casa con el olor del otro alfa. Y a pesar que los alfas solo se acoplaban con un omega, sus celos eran inevitables. No lo culpaba, era su falta por no prevenirlo. Sin embargo, su omega aceptó al amigo de infancia, aclarando que se verían de nuevo en un tiempo no muy lejano.

Volvieron a ser buenos amigos, Jimin y Yuta hablaban con frecuencia acerca de tratados y acuerdos políticos, asuntos que solo ellos atendían. Yuta le contó de su omega, Taeyong y de su hijo Mark, quien era dos años mayor que Donghyuck. Jimin también platicó sobre su familia y acordaron un día presentarlos a todos. Finalmente, pasaron dos años más para que por fin se fijara la reunión de ambas familias, no era una fiesta ni mucho menos solo iban a aprovechar que debían reunirse para discutir un tema de importancia, como era la escasez de alimentos del arroyo cerca a sus manadas.

Y ese día era hoy.








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¡Gracias por dejarme adaptar tu historia Lureto-sama!

-"RICK"-

𝙲𝚊𝚌𝚑𝚘𝚛𝚛𝚘𝚜 ❥ྉᴍᴀʀᴋʜʏᴜᴄᴋྉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora