One-shots y drabbles Inotan

🍃 ; ❛❛Toma mi mano❜❜

—ˏˋ 🌿°•°• Modern!Au

—Inosuke —Kotoha sostenía desde el cuello de la camiseta roja al intrépido niño que correteaba con una ramita a una pobre lagartija. La mujer reía suavemente por la travesura de su pequeño—. ¿Sabes a donde iras hoy?

—¿¡Dónde el abuelo!? —los ojos jade del niño brillaron esplendorosos por la idea de ir a visitar al viejo que vivía en una colina. No era precisamente su abuelo de sangre ni nada parecido, pero fue cuidado muchas veces por él cuando su madre debía trabajar y se acostumbró a llamarlo de esta forma.

—No, cariño —la mujer peinó los cabellos revueltos del niño y con su dedo un poco ensalivado quitó algunos restos de yogurt que aun estaban sobre las mejillas del infante—. Hoy es tu primer día de escuela

Inosuke miró expectante a su madre, asustado por oír esa palabra desconocida en su vocabulario. ¿Es una nueva forma de llamarle al dentista?, ¿una vacuna? O ¿un jarabe para la tos?.

—No estoy enfermo, mamá

—No es una medicina, Inosuke —aclaró rápidamente su madre, ordenando algunos mechones azabaches en la coleta alta atada con una liga de colores—. La escuela es un lugar muy divertido. Hay muchos niños con los que puedes jugar, te enseñaran muchas cosas como matemáticas y también a escribir —Kotoha procuraba que Inosuke no se asustara con la idea de ir a la escuela, persuadiéndolo en el camino sobre las muchas cosas divertidas que haría.

La escuela era un edificio bastante pequeño, pero a ojos de Inosuke era una estructura gigantesca. Pudo ver a muchos niños llorando abrazados a sus padres y otros que emocionados corrían dentro sin esperar.

—Bien, Inosuke, escuchame —Kotoha se arrodilló frente a su retoño, acariciando el rostro y peinando con sus dedos los cabellos de negro puro—. ¿Recuerdas las cosas que te dije que debías hacer cuando este día llegara?

—Debo ser amable con los niños y respetuoso con los adultos

—¡Muy bien, Inosuke! —la mujer aplaudió y el niño sonrió victorioso por su buena memoria—. Cuando vuelva por ti iremos a comer un helado, ¿qué dices?

—¿¡El que yo quiera!?

—El que tu quieras, mi niño

—¿¡Puedo tener uno doble!?

—Claro que si, dulzura —Kotoha ríe y acaricia las mejillas del niño.

Madre e hijo se adentran en las instalaciones, acercándose al que seria el salón de Inosuke. Kotoha se despidió recordándole nuevamente lo que debía hacer frente a la profesora y, por supuesto, que debía ser respetuoso con cualquier adulto que conociera. Inosuke vio a su madre marchándose y observó su alrededor.

Habían muchos niños, demasiados. Los lugares con mucha gente le asustaban, se sentía como ahogado en una piscina enorme. Sus manos comenzaron a temblar y estuvo a segundos de correr tras su madre para pedirle que lo llevara de regreso a casa cuando un toque en su hombro lo detuvo. Al voltear se encontró con un niño de extraños cabellos y ojos rojos que lo miraba con los labios entreabiertos.

—¿Estás asustado? —preguntó.

—¡Claro que no!, ¡a mi nada me asusta! —exclamó como respuesta. Pero su mirada intranquila paseándose de un lado a otro deja en evidencia la mentira en sus palabras.

—Mi hermana Nezuko también se asusta un poco cuando hay mucha gente y toma mi mano para estar tranquila —mientras el niño habla extiende su mano hacia Inosuke y este lo mira frunciendo sus labios—. Puedes tomar mi mano también —la sonrisa que le dirige le inspira cierta confianza al afligido Inosuke y mordiendo su lengua toma con firmeza la mano ajena—. Me llamo Tanjiro Kamado, ¿y tu?

—Inosuke Hashibira

—Bien, Inosuke-kun —Tanjiro vuelve a sonreir e Inosuke corresponde inconsientemente curvando sus labios con ligereza—. Cada vez que tengas miedo puedes tomar mi mano