One-shots y drabbles Inotan

🍃 ; ❛❛Magia❜❜

-ˏˋ 🌿°•°• Modern!Au

-ˏˋ 🌿°•°• Drabble relacionado con "Maquina de gancho"

La preocupación podía verse reflejada en los movimiento que Inosuke tenia al hablar, la manera en que mordía su labio o el como rascaba detrás de su oreja con frecuencia, algo que Tanjiro notó inmediatamente.

—¿Qué ocurre? —preguntó, sosteniendo la mano de Hashibira y dándole un suave apretón.

—No es nada —dice el otro, haciendo un movimiento con su mano para restarle importancia al asunto—. Vamos, pronto cerraran y quiero tener una revancha justa con esa maquina de mierda —Tanjiro rueda los ojos por la actitud tan competitiva que su novio estaba teniendo con una simple maquina de gancho.

Pero en su mente Inosuke estaba gritando desesperado por lo que iba a hacer. Nezuko y Zenitsu ya le habían dicho que todo saldría bien, que no debía preocuparse por idioteces y que solamente hiciera sus cosas sin pensar más allá, como siempre hacia. Se había estado preparando tres años para llevar a cabo esto y no quería cagarla en el último segundo para quedar como un idiota frente a su novio. Observó de reojo a Tanjiro e inconsciente su rostro se relajo y una sonrisa se formó en sus labios. ¿Cómo es que este frentudo puede tenerlo tan estúpido? Seguramente lo tiene bajo un hechizo o algo así, aunque si así fuera no tenia ninguna intención de removerlo.

—¡Ahí está! —Inosuke ríe con cierta malicia mientras mira a la maquina que contiene los mismos peluches de gato que robó hace unos diez años o más—. Jodida máquina —Tanjiro le da un golpecito en la cabeza tras decir aquella grosería e Inosuke murmura una disculpa luego de soltar un bufido—. Oye, ¿traes monedas?

—Creo que si —Kamado revisa en los bolsillos de su abrigo en busca de su billetera, pero algo anonadado saca de uno de ellos un mazo de cartas sellado—. ¿Pero que...?

—Así que ahí estaban mis cartas

—¿Son tuyas? —Tanjiro habla con ironía, pues, no recordaba que a Inosuke le atrajeran los juegos de cartas o parecidos.

—Oh, si, ¿no te lo dije? —Hashibira toma el mazo y sonríe con sorna—. He estado aprendido magia

—¿En serio?

—¿Quieres ver un truco? &Inosuke comienza a sacar las cartas bajo la mirada incrédula del otro muchacho, que asiente lentamente por la ridícula situación que esta viviendo—. Haré uno sencillo. Escoge una carta —Tanjiro hace lo que Inosuke le dice. Saca una, corta una de las puntas de esta y guarda el pedazo en su bolsillo para luego hacerla coincidir con la que ha escogido. Luego de regresar la carta al mazo, Inosuke las revuelve y toma una de ellas enseñándosela a Kamado—. ¿Esta es tu carta?

—No

—¡Esta es tu carta!

—Tampoco

—¿Y esta?

—Noup —Tanjiro sonríe ligeramente por ver la frustración en la cara de Inosuke y sigue dando respuesta negativas a todas las cartas que Hashibira le muestra.

—¡Ah, joder, me rindo! —Inosuke tira las cartas al suelo y de mala gana coloca una moneda dentro de la maquina—. La magia es una mierda —refunfuña.

—Está bien, cariño. Hiciste tu mejor intento —Tanjiro besa suavemente la mejilla del muchacho y observa con asombro como este obtiene en el primer intento uno de los peluches—. ¡Lo hiciste, Inosuke-kun!

Hashibira se agacha recogiendo el peluche y se lo entrega a Kamado, que lo observa con los ojos brillosos. Es un gato sirena, con un sostén de conchas azules y un pescado en su patita derecha.

—Tiene algo en la espalda. Mira —el de aretes de hanafuda frunce el ceño confundido y observa la espalda de su premio.

—¿Qué...? —completamente pasmado por lo que sostiene en su mano, dirige su mirada hacia su novio y luego a la carta que ha despegado de la espalda de su peluche. ¡Es la carta que ha escogido antes y le falta una de las puntas!.

—Anda, compruebalo con el pedazo que tienes en el bolsillo

Tanjiro le hace caso y rebusca en su bolsillo, pero lo que saca lo deja aún más consternado. Un anillo plateado que tiene una inscripción en letras cursivas que dice: no me importa si es por ti, Tanjiro. La frase hace click en sus recuerdos y un pequeño baúl en su corazón se abre haciéndole recordar todas las veces en que Inosuke se metía en problemas para conseguir algo por él, cuando lo castigaban después de clases y aún así escapaba de detención para acompañarlo hasta su casa, aquellos días en que se saltaba las clases para ir a cuidarlo cuando se enfermaba, aunque muchas de esas veces Hashibira conseguía cosas con métodos poco convencionales para Tanjiro o agravaba aún más sus castigos, esas ocho palabras guardan gran significado para Kamado.

—Tanjiro, ¿quieres casarte conmigo? —Inosuke de agacha frente a él sosteniendo su mano derecha, temblando y mordiendo su labio inferior.

Tanjiro no tiene como responder, traga saliva y entreabre los labios, pero de inmediato unas lágrimas caen desde sus orbes cristalizados. No son lágrimas de tristeza sino de la alegría que ahora tiene a su corazón frenético y que incluso le hace perder el equilibrio.

—Sí, si quiero —murmura. Ambos están en el suelo llorando, riendo e intentando secar las lágrimas del otro con sus pulgares—. ¿Cuánto...tiempo estuviste preparando esto? —Tanjiro sorbetea su nariz y se engancha al brazo de Inosuke, descansando su cabeza en el hombro ajeno. Inosuke limpia las últimas lágrimas en sus mejillas y comienza a guiar al otro hacia la salida del centro comercial.

—Estuve practicando por tres años

—Pudiste solamente haberte arrodillado, Inosuke-kun —Kamado frunce el ceño, pero el gesto se esfuma cuando los labios de Hashibira de posan en su frente.

—No me importa si es por ti, Tanjiro