Capítulo Uno

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Desde que me presenté como la nueva “jefa de la empresa Snow”, veía a todos confundidos pero de una manera buena.
Me dirijo con mis dos hermanos las cuales no había visto durante dos años, ellos siempre me apoyaron en todo tanto como familia y amigos lo fueron, y les agradezco con toda mi alma, como dije desde hace dos años no los veía, puesto que Susi viajo a Tokio donde sus fotos aparecerán en la revista Otoño-invierno, por supuesto que en una de las mejores empresas retomo esas bellas fotos de mi hermana, mientras tanto con Max el solo fue a ser “Turismo” en la bella ciudad de Argentina la cual conoció a una mujer de esa nacionalidad, casi me hago pipi cuando me dijo que se había “enamorado”, yo sabía que mi hermano le costaba enamorarse.
Le jure que si el llega a enamorarse de verdad yo me casaría con el Papa Francisco, es ridículo e ilógico pero la verdad si quiero que mi hermano mayor se enamore, yo misma le dije que no duraría con ella, y así fue, esa mujer tenía dos hijos y un esposo en Francia, ¿Quien lo diría?, Salió más astuta que mi hermano.
La realidad de todo esto apesar de lo malo y terrible que les pasó a mis hermanos, estaban con migo, tanto en las buenas como en las malas. Cuando ellos dos no estaban, mi tristeza invadía todos los días a mi departamento; la soledad no era lo mío, lo digo era, por qué ahora ya me acostumbré.

Llegué junto con ellos, se veían bastante bien, sinceramente tenía un hermano bastante guapo, sexy y elegante, y no se diga de mi hermana.

— ¡Hola Caly!— saludo mi hermana con un abrazo.

— Hola— saludé con felicidad

— Nos alegra que nos veamos— sincero mi hermano mayor

Sonreí.

— lo mismo digo, dos años sin vernos— solté triste

Suspiraron mis dos hermanos.

— Pero ya estamos juntos otra ves— dijo Susi con un notable brillo en sus bellos ojos.

— si— contesté

— y ¿Cómo te va?— pregunto Max

— bien, solo son trabajos y cuentas en la empresa— suspire— solo eso— respondí.

Me miraron sonrientes, jamás creí que yo “Caly la chica gorda de la preparatoria”, sería una empresaria, mi padre nos hizo a los tres una prueba la cual uno de nosotros se quedaría la empresa.
El tiempo de Max llegó y la verdad fue más gracioso, un mes exacto para dar ganancias a la empresa de carros y para el no era más que un simple juego, puesto que cada noche el dinero que ganaba era para ir a los bolsillos de los guardias de una discoteca y al igual en los bolsillos de un cantinero o de una de sus chicas. Siempre llevaba una cada día, en la oficina lo hacía con ella. Mi padre se enteró y dijo que él no era el adecuado, además de que un mes nos dejó por un año en ruina. Mis padres tuvieron que Hipotecar una casa que teníamos en la Ciudad de México y una empresa se la tuvimos que vender al propietario y dueño de la empresa Chevrolet, mi hermano se disculpó y es por eso que se fue.

Mi hermana Susi no contemplaba ser una empresaria a demás que ellos dos estudiaron Contaduría, no le gustaba, ella pensaba en el modelaje y entrevistas. No acepto aquella prueba.

Así que mi turno llegó amis dieciocho años de edad yo cursaba la Universidad y me especialice en Administración de Empresas, tome un mes he hizo que las ganancias perdidas llegarán con un cuarenta porciento, la realidad que mi padre se sorprendió. Así que yo quedé como la jefa y dueña de la empresa más grande de producción en carros.

Mis hermanos tomaban Whisky mientras yo un vaso de agua mineral.
Miré a mi otro hermano, el menor, el que me hizo una vida de mierda, pero no le tengo rencor era un adolescente y yo solo una chica estúpida.
Mi peso se fue con mucha dieta, y ejercicios. La verdad mi entrenador era más estricto que un maestro de Álgebra, además de ser una nacionalidad de Rusia, tenía un aspecto como aquel actor llamado la ”roca”, musculoso y alto, la  verdad era muy, arrogante, posesivo, con las personas que para el se lo merecían, el me controlo todo y le agradezco, llegaba de gimnasio y a mi baño llena de sudor.

Reía en mis adentros por la cara de sorpresa de mi hermano. Solo lo ignore.

Mi vista se fue a mi amigo, Damián Hilton ya ahora más cambiado, la verdad se veía bastante bien con ese esmoquin color negro, su cabello color dorado y esos ojos color marino, valla que si. El me miró y se acercó con una sonrisa.

Joder, que sexy. Pensé

Cambie demasiado no dejaría que nadie me vuelva a dañar.

— Hola— me miró

Sonreí.

— Hola— lo miré a los ojos, se veía bastante bien

— Woah— suspiro— te ves bellísima— me abrazo y escondió su cara en mi cuello, la cual hizo que mi piel se erizarán— te extrañe hermosa— se separó.

— yo igual— me sincere, lo extrañaba por qué el jamás me daño, por qué el me cuido de aquel incidente, y se lo agradezco.

La noche llego y la verdad tenía que irme de Los Ángeles a Washington era muy peligroso. Me despedí de el.

— Nos vemos— dije con una sonrisa.

— ¿Te parece si, vamos por un café un fin de semana?— pregunto con un rubor en sus mejillas.

— si— respondí— me gustaría—
Me miró y se fue con una sonrisa.

Me dirijo al baño. Al llegar me miré al espejo y arregle mi cabello sedoso y mi maquillaje. Salí de aquel lugar.

— Caly— esa voz masculina y no se diga de su aroma.

Joder por qué choque con el.
Lo miré.

— ¡ho!, hola Patrick— dije sin ningún tartamudeo

Su semblante paso a un sorprendido.

El silencio paso.

— Bueno— miré a otro lado— bye— dije y camine.

Te extrañe—

Mi lagrima resbaló por mi mejilla, rápidamente la limpie.

Ya no por favor.

« ¿Te duele verdad?»
« Me quema»

[ Su mundo es un caos]

Mi GORDITA MAS BELLA ¿DONDE QUEDO?/ EL COMIENZO/ SEGUNDA PARTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora