Capítulo XIII.- Ojos Miel.

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Instituto Silentium.
28 de noviembre.
11:56 AM.

Paso la entrada del instituto con los nervios recorriendo mi cuerpo a flor de piel. Con tantos problemas en mi cabeza olvidé preguntarles a mis amigos si es que ellos habían sido invitados también, y por ello, es muy probable que me encuentre sola durante los entrenamientos.

Jamás he hecho muchos amigos en todo lo que llevo de instituto, con mi rubia y mi rubio estaba más que satisfecha, pero en momentos como estos es cuando me replanteo la idea de ser tan poco sociable.

Muerdo mi labio inferior y me dirijo a recepción para preguntar hacia dónde debo dirigirme, en la invitación no especificaron el lugar de reunión.

Miro mi mano izquierda asegurándome que las marcas hayan desaparecido del todo y luego me acerco a la recepcionista. Al verme, ella me sonríe con simpatía y me murmura un "buenos días".


-Buen día, ¿hacia dónde debo ir para los entrenamientos?-Murmuro mientras observo a la mujer mirar unos papeles y luego alzar la vista hacia mí.

-Serán en el gimnasio, pero primero debes dirigirte a la charla de bienvenida que dará el director en el salón de actos, empezará en unos minutos.

Asiento y le agradezco mientras me alejo del mesón.

Llego rápidamente al salón y veo a algunos alumnos acomodándose en sus asientos, me dirijo a la última fila y observo a una cabellera rubia que se acerca a mí.

Chris me sonríe y toma asiento a mi lado.

-¿Por qué no me contaste que fuiste invitada?, eres una pésima amiga, Evka.

Una sonrisa se hace presente en mis labios al escucharlo.

-No puedes quejarte al respecto, tú eres el peor amigo que se puede tener.

El rubio se lleva una mano al pecho mientras abre la boca en una notoria "O".
Parpadea de manera constante y luego deja salir un jadeo de indignación.

-No puedo creerlo. Yo, que soy la mejor persona que puedes llegar a tener en tu maldita vida, recibe un trato tan... tan...-Mi mejor amigo empieza a mirar hacia los lados en busca de algún adjetivo que darle a la situación.- despreciable.-Termina cuando ve aparecer al director.

Una carcajada escapa de mí sin poder evitarlo al darme cuenta de quién le dio la inspiración.

Prácticamente, este bobo llamó "despreciable" al director.

-Ya, cállate. Harás que el ser despreciable nos regañe.-Murmuro y escucho una risita por parte del rubio.

El director se planta delante de nosotros y espera a que los últimos alumnos tomen asiento para iniciar su discurso.

-Ya todos saben porqué están aquí y para qué, fueron escogidos por ser algunos de los mejores que hay en cuanto a diferentes áreas, tales como: el combate, la destreza en armas y el manejo de poderes. Además de una lógica que los ayudará a mantenerse vivos en la batalla final. Son poderosos, fuertes y valientes, y ganarán la guerra, porque ese es el destino que todos ustedes deben seguir.- Toma un respiro y observo como nos mira con seriedad.- Desde este día, ustedes se convertirán en los guerreros que irán al frente, los que van a liderar nuestras tropas y nos llevarán a la victoria. Cada uno de ustedes es importante y deben demostrarlo. Muéstrenme su valor y serán intocables.

Mis compañeros aplauden con efusividad al escuchar la última línea. Todos, incluso mi mejor amigo, anhelan la protección que el Consejo les puede dar. Quieren sentirse seguros, y no puedo culparlos por ello.

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