Capítulo XVI.- EVKA.

0 0 0
                                    

POV HUNTER.

La miro saltar y esquivar las pelotas blancas con una velocidad alarmante.

Miro sus ojos y me pierdo en ellos. Es como observar una tormenta.

Y nunca me había fascinado tanto observar una.

Siento un golpe en mi estómago y abro la boca tratando de buscar el oxígeno perdido. Miro a mi contrincante sonreír con burla.

-Que poca concentración tienes, Von Kleist.-Murmura el idiota.

Ruedo los ojos e inhalo una buena cantidad de aire. Dirijo mi vista por última vez hacia la bella chica y decido que lo mejor es enfocarme en la pelea.

Me pongo en posición de ataque y espero el movimiento de mi adversario, el cual decide tomar velocidad y tratar de derribarme. Me giro hacia mi lado izquierdo y le dejo pasar de largo, impulso mi pie derecho y empujo con fuerza su espalda. El muchacho cae y da una voltereta para ponerse de pie nuevamente.

-¿Eso es todo lo que tienes?-Pregunta y sonríe antes de lanzarse a mí.

Me impulso hacia adelante y guío mi puño izquierdo hacia su costilla, y rápidamente dirijo mi puño derecho hacia su nariz. El chico recibe el golpe de frente y se escucha el crujir de su hueso.

Me permito sonreír por un momento.

-Hablas demasiado.-Murmuro y paso por su lado mientras él se sujeta con ambas manos la nariz rota.

La rubia que me comió la boca hace un rato me mira desde la puerta que da hacia los vestidores. Me guiña un ojo y pasa la puerta hacia el interior de estos.

Un polvo rápido no vendría mal.

Me acerco al lugar y entro. Miro a mi alrededor y de pronto siento un cuerpo impactar contra el mío. La rubia me besa con desesperación, escucho sus gemidos y empiezo a encenderme.

-Vamos... Sí, házmelo, Hunter.-Murmura y empieza a besar mi cuello.

Siento su pelvis moverse en busca de fricción y llevo mis manos a su trasero, camino a tientas hasta encontrar el banco y la deposito con rapidez. Ella empieza a quitarme la polera y yo le bajo el pequeño short de un tirón.

Unas lindas bragas me dan la bienvenida. Las bajo sin esperar más y busco el preservativo en mi bolsillo trasero.

La rubia me mira con el ceño fruncido.

-¿Qué?-Pregunto y abro el pequeño envoltorio.- Más vale prevenir que lamentar.

Bajo mi buzo junto con mi bóxer, me coloco el condón y entro en ella de una vez por todas. La rubia empieza a gemir como desquiciada y yo trato de no reírme por la situación.

-Eso... dámelo, papi.-Susurra y se aprieta las tetas por encima del top.- Así... Oh, sí. Maldición.

Jadeo por lo bajo al sentir la fricción y la característica sensación. Llevo una mano a su cuello y aprieto un poco para que se calle mientras la penetro con rapidez.

-Shhh, nos van a escuchar.-Murmuro y adentro un dedo en su boca. Ella lo chupa con euforia y sonríe mientras trata de acallar sus gemidos.

Me muevo más rápido, luego entro y salgo de su interior bajando la velocidad, miro sus labios entreabiertos y la penetro con fuerza hasta llenarla por completo.

Decido cambiar de posición y le hago voltearse. Pongo ambas manos en su cintura para apoyarme y acelero mis movimientos.

Un gemido ronco sale de mí al sentir sus jugos escurrir. Llevo mi mano a su culo y lo golpeo con fuerza. La rubia impacta su trasero contra mi pelvis en busca de más velocidad. Empiezo a penetrarla sin miramientos mientras ella grita por más. Siento el sudor recorrer mi frente y mi espalda baja.

SilentiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora