Par de musas

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Todos pueden herirte, desde un "No" a un golpe. Todos pueden decir conocerte, pero aceptemoslo, ni tú te conoces.

Muero por conocerme, nunca logré entender el Por qué de las cosas que hago, digo y siento. Pero estoy segura de que lo que hago lo hago por mi.

Salí de casa un rato, un hermoso día de lluvia se convirtió en la pesadilla de los grandes. Veía como todos se cubrían la cabeza con libros, bolsos. Veía como hombres protegian a su mujer con su saco. Podía ver como le temían a las gotas de agua. Los autos pasaban rápido mojando a los demás. Podía ver como se corría el maquillaje de aquella mujer vestida de rojo entre tantas personas de negro y gris. Era realmente bella, su cabello marrón era larguísimo, y su mirada penetrante. Esa mujer, la he visto en algún lado. No sé si en mi casa, o tal vez en algún restaurante.

En fin, el día era bello. La humedad deshizo el lacio de mi cabello. El agua corria debajo de mi suéter haciéndome temblar. Pero seguía siendo cómodo. Mientras yo caminaba con la mirada abajo, pasando por los grandes charcos que había en la acera, pasó un chico pelirrojo (para mi mala suerte) corriendo y... Dios, no pude evitar meterle el pie. Sí, lo tiré en pocas palabras.

-Por Dios, ¡mi cuaderno!...-, Gritó recogiendo el pequeño cuaderno, he intentando secarlo.

Solté una pequeña risa y contesté.

-Oh disculpa, pensé que eras un cono de tránsito, pelirrojo.- Me miró a los ojos, y me regreso el insulto.

-Por un momento pensé que eras hombre.-Dijo mirandome a los ojos.

No pude evitarlo, pero con mi maletín le dí un golpe en la costilla izquierda.

Entonces fue ahí cuando en verdad me pudo haberlo golpeado y le ofrecí llevarlo a casa.

-En verdad, lo siento!! No fue intencional, fue impulso. Perdóname- Me agaché a ayudarlo a levantarse.

-Para ser mujer eres bastante brusca, eso me agrada. Soy Brian, Brian Williams. Y... creo que soy tu vecino, ¿eres la del apartamento 309, verdad? Yo soy del 308 -Dijo sonriendome,-¿Quieres salir a tomar un café o algo?

-Ya estamos afuera, genio.-Le di un ligero golpe en el hombro y ambos reímos. -Pero, sí, me gustaría.

Pasamos el día en el café y empezamos a hablar de nosotros, en verdad era simpático, y creo que hasta atractivo.

Ya eran las 8:00 PM y regresamos juntos a el edificio. Subimos a el elevador y empezamos a platicar.

-Nunca había conocido a una chica tan... Madura, pero tierna a la vez, eres bonita.-Dijo rozando su mano con la mía.

-Emm... Gracias, tu también eres genial.-Sí, no sabía que decirle.

Caminabamos cada quién a su apartamento, y antes de entrar me dijo.

-¿Quieres salir... Mañana en la noche?-Dijo con un tono nervioso

-A las 8:00 está bien.-El sonrió y me despedí dandole un tierno beso en la mejilla.

Entré en pánico, no porque me haya invitado a salir. Recordé inmediatamente que era el cumpleaños de mi padre, y lo olvidé por completo.

Corrí a su habitación y noté que no estaba.Entonces subí a el último piso del edificio, en el gran salón.

Entré, pude escuchar música de Jazz y vi a mi padre en el balcón, con una pipa en la boca y una mujer tirada a su lado.

Pude notar que la mató por envenenamiento, sólo recuerdo que me dijo.

-Llegas tarde a cenar querida. Que falta de respeto, que dirá Janeth de nosotros, de cómo te educo, nonono nena, que no se vuelva a repetir. Por cierto,ella es Janeth. -Dijo refiriéndose al cadáver. -Quién lo diría, tu y Janeth, mis bellas chicas. Un muy lindo par de musas.



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⏰ Última actualización: Nov 08, 2014 ⏰

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