La obsesión de Alexander

Capítulo 06: Dulce castigo 🥀🔞🔞

Al estar sobre él fui consciente de su desnudez. Solo una toalla rodeaba sus caderas.

Me sostenía con fuerza, al llegar me arrojó a la cama. Trate de incorporarme, pero fue más rápido. Tomo mi cara y apretó con brusquedad mis cachetes con una de sus manos. Me obligaba a mirarlo.

— Ni se te ocurra volver a hacerlo. Que te quede claro pronto, estás son mis putas reglas. Te quedas donde yo diga, haces lo que yo quiera. Tu malditamente me perteneces. Dan te dejo para mí y quiero todo de ti. Si no tú y él pagaran. Prometiste hacerlo recuerdas. No pones un pie fuera de mi vista. Así hago las cosas Amanda. No permito errores. Todo tiene un castigo.

Claro que recordaba, le pedí que si enterraba a mi nona cedería...

Empujó mi rostro. Por inercia me encogi. No quería que me golpeara... este Alex me hacía dudar de todo.

— Levántate y sácate el vestido.

Lo miré sintiendo la humillación venir. Quería hacerme sentir vulnerable.

— ¿Acaso tengo que repetirlo?

Continuaba frente a mí, observandome.

Lentamente me pare y lleve una mano a mi espalda, comencé a desabrochar el cierre del vestido. Mordí el interior de mi mejilla. Mire el piso. Lo jale hacia abajo y quede en ropa interior.

—Mírame Amanda — pidió, su voz ronca.

Subí la vista, allí estaba. Sus ojos oscurecidos, su cuerpo grande y tatuado. Yo en ropa interior.

—Sigue — ordenó.

Así lo hice. Si quería escapar, debía ceder. Mi sostén cayó al suelo, mis bragas también.

Cualquiera en mi situación pondría resistencia, se protegería. La mayoría de las personas tenían algo por lo que luchar, alguien esperando, ganas de vivir.

Pero las personas como yo... rotas y acostumbradas a una vida llena de carencias tomábamos lo que podíamos, nos conformamos, no teníamos muchas opciones ni de donde elegir.

Sabía que esto era lo mejor por ahora y tenía la certeza que Alex me protegería al menos si cumplía con lo que él quisiera.

Además una parte de mí no podía temerle. Y aunque pocos minutos atrás intente huir infructuosamente, sabía que había una manera de cumplir mi objetivo y era ganarme su confianza.

Lo convencería de liberarme tendría que arriesgarme a conocerlo nuevamente, ganarme su amistad. Permitirle tener el control sobre mí.

En el fondo aún creía encontrar al antiguo Alex. El que me daría mi libertad, mi tan ansiado boleto a una vida distinta. La construiría a costa de pedazos rotos pero lo haría.

Una lágrima vacilante bajo por mi rostro.

El ya estaba frente a mí, mi aliento en su pecho. Apoye mi frente en sus duros bíceps. Lo sentí tensarse.

Me rendía a Alexander.

Mi vida siempre una mierda.

Pero saldría de eso.

Sería su puta si eso quería, solo que jamás tendría mi corazón, ya lo había enterrado junto con Nona.

Mi mano temblorosa, subió por su pecho firme, la lleve tras de su cuello y baje su cabeza. Subí mi rostro, conectando nuestros ojos... pare el tiempo unos segundos en aquel color cielo profundo que reflejaban cierta confusión. Sus ojos eran casi lo único que quedaba de mi Alex que se me hacia familiar, si bien más sombríos más rotos y más fríos eran los que me cuidaban cuando niña. Sin vacilar más junte nuestros labios.