10 años atrás....
Él corría a toda velocidad hacia las afueras del castillo. Pero cuando llegó, ya era muy tarde.
Su corazón se paró cuando ya no escucho sus latidos. Se había ido, ella se había ido.
Él cayó de rodillas mientras se preguntaba el por...
Esa historia había sido tan linda que rápidamente me quede encantada.
Ella vivió todo eso y hasta más.
- ¿Como es tu definición de amor?- me preguntó.
- Yo amo tanto a alguien que tuve miedo de no ser lo que él esperaba, huí pero planeaba regresar rápido, pero cuando lo intenté no me dejaron pasar; después de 10 años de no verlo, de no saber nada de él, cuando lo volví a mirar, todos los sentimientos volvieron a mí- bajé la mirada a mi regazo donde tenía mis manos juntas- Pero él ya no me amaba, me lanzo a los brazos de otro hombre apenas llegué, y hace muy poco me dijo que me fuera del castillo en un ataque de ira; y ahora cumpliré las dos cosas, me casare y me iré- Las lágrimas caían- ¿Pero quiere saber qué es lo curioso?- levante la vista y la Diosa me miraba como si quisiera saber más- A pesar de todo nunca le conté que su madre me maldijo- dije- A pesar de todo nunca le conté que nuestros encuentros la mayoría de veces eran para intentar volver a él y su madre me lo negaba- Ví como ella hizo una mueca- Pero lo más curioso es que a pesar de todo lo que su madre y él me hicieron, yo lo sigo amando con cada parte de mi ser- me limpie las lágrimas y mire el té que estaba a nuestro lado- Y lo único que espero es que algún día él sea feliz con quien decida casarse.
(...)
La charla que tuve con la Diosa me dejó más tranquila. Nunca antes le había contado a alguien todo lo que me cargaba. Y le conté a ella porque después de cada charla me decía que quedaba entre nosotras.
Ahora todas estamos en uno de los salones secundarios del castillo. Lo habían decorado con flores.
Todas ya estaban ahí, la Diosa llevaba un vestido blanco como siempre. Y yo un vestido rojo.
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Esta es una de las pocas veces que volveré a usar rojo, ese color siempre me hizo recordar a él, era nuestro color favorito.
Estuve conversando con las chicas de la corte y de pronto sentí la sensación de buscar a la Diosa Luna; pero no estaba por ningún lado.
- ¿Has visto a mi madre?- me preguntó Samara.
- No, pero la vi entrar- le dije.
- Hay que buscarla, no es seguro para ella estar sola por mucho tiempo, en especial en su estado actual- yo asentí con la cabeza y nos dispusimos a buscarla.
Salí al jardín y nada, pero algo me hizo seguir mi camino hasta llegar al bosque, y ese algo era que encontré una de las Flores que la diosa tenía en su cabello; cuando llegue a una tenue luz, eran un montón de velas y una lámpara del castillo que daban esa luz. Entonces ahí la vi, la Diosa con un hombre tomándose de las manos, el hombre tenía pelo rojo y largo, traje negro con dorado y una máscara dorada. Él estaba arrodillado y ella como sentada en el suelo.
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