Esto era un verdadera tortura desde que Jhofry trajo aquí a su novia todo es un jodido caos, se la pasaban muy acaramelados dándose besitos y caricias, no es que este celoso eso de estar enamorado no me va, lo que me molestaba es que no a estado cumpliendo con su trabajo e tratado de ser comprensible porque aún están en la face de luna de miel llevan tres malditos meses así. Justo ahora los tengo delante mío dándose mucho amor como ellos dicen.
- quieren para ya porque les juro que vomitare la sangre que acabo de tomar-
- cálmate amigo solo estamos dan...-
-danse amor lo se me lo repiten cada vez que les digo que paren, al parecer no saben o no recuerdan que tienen una habitación insonorizada para esas cosas- sonrei con satisfacción al ver como Jhofry se atragantava y la humana se sonrojaba.
- dejando eso de lado ahora que tengo tu atención hay algo que necesito que averigüez- dije poniéndome serio, al parecer hacer eso hizo que el también lo hiciera.- ¿qué es? Tengo que matar a alguien o solamente es un ligero castigo- dijo mostrando su típica sicópata.
- no, no es nada de eso solo necesito que averigüez quien es el nuevo primer gobernador, escuche que es un tanto sádico-
- ¿como que sádico? Si hace eso con los de nuestra especie no le veo nada se malo todos saben que...-
- ese es el problema Jhofry, a estado matando humanos demasiados para mi gusto y no me hace gracia eso, si se confirma que eso es cierto perderemos a los donantes y los humanos se revelaran lo cual- lo mire alzando una ceja esperando aque completara la frase.
- nos llevaría a otra guerra- respondió de forma tosca ya que a él no le gustan para nada esas cosas, no es su estilo a Jhofry le gusta más torturar tomándose su tiempo que ir a una guerra y tener que matar sin más
- exacto y no podemos darnos el lujo de perder sangre seria poco útil- me levante dispuesto a ir a mi despacho tenía bastante que pensar y muchas cosas que resolver- cuando tengas lo que te pedí ven a mi despacho - lo mire por encima de mi hombre sin detenerme.
Tenía que enviarles correos de suma urgencia a los gobernadores restantes, somos 6 en total, yo soy el segundo gobernador Sebastián Vandergerl tengo 460 años (creo que ya viví lo suficiente) y en todo este tiempo no encontré a mi tua cantante lo que me da una razón para odiar cualquier cosa relacionada con ese tema si soporto a Jhofry es porque es mi amigo de lo contrario la humana ya estaría muerta hace tiempo.
Talvez no merezco una reconozco que soy una mierda de persona pero aún así algunas veces me siento solo y por más que este con cuentos de mujeres no logro satisfacerme.Tome asiento en mi despacho tirando la cabeza hacia atrás estaba harto y apenas iba a ser medio día. Me dispuse a escribir los correos para los gobernadores citandolos a una reunión urgente la semana siguiente, llege a la conclusión de que ellos ya sabían del asunto. Talvez estaban mejor informados o talvez todos estábamos igual y no teníamos ni la menor idea de quien era el maldito bastado. Justo en ese momento Jhofry entró con muy mala cara
- no hay nada- fue lo primero que soltó mirándome serio. Mire el reloj de mi muñeca percatándome de que ya había pasado bastante tiempo.
- ¿como que no hay nada? - pregunte con el celo ligeramente fruncido
- no hay nada, nadie sabe nada ni siquiera saben su nombre solo apareció hace dos meses lanzó el cuerpo del primer gobernador por la puerta de su mansión y se autoproclamo el nuevo gobernador pero nadie pudo ver su rostro-
- esto no me gusta, tendremos que ir a ver a Cassandra cuanto antes, para que nos ayude con esto- dije levantándome con las manos a cada lado del escritorio mirando los papeles
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Tu Eres Mi Destino
Vampiri- ¿siempre eres tan irritante? - Sebastián hablo con un ligero pero muy notable tono de molestia. - no, creo que solo me pasa cuando estoy cerca de alguien como tu - - ¿alguien como yo? ¿ qué quisiste decir con eso? - - no es obvio - fingi sorpresa...