Nuestra Princesa [Saga Bebés #3]

capítulo 18

Ahora mismo me encuentro en El Instituto Skarsgård estoy que me muero de los nervios, muerdo mi labio inferior con tanta intensidad que me hago una pequeña mordedura que me hace probar mi propia sangre, mis manos me temblaban

Me acerqué a la pelirroja recepcionista

—Hola buenos días se encuentra el ¿señor Bill Skarsgård?— dije con una sonrisa fingida—
—buenos días señorita¿Quién lo busca?—preguntó amablemente
— ehhh… una amiga—respondí nerviosa
—su nombre señorita
—eh… yo… soy Aileen Sherwood

La pelirroja, me miró con desconfianza

—el señor skarsgård ahorita está en una reunión si gusta lo puede esperar
—si yo lo espero

Me senté en un sofá mientras esperaba pensaba en lo que le voy a decir a Bill iré al punto con seré sincera.

30 minutos después

Ya no puedo con los nervios,estoy con el corazón desbocado en cualquier momento me dará un infarto y sudando como loca.

—señorita Sherwood

Me levanté del sofá y camine hacia recepcionista

—¿Si ¿Valery?— leí en su gafet
—el joven Skarsgård ya la puede atender.
—muchas gracias ¿En donde está su oficina?

la chica me indicó dónde, camine hacia la oficina a paso lento y nervioso, mis piernas me temblaban y mis manos sudanban al estar frente a la puerta me llegó la cobardía tenía ganas de salir corriendo, el corazón ya lo sentía en mi garganta.

«vamos Aileen no seas cobarde» —me dije a mi misma.

Respire profundamente y toque la puerta

—pase —dijo su voz tan varonil

Sentí que me iba a desmayar en cualquier momento.
Abrí la puerta y me encontré con un ángel.

Bill como siempre tan guapo y sexy el estaba sentado en su silla frente a su escritorio con muchas hojas encima n

— ¿Qué quiere?—dijo frío

El ni siquiera volteó a verme, me dieron ganas de irme de allí

—vengo habla contigo—respondí tranquilamente

Bill despegó los ojos del papel, me miró me dio una sonrisa moja bragas.

—Aileen ¿Qué te traía por aquí?
— sólo quería hablar contigo—dije nerviosa
—okay siéntate ¿Quieres algo de beber?
— no gracias Bill

El me sonrió, me senté frente a él

—y bien… ¿De qué quieres hablar?

Tragué saliva nerviosa

—este yo…

Bill me miró con una ceja levantada, mordí mi labio inferior

—Bill ¿Recuerdas el día que nos conocimos?
— recuerdo cuando me desperté y te vi acostada en mi cama con sólo una sábana cubriendote esa mañana supe que los Ángeles existían —dijo mirándome a los ojos
—¿Qué? … Bill tu…

La puerta se abrió abruptamente