Over the Moon [Larry Stylinson]

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El tiempo ha pasado, las estaciones ya no son las mismas, el mundo cambio y ellos lo hicieron también.

Cuando creces nadie te advierte sobre que, lo único constante en esta vida es el cambio. Lo único a lo que te puedes aferrar en cualquier punto donde te encuentres. Si algo fallo, cambia, si estás triste, cambia, si quieres ser feliz cambia. Crecer es cambiar, nadie permanece estático, igual, sin alteración y ellos no fueron la excepción.

El cabello creció, se fue y volvió a crecer. Los tirantes dejaron de ser importantes y el collar de avión desapareció.

Los rostros se volvieron maduros y, las prioridades cambiaron. Fueron lluvia y luego mar, nubes y arcoíris, tristeza y alegría, desolación y euforia. Fueron muchas cosas, amigos, desconocidos, amantes y fantasmas. Fueron el mundo y el Big Bang.

De igual manera dejaron de ser algo juntos, fueron una brecha y un abismo, dificultad y miedo.

Lo más irónico es que incluso estando lejos fueron muchas cosas juntos, complementos. Cuando las cosas tienen que pasar pasan, al tiempo que sea. Cuando seas viejo o un joven, si la vida quiere algo para ti dará miles de vueltas hasta que llegue a ti y ellos tampoco fueron la excepción.

Dejaron de ser niños y tomaron las riendas de su vida, volvieron a conocerse, a aprender, a amarse. A estar juntos.

Louis caminaba de un lado a otro cantando una pequeña canción de cuna al bebé que tenía en brazos, su amigo irlandés se tomo la molestia de enseñarle cuando supo que Ian llegaría su vida y a la de Harry.

Niall siempre había tenido un dote especial con los niños, era todo risas y ojos brillantes, historias encantadas sobre irlanda y el sentimiento de conocerse siempre. Tenía el don de San Patricio.

Subió las escaleras de la casa nueva, dirigiéndose a la habitación del bebé, aún tenía que desempacar algunas cajas y guardar otras. Con un beso se despidió de Ian y fue directo a la sala de estar donde cuatro cajas estaban esparcidas, se dejo caer en el suelo y con el abre cartas corto la cinta y abrió la caja.

Bien, no sabe cómo pudo olvidar esa caja y se siente mal, pero logra despejarse pensando que la mudanza, el matrimonio y un bebé son cosas difíciles.

La caja esta llena de fotos, de pósters de bandas, de libretas con garabatos sin sentido y flores marchitas. Es la caja que Harry y él hicieron al ir a la universidad, una caja con quizás 6 años de existencia. Y todo vuelve a él como si volviera a tener catorce y se diera cuenta que le gustan los hombres y, su mejor amigo.

Se conocieron desde que estaban en pañales por ser vecinos, Harry siendo dos años mayor que Lou llego a cuidarlo algunas veces antes de que su amistad se forjara completamente.

Comenzaron a saltar de una ventana a otra para poder pasar las noches juntos sin que sus madres supieran, las veces que fueron a pescar juntos y cómo leían cómics en la casa del árbol. Cuando pedían dulces en noche de brujas y los ángeles de nieve que hacían en invierno.

La situación de niños cambió cuando un Louis de catorce se dio cuenta que su mejor amigo le gustaba.

Naturalmente él empezó a distanciarse, aterrado de ser rechazado, evitaba a Harry a toda costa y en algunas ocasiones le grito que le dejara en paz. Hasta la noche en que Harry golpeo a Louis por ser un imbécil, el pequeño no soporto y grito sus sentimientos a los cuatro vientos. Naturalmente Harry lo beso y fue el comienzo de su relación.