Capítulo II: Violación.
- Acabo de pasar una de las mejores noches de mi vida con una mujer en una cama, pero hay algo irónico, que fue con una desconocida que no tengo ni idea como se llama, ni qué edad tiene, entonces ahora que estamos bien ¿puedo saber la respuesta de dichas preguntas?
- En serio quieres saber, ¡Ok! Me llamo Elena y tengo 28 años de edad. Y usted buen joven que obviamente tiene menos edad que yo ¿me puede responder dichas preguntas?
- Señorita Elena, mi nombre es confidencial, peor me puede llamarme anónimo, tengo 22 años, bueno, ya me independicé, vivo solo en este apartamento y soy bueno en la cama como me dijo usted.
- ¡si, pero! Ahora quiero saber ¿dónde aprendió ser tan increíble en la cama?
En ese momento que estaba en la cama acostado con ella, casi desnudo y desayunando, le fui contando aquellas experiencias sexuales que había tenido en mi corto años de edad, ella me escuchaba cada palabra, le respondía los interrogantes, así fue como fue entendiendo poco a poco.
Al terminar de contarle todo, me miro, sonrió y me beso de repente, al terminar de darme el beso me dijo: - gracias por existir, tu eres la persona que había necesitado toda mi vida. Yo no entendía en aquel momento, pero ella siguió hablando, hasta el punto de decir: tú eres la persona para desahógame, al terminar de decir eso, la detuve y le dije que me repitiera, me obedeció y lo hizo, al momento le dije: - Elena, en tus ojos vi dolor y sufrimiento desde el momento que me acerque a donde ti, cuéntame ¿qué es lo que te perturba?
- Anónimo, es momento te contare mi historia, pero hoy solo será un pedazo porque no termino de contar todo hoy.
- Bueno, señorita hoy no será el último día que la volveré a ver, así que tengo todo el tiempo del mundo, ¡claro! Si usted me lo permite
- Ja, ja, ja... dale, me caes bien anónimo.
Todo empezó hace veintiocho años atrás, mi madre me tuvo en un matrimonio con problemas ya que mi padre era un alcohólico de esos que el sueldo de taxista se lo gastaba en cervezas, ron, aguardiente entre los amigos y por ende eso le molestaba mucho a mi madre.
Después de cuatro años de matrimonio con una sola hija de dos años de edad, que por supuesto era yo mi madre decidió separarse de él y vivir donde mi abuela donde estuve la mayor parte de mi resto de años hasta los siete que mi madre se volvió a comprometer con otro hombre.
Por la parte de mi padre, siguió igual de alcohólico hasta tal punto que pasado lo dos años se ganó una lotería y la plata se la malgasto en cerveza, prostitutas y en una semana ya no tenía nada a tal punto que le pidió prestado dinero a unos prestamistas callejeros para seguir viviendo la buena vida y por no pagar seis meses después lo obligaron cavar su propia tumba y lo enterraron vivo hasta que se asfixio y minutos después murió.
Como te venia contando anónimo, mi madre cuando tenía siete años se volvió a enamorar y se casó, entonces mudarnos con él, nueva casa, nuevo entorno.
El hombre era profesor de secundaria y mi madre camarera de un restaurante cinco estrellas, así que la mayor parte del tiempo la pasaba con "mi padrastro" y yo solos hasta que llegase mi madre, a veces notaba que cuando estaba jugando o bañándome me miraba y eso a mí como niña en aquel entonces me incomodaba un poco, pero no sabía cuales era las intenciones con la que lo hacía por eso no le decía a mi madre, era una santa paloma en aquel entonces hasta que una tarde todo cambio.
El día de mi fiesta de ocho años, él se tomaba muchas fotos conmigo, invitaron a los compañeros del colegio donde aquel entonces ejercía cuarto de primaria, el hombre me sentaba en sus piernas, me acariciaba, me peinaba, y me comentaba que estaba linda, pero me lo decía al odio y susurrando, allí fue donde me llené de valor y le dije a mi madre que él me estaba diciendo que estaba linda mientras que me acariciaba, mi madre me respondió, que eso era normal, de pronto como me había adoptado como su hija me quería demostrarme el amor y el aprecio que me tenía, pero que ella iba hablar con él de todas formas.
Los días fueron pasando ese hombre que mi mama me obligaba a veces a decirle papá, se fue calmando y alejando un poco de mi hasta que una tarde después de llegar del colegio me fui a dar una ducha y al salir lo descubrí que me estaba observando mientras se jalaba su pene; estando un poco asustada sin saber lo que sucedía, me agarro del brazo y me dijo que lo acompañara a su habitación, como bien dicho anteriormente, estaba confundida en aquel entonces, así que le obedecí, pero me sentía un poco incomoda por lo que sucedía. El me quito la toalla, sentó en sus piernas, me empezó a decir que estaba muy linda mientras que pasaba su mano derecha por todo mi cuerpo tocando por la parte por lo que ahora son mis senos, por mi pequeña vagina intentando meter sus dedos. A mí me dolía y se lo hacía saber, él solo me contestaba que disfrutara el momento, que me relajara porque así me dolía menos y lo disfrutaba más, pero entre más transcurría los minutos intentaba meter más sus dedos en mi vagina y me dolía mucho, mientras me besaba mi boca, todo mi cuerpo y la única forma que paro de hacerlo fue cuando vio salir sangre de mi vagina, me llevo cargada hasta mi cuarto, me dejo acostada en mi cama y me dijo que no le dijera nada a mi madre porque o si no me iba a ir mal con él.
Esa noche me sentí sucia, no podía caminar bien porque mi vagina me dolía, lloré mucho esa noche en silencio para que mi madre no se diera cuenta y despertara.
Pasado una semana lo volvió hacer, pero fue un poco diferente, una noche había un evento en el restaurante donde mi madre trabajaba y el evento era hasta el día siguiente, mi madre nunca me había dejado una noche solo con él, así que viendo la situación laboral y económica se fue tipo ocho de la noche, y desde aquel entonces mi vida fue una pesadilla. Aún recuerdo la hora como si fuese sido ayer, la manecilla del reloj, la pequeña apuntaba al diez y la grande estaba entre el uno y el dos, él toca la puerta de mi habitación solo para preguntarme si estaba bien, además tenía un poco de temor por lo que pudiese pasar, yo le respondí que me encontraba bien y que no necesitaba nada, recuerdo que sonrió, entro a mi cuarto y me abrazo, me beso la frente y acariciar mi cuerpo, la blusa rosada con una flor en el medio color blanco que tenía puesta me la intentaba quitar pero no se lo impedía, al notar que no me estaba dejando hacer lo que él quería se fue de mi cuarto mientras se me salían las lágrimas. Minutos después regreso con una cuerda y un trapo, me miro con perversión y me dijo con voz suave – lo siento Elena, me amarro mis manos y piernas a los extremos de la cama con la cuerda y el trapo me lo puso en la boca impidiendo mi movilidad y que gritara, me rajo la ropa que traía puesta con una tijera dejándome totalmente desnuda, él de igual manera se desnudó y con su pene erecto lo fue pasando por todo mi cuerpo, se masturbo mientras me tocaba mi vagina y trataba de introducir los dedos como aquella vez hasta que se vino y su semen me lo froto por todo mi cuerpo.
Mientras que lloraba desesperada que todo eso pasara, saco del bolsillo del pantalón un frasquito que decía vaselina, se unto un poco en su pene y fue introduciéndolo lentamente en mi vagina, sentí como se partía todo por dentro, como se desgarraba, como caía las gotas de sangre en la sabana, pero eso a él no le importaba, solo era disfrutar el momento de la excitación, la adrenalina que recorría su cuerpo y yo solo lloraba, cerrando mis ojos esperando que todo acabara, trataba de gritar, el trapo metido en la boca no podía, pero mis lágrimas reflejaban el dolor que sentía en aquel entonces.
Mi alivio fue cuando él se acostó encima de mí, lo que había sucedido fue que mi madre había llegado silenciosamente porque pensaba que todos estábamos dormidos, lo vio violándome y por la impotencia y rabia cogió un cuchillo de la cocina y se lo apuñaleo en la garganta, con el mismo cuchillo partió la cuerda, me saco el trapo de la boca y me llevo al hospital más cercano tapada solo con una toalla mientras ambas llorábamos.
Horas más tarde cuando mi madre y yo estábamos un poco más calmada llego la policía al hospital donde estábamos, a mí me hicieron un par de preguntas respecto a lo que me había sucedido y a mi madre se la llevaron detenida, hora más tarde llego mi tía por parte de mamá explicándome que mi madre se la habían llevado detenida porque había matado al que me violo, el cuchillo le corto una arteria haciendo que muriera desangrado en la habitación y ella a partir de ese momento se iba hacer cargo de mí.
Dos días después, en el mismo momento que a mi madre le estaban haciendo el juicio a él lo estaba llevando a un crematorio para volverlo polvo y echar su cenizas al mar. Por el lado de mi madre le dieron ocho años de prisión, pero la depresión y la culpa le hicieron una mala jugada haciendo que quince días después se suicidara en la celda donde estaba haciéndome entender que en ese momento estaba sola y tenía que madurar en aquel entonces y mi vida cambiaria totalmente aquel día.
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TURNO DE LAS MUJERES
Teen Fiction¿Quien dijo que una mujer no puede ser pervertida? en este libro encontrara la respuesta. esta es la historia de Elena y anónimo, un par de pervertidos que la vida los une y donde ella le cuenta toda su vida sexual a anónimo desde su niñez hasta...