CIELO

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Jamás pensé que esa chica se iba a volver mi mundo, toda mi vida desde aquel momento de estrechar nuestras manos estaría basado en solo en ella.

Aquella tarde que le di la mano y nos presentamos gentilmente, nos sentamos en la plaza a charla respetuosamente, peor yo solo me concentraba en esos labios voluminosos un poco pintado de rojos con ganas de besarlo y desnudarla con solamente la mirara, tenía que ser recatada, comportarme como una dama y no como una pervertida como había sido los años anteriores.

Todo comenzó con una simple amistad, yo la saludaba, nos quedábamos charlando antes de clases, después de clases, en receso; al pasar las semanas la esperaba para irnos juntas y seguir hablando, por la noche seguíamos hablando hasta cierto punto, claro porque teníamos que estudiar para la universidad. Poco a poco nos fuimos ganando nuestra confianza una de la otra, aunque aun no me llenaba de coraje para decirle que ella me provocaba, me excitaba, que quería besarla, así que me tenía que aguantar las ganas e incluso cuando hablábamos por llamada su voz hacía que me humedeciera provocando que me masturbara hasta venirme con el mayor disimulo para que ella no se diera cuenta.

La relación entre ella y yo fue mejorando hasta hacernos mejores amigas, los fines de semanas a veces ella se quedaba en mi casa o viceversa hablando toda la noche de nuestras cosas más íntimas hasta quedarnos dormidas o saliera el sol; le conté lo de Manuel, lo de Jesús, mis violaciones con la misma confianza como te lo relate a ti, ella no quería al principio tener compasión conmigo, pero al final todo esto permitió que se acercara a mí.

En las mañanas veces me despertaba primero que ella solo para verla dormir, desear sus besar sus labios mientras lo tocaba con mis dedos índice, me ponía nerviosa por eso no lo hacía, pero si le daba uno que otro beso en la frente y la punta de la nariz, pero cuando estaba decidida a besara en si despertaba impidiendo saber el sabor de sus labios.

Pasada una semana, quede con ella hacer una pijamada y estaba dispuesta en decirle la verdad por lo que sentía por ella. Llego a las 8 y nos pusimos a ver una película, mientras tanto en mi mente pasaba como le iba a decir, estaba toda nerviosa, ansiosa, así que me fui a bañar para calmar los flujos un momento y pensar bajo la ducha.

Transcurría el agua sobre mi cuerpo, ya estaba dispuesta a entregarlo todo o nada, Sali del baño hacia la cama donde se encontraba ella en ese momento con su teléfono. sin pensar en nada, la acosté en la cama, la despoje de su teléfono, le agarre los brazos y le dije: - no aguanto más tengo que hacerlo – y la empecé a besar. Cielo en su confusión al principio me besaba con miedo y se oía sus latidos de su corazón, pero poco a poco se fue relajando y en medio de la excitación me fue quitando la toalla que llevaba puesta y yo de igual manera fui quitando de mi vista aquella ropa que me incomodaba verla hasta quedaros desnudas las dos.

Sus labios al fin los pude besar, mordiéndolos una que ostras veces: las manos de ellos era un poco juguetonas ya que tocaban y apretaban mis senos por el placer y hacia que gimiera un poco.

Fui bajando por su cuello, mientras agarraba sus senos, después le bese sus pechos grandes, chupe, mordí sus pezones café claros, seguí bajando por su abdomen hasta llegar a su vagina un poco rosada, la abrí un poco y su clítoris lo empecé a besar. Solo escuchaba sus gemidos, lo retorcijones que se daba por placer; a veces separaba mi cabeza de su vagina, pero mis dedos los introducía por su orificio vaginal para seguirla excitando y gimiera cada vez más. A su boquita volví y la abrazaba como nunca, con ganas de seguir y no soltarla.

Me dio la vuelta y ella estuvo encima de mí, empezó a besarme, y tocar mi vagina con sus dedos. Me beso mi cuello, mes pecho lo besaba, lo chupaba como una como una diosa, paso su lengua en todo mi cuerpo y me beso las piernas provocando que me excitara y me erizara a la vez. Cuando llego a mi vagina hizo unos hermosos movimientos con su lengua en mi clítoris y sus dedos me lo metía hasta lo mas profundo de mi vagina, solamente podía gemir pedir más hasta que me hizo venir como nunca en la vida, el orgasmo fue glorioso que sentí que hasta mi alma se vino.

TURNO DE LAS MUJERESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora