2. Despedida

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Sin pensarlo dos veces Danny había aceptado la custodia legal de Joan, por petición de Steve. Sabía que el marine tenía algo en mente cuando se lo pidió, pero se dijo que con molestarlo un poco después de que la situación se enfríe, lograría sacarle lo que sea que estuviera planeando al hacerle una solicitud tan peculiar.

Pero los días iban pasando de la manera más extraña. Excepto por la ceremonia fúnebre de su cuñada, Danny no había notado el menor cambio en el comportamiento de su pareja, todo seguía normal, en el trabajo al menos, en el plano íntimo como era de esperarse, apenas y se veían y estando aún más concentrados en el trabajo tampoco era muy sorprendente que las muy pocas veces que realmente podían pasar tiempo a solas lo pasaran hablando o viendo televisión, aunque no fuera algo que les interese mucho.

La sorpresa llegaría unas tres semanas después de lo sucedido con Mary, a quien Steve apenas mencionaba.

El rubio hizo algo que pocas veces hacía: entrar a la oficina de su novio sin permiso cuando no estaba presente. Andaba buscando un reporte que por alguna extraña razón el moreno olvidó entregarle antes de salir por una llamada que recibió, cuando el teléfono de la oficina sonó. A pesar de que sus instintos le dijeron que no quería hacerlo, levantó la bocina para encontrarse con la voz de la gobernadora, iba a decirle a McGarrett que se lo dijera, pero ahora que había sido el policía quien respondió, iba a pedirle que se presentara el día siguiente en su oficina para recibir su nuevo cargo como líder de Cinco-0.

Esa combinación de palabras definitivamente jamás creyó escucharlas juntas en su vida, y aunado a la cantidad de preguntas que aquello le trajo, sumadas a la preocupación de lo que cada cuestión implica, dejaron helado al haole por varios minutos. Sin darse cuenta le dio a la gobernadora una respuesta automática y colgó la bocina del teléfono. En su mente aún no creía lo que había escuchado.

Steve al parecer había renunciado a Cinco-0.

Y al parecer eso había sucedido días atrás.

Y por lo que entiende las únicas personas que lo sabían hasta hace un momento son Steve y la propia persona que hizo esa llamada.

Lo que significa que el marinero no pensaba decírselo a Danny hasta que recibiera el cargo.

Y la pregunta del millón de dólares...

¿Significa que el hombre a quien ama por su determinación... Se ha rendido?

Antes de pensar en lo que estaba haciendo, se subió al auto (no haciendo caso al importante hecho de que Steve se había ido en su Silverado al salir de ahí hace menos de una hora), para ir en dirección a la residencia del mencionado castaño, y por supuesto, exigir una explicación razonable para todo esto por que al menos eso merece luego de la carga que acaban de arrojar sobre su espalda.

Al llegar a la entrada de la casa de su novio sin constarle que de verdad encontraría a alguien ahí, se topó con la persona que buscaba al instante de abrir la puerta. Su teléfono sonó al mismo tiempo pero no necesitó adivinar de quién se trataba viendo que el moreno colgaba su teléfono cuando lo vio entrar, parece que después de todo sí pensaba llamarle.

—¿Qué estás haciendo, Steve? La gobernadora llamó hace poco para decirte algo...—

El Seal se quedó callado unos momentos ya que le había tomado por sorpresa la repentina aparición de Danny.

—Danny, estaba a punto de llamar para explicarte, en serio—

El policía sin necesidad de una revisión muy profunda pudo observar la ropa de su pareja, unos pantalones de camuflaje y su camiseta blanca, tampoco es adivino pero apostaría a que arriba en la habitación hay una maleta esperando lista para que simplemente la tome y desaparezca.

"Este trabajo que tengo..." ××Cancelada××Donde viven las historias. Descúbrelo ahora