I hate you, but it's Christmas | SeBaek

❄︎ 25 de Diciembre (Parte I)

1

El reloj de su móvil marcaba las una y media de la madrugada cuando empezó a sonar el tono del busca, provocándole una oleada de adrenalina que le subió desde el ombligo hasta la garganta.

Rápidamente se incorporó en la cama, topándose con un bulto cálido a su derecha, al que no le hizo el menor caso, pues se dispuso a contestar la llamada de inmediato.

—¿Sí?

—Sehun —escuchó al otro lado de la línea—. Necesitamos que vengas de inmediato a la UCI neonatal (1). Tenemos a un niño shockeado y hay que pillarle una vía central.

El joven sintió cómo toda la sangre abandonaba su rostro de sopetón, se había enfrentado a aquella situación tan solo tres veces en lo que llevaba de residencia y siempre fue con su adjunto. Aunque se sabía la técnica al dedillo y la había practicado con dos pacientes, nunca la había realizado sin la presencia de su adjunto. Ahora estaba solo.

—¿Tenéis allí un ecógrafo portátil y...?

—Sí —le interrumpieron—. Lo tenemos todo listo aquí. Date prisa, por favor.

—En seguida estoy allí.

Colgó el móvil y fue a salir de la cama a toda prisa cuando se topó de nuevo con el enorme bulto cálido. De pronto, recordó lo que pasó dos horas atrás, cómo Baekhyun intentó echarle de la cama y cómo se tumbó a su lado después. Un nudo se le formó en la boca del estómago, no teniendo muy claro si era por el hecho de haber dormido junto a su enemigo número uno o porque ahora la vida de un pequeño bebé recaía en sus manos.

Sin detenerse a pensar un segundo más, pasó por encima de Baekhyun para poder salir de allí, golpeándole varias veces, pues no tenía mucho espacio para salir entre su cuerpo y la litera de arriba. Baekhyun se quejó bastante por haberle despertado, pero ya era tarde, Sehun ya se había puesto sus zuecos y salido corriendo de la habitación.

2

Sehun se detuvo tan solo un segundo frente a las puertas del ascensor, lo que tardó en calcular el tiempo que le llevaría esperarlo frente a subir a toda prisa las dos plantas que le separaba de la UCI neonatal. Al final optó por subir los escalones de dos en dos lo más rápido que sus piernas le permitieron, no llegando a tardar ni un minuto en subir y otro en llegar hasta la UCI.

En cuanto entró por las puertas de doble hoja, Sehun se encontró con un panorama desgarrador: justo enfrente de él, una incubadora estaba abierta y rodeada de por lo menos cinco profesionales, algunos iban y venían trayendo cosas, mientras que una doctora le hacía el masaje cardíaco a un pequeño cuerpo que no se movía y un residente le aplicaba ventilación.

Sehun cogió un par de guantes de una caja que se encontraba cerca de la puerta y se los puso de inmediato, al mismo tiempo que localizó a Kyungsoo, el pediatra que le había llamado, que estaba junto al ecógrafo.

Cogiendo aire con fuerza, se puso en marcha. Le indicó a Kyungsoo que se acercara con el aparato y le dijo a un enfermero que le preparase el equipo para coger una vía central. Se acercó a los dos médicos que intentaban reanimar al bebé, con la cena amenazando por salir de su boca, pero para cuando fue a preguntar cuánto tiempo llevaba la criatura en parada, la médico detuvo el masaje cardiaco, su mirada se tornó cansada y desamparada. Un flechazo cruzó el pecho de ambos residentes, que le miraron sin saber qué hacer, Sehun con el ecógrafo en la mano, listo y preparado.

—Ya no hace falta —dijo la mujer con voz queda. Miró el reloj de su muñeca—. Hora de la muerte, una y treinta y cuatro de la madrugada.

—Pero... —se aventuró a decir el joven anestesista.