❄︎ 31 de Diciembre (Parte II)

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Hasta ese momento no se fijó bien en las manos de Baekhyun, pues la mayoría de las veces las había visto enfundadas en guantes de látex. Pero ahora que las observaba sujetar los palillos metálicos con tanta delicadeza, como si se trataran de ligeras plumas, no pudo evitar admirar su belleza.

Eran pálidas y de textura visiblemente suave; los dedos, finos y largos, se le antojaron preciosos, delicados y besables, muy besables.

Cuando se dio cuenta del camino que estaban tomando sus pensamientos, Sehun volvió la vista al televisor de inmediato. Aquello tenía que ser una broma de mal gusto de su sistema nervioso, simplemente no podía empezar a sentir aquella clase de cosas.

Se encontraban sentados en el sofá del salón, cada uno con un delicioso bol lleno de verduras asadas y carne en la mano, mirando los anuncios de cualquier cadena. Justo cuando Sehun iba a abrir la boca para admirar lo sabrosa que quedó la cena, Baekhyun le interrumpió cogiendo el mando de la televisión. Toda la confianza que normalmente irradiaba dentro del hospital se esfumó, parecía algo apurado.

—Hay un especial de fin de año que me gustaría ver —pronunció con cautela—. ¿Te importa si lo pongo o hay algo que te gustaría ver?

—No te preocupes. —Negó con la cabeza—. Es tu casa; además, no hay nada que me llame la atención, no suelo ver la televisión en Noche Vieja.

—Yo tampoco —coincidió—. A no ser que la pase solo.

Baekhyun cambió la cadena a una donde normalmente ponían programas musicales; de hecho, cinco minutos después, comenzó una transmisión especial de Año Nuevo de un programa de actuaciones de grupos de Kpop. Cuando el programa comenzó y las voces de los presentadores llenaron el silencio de la sala de estar, Sehun se giró a mirar al cirujano, atónito y con la mandíbula desencajada.

—¿Te gustan las boy y girlbands?

Con cierta lentitud y las orejas ardiendo, el mayor también giró la cabeza para mirarle y tras unos horribles segundos en los que Sehun tuvo que aguantar las enormes carcajadas que luchaban por salir, asintió despacio.

—¿En serio? ¿Pero gustar, gustar?

—Sí... —admitió—. Gustar, gustar.

—¿Pero gustar de comprarte los discos y esas cosas?

Baekhyun pareció sopesar arduamente la respuesta que le iba a dar. Suspiró pesadamente.

—Gustar de comprarme los discos, ir a los conciertos y a las firmas y demás eventos.

Con ambas cejas alzadas y todavía con la boca abierta, Sehun le miró fijamente, aunque no duró por mucho, ya que inmediatamente Baekhyun le empujó la cabeza hacia la televisión.

—Anda, calla y come.

Pero Sehun no tenía pensado rendirse. Se sentó más cerca de Baekhyun, invadiendo claramente su espacio personal. Le parecía increíble que alguien con tanta reputación como él tuviera una afición típica de adolescentes. Ni siquiera era capaz de imaginarse al mayor entre una multitud de chicas de dieciséis años, sujetando un lightstick y dando saltitos y voces al ritmo de la música en un concierto.

—¿Pero de verdad? —insistió.

El cirujano puso los ojos en blanco y le apartó de nuevo volviéndole con fuerza la cara.

—Ahora mismo te odio más que nunca, Oh Sehun. ¿Qué problema hay con que me guste el Kpop? Hay que apoyar a los artistas nacionales —se defendió.

I hate you, but it's Christmas | SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora