Había esperado ese momento durante tanto tiempo, que no se creía que estuviese pasando. Aitor no sabía qué actitud adoptar. Hay momentos en la vida para los que se puede ensayar, pero ese no era el caso. Estaba nervioso, y no estaba seguro de poder disimularlo bien; pero todo parecía avanzar con bastante fluidez y eso era lo importante.
Pilar y él estaban en la mesa de una cafetería de Deusto. Ya se habían puesto al día con todo lo relacionado con sus vidas, y pasaron a hablar sobre viejos tiempos, antes de conocerse. Pilar se quedó pensativa un momento y dijo:
-Acabo de recordar que en mi época de instituto mi sueño era tocar en un grupo. ¿Sabes que quería ser punki y tocar el bajo? Como era lo que se llevaba... Pero tenía pánico escénico y nunca lo hice. Superé ese miedo tras años de ser profesora, pero...
Aitor se echó a reír. No se imaginaba Pilar actuando en un escenario delante del público. Ella intentó aparentar molestia; no le salió muy bien porque tenía que reconocer que también le hacía gracia el tema.
-Perdona, no puedo evitarlo, es que pienso en ello y me parece bastante gracioso - dijo él. Pilar sonrió - ¿Nunca has pensado en cumplir lo que querías?
-Quita, quita. No tengo quince años. ¿Qué pensaría la gente? Además, entre el trabajo y todo eso... No tengo mucho tiempo.
-Como veas. Aunque, que sepas que si tocaras yo iría a verte.
Lo que quedaba de tarde pasó bastante rápido, y al llegar las nueve de la noche, decidieron que era hora de irse.
Aitor llegó agotado a su casa. No se había dado cuenta de lo cansado que estaba hasta que entró por la puerta. Qué día más raro. Por una vez, se sintió agradecido por tener tanto sueño: en el caso contrario, hubiera tardado horas en dormirse, porque no podría haber parado de pensar en lo que había pasado esa tarde.
Por lo que respecta a Pilar, estuvo de buen humor lo que quedaba de día. Le encantaba encontrarse con viejos amigos, y sobre todo si era Aitor: siempre había sido de sus favoritos, incluso habiendo desaparecido de repente (hay que decir que eso ya no tenía importancia, él le había contado la razón por la que nunca llamó).
Mandó un mensaje a su hija para asegurarse de que no llegaría muy tarde a casa y encendió la televisión. Estaban echando un documental sobre música de los ochenta. En pantalla aparecían las Vulpes interpretando un tema suyo. Pilar observó, divertida. Después de todo, puede que la idea de tocar en un grupo a su edad no fuese tan descabellada.
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PILTOR: LA HISTORIA 100% REAL NO FAKE
RomanceEsta historia es un chiste, una mofa, una befa, un chanza, un pitorreo, una chufla, una guasa, un escarnio; en definitiva, una broma, y encima de mal gusto. Si os gusta la literatura chunga, este es vuestro relato. Disfrutad, vaquitas <3