∆Imaginas y OS de Bakugou Katsuki∆ {Inactiva Temporalmente)

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Imagina vivir junto a Katsuki y que hagan todo juntos.

Estaba apunto de hacer la cena pero alguien llegó y me abrazó por detrás.

Katsuki- Ya llegué, fea -Volteé con una sonrisa, amaba que fuese cariñoso, aunque después de le pasara y fuera el mismo de siempre.

_____- Cariño, llegas justo a tiempo -Besé sus labios- Iba a hacer la cena, ¿Me ayudas? -Él asintió. Caminamos juntos a la cocina y ahí empezamos a hacer nuestra magia, porque sí, ambos sabíamos cocinar muy bien.

La cena estuvo llena de platicas muy interesantes, él contándome su día y yo igual, platicando de cosas que queríamos comprar en un futuro para la casa, de cuando iríamos a ver a Mitsuki-san... También hubo risas y gritos, me encantaba hacerlo enfadar, era algo muy divertido para mí.

Al termino de la cena, ambos recogimos todos y lavamos los trastos sucios.

Katsuki- Hora de lavarte los malditos dientes -Me cargó como un costal de papas, yo no me quejaba, ya estaba acostumbrada a que hiciera eso, porque el sabia que odiaba lavarme los dientes.

Katsuki se quitó su camisa ya que así siempre dormía, yo me puse mí pijama y nos adentramos al baño.

Ambos teníamos cepillos de dientes de juego, sí, el tenia uno azul y yo uno rosa.

Miraba a Katsuki desde el espejo, se veía tan lindo, desde siempre he estado enamorada de él, es increíble el amor que nos tenemos.

Katsuki- Qwue me vwes, fea -Decía con el cepillo en la boca, miro a otro lado mientras se rascaba la nuca, una mano suya posó en mi cintura y me atrajo hacia él, yo sonreí como pude ya que también tenia el cepillo en mi boca.

Cuando terminamos dejamos nuestros cepillos en el mismo vaso.

Antes de acostarnos, lo miré seriamente.

_____- Katsuki... -Lo llamé, él me miró también serio- Te amo -Le sonreí tiernamente, él se sonrojo demasiado, caminó hasta donde yo estaba y agarró mi mentón subiendo mi cara para que lo viera directamente a los ojos, porque sí, era mucho más alto que yo.

Katsuki- Oi, también te amo -Miró a otro lado con la cara más roja que el tinte de Kirishima, yo lo abracé fuertemente, él hizo lo mismo.

Amaba compartir este tipo de momentos con él, eran de lo mejor y siempre que los recordaba me sacaban esas sonrisas de tonta enamorada.