Era el trayecto en coche más largo que había hecho en mi vida. Lo cual no significa gran cosa, ya que nunca me había alejado más de cien kilómetros de mi ciudad natal. No obstante, se mire como se mire, el viaje era lo mas largo que me había alejado.
Según Maps, mi mapa interactivo, el trayecto en coche duraba más o menos y tres horas y treinta cuatro minutos. Eso suponiendo que tengas súperpoderes y no necesites hacer ninguna parada para poner gasolina.
Mi novio y yo habíamos partido desde Mokpo hacia Seùl. Yo había nacido y crecido allí, al igual que todos los miembros de mi familia. Nunca hablábamos de ello en nuestro pequeño grupo de cuatro personas, pero era un hecho sabido desde nuestro nacimiento que mi hermana y yo estudiaríamos y nos graduaríamos en la Universidad de Mokpo. Por consiguiente, se había producido una tremenda tragedia familiar cuando, hacía unos meses, durante mi segundo año en la universidad, había decidido mudarme de lugar en otoño. Lo que más había disgustado a mi familia, si eso era posible, era el hecho de que fuera a trasladarme a Seùl, la ciudad capital. Concretamente, a la Universidad nacional de Seùl. Había conseguido una magnífica beca, lo cual había contribuido a convencer a mis padres. Pero sólo en parte. A partir de ese momento, las reuniones familiares fueron... pintorescas, por decirlo suavemente.
El motivo de mi traslado iba sentado junto a mí, conduciendo su destartalado Honda. Lo miré y sonreí. Choi Siwon. Era un bellezón. Sé que no es la forma más varonil de describir a un chico, pero era el calificativo que yo utilizaba con más frecuencia mentalmente y el que encajaba con él a la perfección. Siwon provenía de Busan, y, debido a que se había pasado la vida en el mar en ese exótico lugar, tenía un cuerpo bronceado y musculoso, aunque no en plan macizo. Era un cuerpo más bien natural, proporcionado y atlético. Era excesivamente alto para ser un chico, mucho más que yo. Tenía el pelo castaño oscuro, y le gustaba lucir un corte irregular pero ordenado. A mí me encantaba cortárselo, y él dejaba que lo hiciera mientras me miraba con adoración, suspirando y quejándose todo el rato, amenazando con que el día menos pensado iba a raparse la cabeza. Pero le encantaba que yo se lo cortara.
Tenía unos ojos cálidos y profundos, de color marrón oscuro, que en estos momentos me miraban con expresión risueña.
—Hola, cielo. Ya falta menos de una hora.
La forma en que su acento se deslizaba sobre sus palabras me causaba un curioso efecto embriagador. Nunca dejaba de producirme una pequeña sensación de gozo, por extraño que parezca.
Por suerte para mí, Siwon tenía una tía a la que hacía tres años habían ofrecido un puesto en la Universidad de Mokpo y se había trasladado allí. Siwon, que era un cielo, había decidido acompañarla y ayudarla a instalarse. Había cursado un año de instituto en Seùl, durante el cual se había sentido muy a gusto, por lo que no le había costado ningún esfuerzo tomar la decisión de trasladarse a la Universidad de Mokpo, lo cual, a ojos de mis padres, lo había convertido en el candidato ideal para ser mi novio, es decir, hasta que me había llevado con él a Seùl. Suspiré, confiando en que se les pasara pronto el disgusto por haberme mudado de universidad.
Pensando que mi suspiro respondía a su comentario, Siwon añadió:
—Ya sé que estás cansado, Donghae. Pasaremos un momento por el bar SM y luego nos iremos a casa a descansar.
Asentí y cerré los ojos.
Al parecer, el bar SM era un sitio muy popular donde nuestro nuevo compañero de piso, Lee Hyukjae, era una estrella local del rock. Aunque íbamos a convertirnos en sus nuevos huéspedes permanentes, no sabía mucho sobre él. Sabía que durante su primer año de instituto en el Seùl, Siwon se había alojado en casa de Hyukjae y sus padres, y sabía que Hyukjae tocaba en una banda. Sí, bueno, sabía un par de cosas sobre nuestro nuevo y misterioso compañero de piso.
Abrí los ojos y miré por la ventanilla, observando cómo las borrosas siluetas de los enormes y verdes árboles desfilaban frente a mí. Las numerosas farolas de la autopista arrojaban un extraño resplandor naranja sobre ellos. Por un momento, había temido que el viejo coche de Siwon no fuera capaz de conseguirlo. En estos instantes, circulábamos en zigzag frente a frondosos àrboles que resplandecían a la luz de la luna. Incluso en la oscuridad de la noche, me di cuenta de que éste era un lugar bellísimo. Empecé a comprender que se abría ante mí una nueva vida en esta pintoresca ciudad.
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Inconsciente
FanfictionEn los dos años que lleva de novio de Siwon, Donghae cree que ha encontrado al hombre que siempre ha deseado. Cuando los dos se mudan a una nueva ciudad para empezar a vivir juntos, donde Siwon encontrará el trabajo de sus sueños y él se inscribirá...