"Hola libro. Escribo aquí porque me dijeron que no había problema con ello, que todo quedaría guardado en tu memoria, y mis escritos nunca serían olvidados ni desaparecerían. Como si tuvieras vida propia.
Es extraño estar haciendo esto, pero más extraño es... existir.
Poco a poco voy conociendo el motivo de mi existencia, el por qué me crearon, qué debo hacer, cómo debo hacerlo, y otras cosas más, que ciertamente es difícil de recodar.
Mi diosa dice que ella va a mostrarme el camino que debo tomar, que yo le debo todo a ella, y por eso tengo que mostrarle respeto y obediencia. Por alguna razón, la idea no me emociona mucho, pero no debo exteriorizar mis pensamientos o sentires, de lo contrario, mi diosa se enfadará.
Y eso es algo que he notado. Ella tiende a enfadarse muy seguido, y a hacer lo que ella quiere. Exactamente después de crearme y vestirme, ella tuvo una discusión con otra diosa, aunque más que discusión, parecía que la otra diosa regañaba a la mía, y esta solo se excusaba defendiendo que no había hecho nada malo o indebido.
Quise escuchar de qué se trataba la discusión, pero solo pude escuchar "no debiste haberlo hecho aquí, no tienes autoridad ni poder en este lugar y lo sabes", ya que la diosa me vio y cambió completamente su expresión.
En ese momento mi cara se volvió completamente roja y bajé la mirada, temiendo recibir algún tipo de reprimenda o castigo por escuchar algo que no debía.
Pero lo único que recibí fue una caricia en mi cabello, y cuando levanté la mirada vi a la diosa que antes discutía con la mía dedicándome una diminuta sonrisa. Pero era tan pequeña, que si no fuera porque la estaba mirando fijamente y de cerca, no la habría notado.
La diosa era bellísima. Me atrevería a decir que tenía más belleza que mi diosa. Era alta, quizá un poco más alta que mi diosa. Tenía una abundante cabellera negra, lacia y muy larga (casi le tocaba los pies), la cual era sujetada por una media cola, dejando que dos largos flequillos enmarcaran ambos lados de su elegante rostro. Su piel era como de color canela pálido; sus ojos eran negros, pero eran un negro brillante, que casi podía ver pequeñas estrellas en sus ojos. Vestía una túnica ajustada de color negro con plateado, cuyas mangas cubrían hasta la mitad de sus dedos, y poseía un aura que emanaba gran poder, un poder mucho mayor del que mi diosa poseía.
- Hola – me dijo
- Hola – susurré tímidamente (para mi vergüenza)
- ¿Cómo te llamas? – me preguntó.
- A-Ágape – respondí.
- Ágape – repitió ella, como si estuviera saboreando mi nombre – hermoso nombre, y muy apropiado.
Yo sonreí, sintiéndome dichosa de escuchar un cumplido viniendo de una diosa.
"Tú no eres como ella. Eres inocente" Susurró, dejándome confundida.
Se alejó de mí, y caminó hasta mi diosa. Lo último que dijo antes de desvanecerse fue "Lo dejaré pasar, pero no olvides cuál es tu lugar. No intentes desafiarme de nuevo".
Después de eso mi diosa estuvo bastante enojada y ofendida, tanto, que no se molestó en mostrarme más sobre este mundo ni enseñarme quienes eran los otros dioses. Simplemente me miró y me dijo "haz lo que quieras por hoy, y no me molestes".
Pero eso fue después de decirme que yo había sido creada para ayudar a las personas a "encontrar" a su otra mitad. Me dio un libro (en el cual ahora estoy escribiendo) y me dijo que ese era mi instrumento de trabajo, que mi poder se manifestaría por ahí.
ESTÁS LEYENDO
Escritor Nocturno (Namjin) (Nocturnos #2)
FantasiKim SeokJin y Kim NamJoon. Dos amigos que se gustan pero no entienden e ignoran que se aman, haciéndose daño continuamente de forma indirecta. Su agónico amor aun no nacido clama por ayuda, siendo escuchado por un ser sobrenatural, que aparece para...