A veces el destino trabaja de maneras más elocuentes y sorpresivas según el joven padre en sus experiencias anteriores.
Allí, frente a él, un muchacho de ropa negra estaba sentado en la segunda banqueta, con la cabeza gacha.
Tony sabía que algo pasaba. Todos los feligreses murmuraban y trataban de no acercarse mucho a él, casi como si fueran los leprosos que Jesús curó y fué escrito en su santa historia.
- ¿Sucede algo joven Anthony? - Steve acomodó su cuello blanco sobre su sotana al verlo.
- Padre Steve, ¿Qué sucede con él? ¿Está enfermo? -
Steve suspiró bajo y acarició el hombro de Tony.
-¿Recuerdas lo que te mencioné en el patio, Tony? -
- Claro que sí, aún lo recuerdo. El pecado puede disfrazarse de cualquier manera y no me daría cuenta hasta que sea demasiado tarde. -
- Pues a partir de ahora lo sabrás.-
El pequeño Harley corrió hasta detenerse frente a ellos.
- Padre Steve, la ceremonia debe empezar. -
Y mientras Steve avanzaba y comenzaba la misa, Peter elevó su rostro. Se veía tan bello, tan inmaculado ahí arriba.
¿Por qué no podía tenerlo? No le hubiera dolido que el padre Steve hubiese pagado por su cuerpo en algún momento, pero el padre era puro... El padre solo lo escuchaba.
- Estamos aquí reunidos para presenciar lo que Dios ha escrito en mi camino. Mi fe debe de guiar a otras personas y estoy seguro que ha donde vayan ustedes marcaron mi corazón.
Peter sentía su pecho romperse al escuchar aquello. No quería que se fuera, ¿A quién vería por las noches cuando se sentía demasiado sucio como para siquiera mirarse al espejo? ¿A quién admiraría en secreto todos los domingos?
Una de las tantas lágrimas que sostenía en sus ojos dibujó un camino por su mejilla.
¿Por qué todos estaban felices? Se iría el amor de su corta vida, el hombre que lo escuchaba y comprendía.
-... Pero jamás los dejaré solos.
Peter sonrió apenas. Dios ya me dejó solo.
- Padre, venga a presentarse aquí, a los corderos de Dios que están en busca de su pastor.
Fué entonces cuando Peter elevó su rostro. Un joven de poca diferencia de edad entró allí, su sonrisa delicada, fina... No se parecía a Steve... Pero parecía un ángel.
-Buenos días- Saludó el joven - A partir de hoy, guiaré en reemplazo del padre Steve. Mi nombre es Anthony Stark, estoy seguro de que podremos llevarnos bien, que vamos a lograr que Dios esté orgulloso de sus fieles corderos.
Peter se mordió el labio, se había equivocado al decir aquello.
✝️✝️✝️
- Perdoname padre porque he pecado.
- Peter... Mi querido Peter...
- Padre Steve... Mi amado padre Steve, quiero verlo sin barreras...
Segundos pasaron antes de escucharse un leve "sí", Peter no esperó para salir de su lado del confesionario para abrir la otra puerta y arrodillarse frente a sus piernas.
Abrazó las pantorrillas del padre Steve y apoyó su cabeza en su regazo.
-No se vaya padre Steve... Por favor quédese... Dejaré de vender mi cuerpo, me portaré bien, alejaré a James de usted, no diré malas palabras, no fumaré... Solo para que se quede padre Steve, no soy nada sin usted.
La cálida mano de Steve acarició su cabello, Tony se escondió tras la imagen del niño Jesús. Necesitaba ver aquello.
- Peter... Me rompes el alma hijo... - Murmuró Steve con su voz rota.
- Quédese por favor. Sabe que lo amo, ¿Por qué se va? ¿Por qué me deja solo? - Sollozó el menor, sus lágrimas mojaron la sotana del padre.
- No estarás solo. He estado pensando en ti, hijo, por eso pedí a Tony. Él sabrá comprenderte, él sabrá amarte...
- No como usted, usted es el único que no me mira con estigmas... Estoy estigmatizado padre y nadie puede salvarme... Solo usted sabe escucharme.
Tony frunció levemente el ceño cuando observó que Steve besó la cabeza del castaño.
- Eres un ángel Peter... Pero debes hacer lo que creas correcto.
-¿Y eso qué es? ¿Qué es padre Steve?
Las ventanas de diferentes colores comenzaron a ser golpeadas suavemente y prontamente mojadas. Peter lloraba y el cielo también... Tony llegó a la conclusión de que Steve veía algo en aquel muchacho que los demás no.
- Sólo tú puedes decidirlo, está lloviendo hijo, tienes que irte.
-Si yo me voy usted se irá de aquí y no quiero eso.
-Prometo escribirte Peter, te escribiré todas las semanas viajaré una vez al mes para poder verte.
- Mi padre Steve.
Aquellos ojos mataban a Steve, él mismo que besó la frente y sus dedos índice y corazón para colocarlos sobre su boca.
- Que Dios haga que pienses y veas cosas buenas.
✝️✝️✝️
-¿Por qué? ¿Por qué ese chico?
Tony seguía de un lado a otro a Steve. El cual empacaba sin problemas su ropa.
-Steve por favor, ¿Puedes explicarme? - El tono desesperado logró que el padre se detuviera.
-Peter es un muchacho especial- Susurró Steve.
- ¿Pero por qué? Steve, ese joven está enamorado de ti y tú no sientes nada por él.
- Peter es una persona a la que no le importa si el amor es devuelto, solo necesita que alguien lo escuche. Por eso te pido que lo entiendas y escuches. Viene dos veces a la semana, tal vez más.
-¿Por qué te dijo que estaba estigmatizado? - Tony frunció el ceño.
- Peter vende su cuerpo. Muchos hombres y mujeres han venido a confesarse que pasaron la noche con él, pero nadie se anima a decir y a aceptar que que solo lo quieren para cometer el acto carnal que tanto aman los hombres.
Steve comenzó nuevamente su tarea de guardar su ropa.
- Es así que Peter cree que el paraíso le ha cerrado las puertas.
Tony se apoyó en la pared, respirando hondo. Ese pequeño pueblo, tal vez, no era completamente bueno.
- Dios perdona a todos.
- Cuando conozcas a Peter te darás cuenta que, tal vez, al inicio, Dios lo haya olvidado pero- Steve detuvo sus acciones y lo miró al rostro fijamente - Peter es el único que Dios ha tenido en sus manos todo éste tiempo- Steve volvió a lo que hacía- y ¿Tony?
El nuevo padre pestañeó antes de verle.
-¿Si?
- Está mal ir por ahí viendo y escuchando pláticas ajenas - Y la maleta se cerró.