— En dos horas empieza el partido hyung.
— Lo se Kyu, pero tengo que terminar este documento, el jefe esta en su oficina revisando unos documentos y no puedo irme hasta terminar.
— Bien no insistas, te voy a ayudar.
El menor lo obligó a que se arrimará para poder colocarse a su lado detrás de la mesa, tomo algunos documentos que tenía pendientes y empezó a ayudarle, por su parte el mayor se quedo mirando sin entender pero al notar de que iba todo solo asintió más animado y empezó a trabajar.
— Por fin, ya vamos hyung.
Ambos jóvenes dejaron cada cosa en su lugar y fueron al patio de comidas del último piso en donde el enorme televisor los esperaba, ya habían pasado los primeros 22 minutos del segundo tiempo del partido y para su suerte el Real Madrid ya le había metido un gol a Barcelona.
— Joder.
El más joven había refunfuñado puesto que estaba perdiendo la apuesta con el mayor, mientras en la cabeza del mayor repetía una y otra vez el problema que estaba teniendo sobre la mentira que le dijo a sus padres ignorando el hecho que iba ganando la apuesta. Tan perdido estuvo en el tumulto de pensamientos hasta que el joven dejo los cincuenta dolares sobre la mesa.
— Ganaste hyung.
— Es una lastima evil gamer.
— Me vengaré hyung.
— ¿No tienes suficiente ganándome en todos lo juegos?
— Jamás será suficiente.
— Que bonito, apostando en horas de trabajo.
Ambos jóvenes se quedaron helados al oír la voz de su jefe detrás de ellos, el menor de ambos se levanto y no tardo en envolver a su medio hermano en un fuerte abrazo soltando una voz cariñosa dirigida al jefe de ambos.
— Ahm hermanito precioso.
— No me convencerás Kyunnie, Joven Kim ya podemos irnos.
El dueño había murmurado lo primero a su hermano menor antes de soltar las siguientes palabras y posar su atención en el lindo secretario pensando que sería aquello que le diría, tal vez ya dejaría el trabajo ¿sería eso?
— Ahm si, pero lo que quiero decirte es de amigo a amigo.
Aquella frase solo provocó que el corazón se le saliera del pecho ¿le diría que estaba enamorado de él? Si eso era entonces ¿qué pasaría? ¿lo aceptaría? ¿tendrían hijos? ¿vivirían felices por siempre? Había hecho todo un cuento de hadas en su cabeza por lo que la sonrisa feliz que llevaba en su rostro no hizo mas que delatar el hecho que amaba la idea.
— Bien, justo es hora de almorzar.
Reviso la hora en el reloj que reposaba en su muñeca asegurándose que estaban dentro de la hora de almuerzo, después de un par de palabras con su hermano KyuHyun sobre como terminó el partido de aquel día decidieron retirarse ambos a un lugar más privado puesto que las cosas en la empresa se podrían mal interpretar.
A unas cuadras de la empresa pudieron encontrar un cómodo restaurante coreano con ambiente hogareño donde podrían almorzar y platicar de forma tranquila. El silencio que se formo en la mesa fue cómodo para ambos y este se mantuvo hasta que la mesera se encargo de tomar el pedido de cada uno, cuando esta se retiro el menor de ambos decidió romper el silencio que por más que amará estar así con mayor mas amaba el hecho de escuchar aquella hermosa voz.
— ¿Qué es lo que querías decirme hyung?
— ¿Hyung? ¿Ya no me dirás joven Kim?
El color carmín de las mejillas del menor apareció tan rápido que para el mayor de ambos no fue difícil darse cuenta que había logrado lo que había querido, para el mayor de ambos el pequeño joven frente a él había sido más que un amigo y mucho más que su jefe, había sido su apoyo en los peores momentos y detestaba infinitamente tener que pedirle algo sabiendo que posiblemente se lo negaría, pero no había encontrado otra solución.
— RyeoWook-shi mis padres vendrán a Séul.
— Eso es genial hyung ¿porque no te vez feliz?
— No saben que ya no tengo mi empresa.
La cara del menor formo una mueca sabía que hablar de ello le dolía al mayor, pero ¿porqué se lo estaba diciendo? no es que no lo apreciará, pero el mayor no era de contarle sus problemas a él salvo que fueran realmente graves, ¿y si eso era realmente grave? por acto reflejo llevo su diestra a la zurda ajena entrelazando sus dedos recibiendo una mueca sonriente por parte del mayor, el siempre hacia ello cuando quería brindarle fuerzas, en ese pequeño momento no estaba con su secretario estaba con su amigo con aquel hombre del que se enamoró perdidamente, un par de minutos después decidió hablar soltando su voz lo más dulce que pudiera.
— ¿Qué harás Yesunnie?
— Seguir mintiéndoles, no puedo decirles la verdad RyeoWook tu lo sabes mejor que nadie, los mataría, si al enterarse que iba a perder la empresa mi madre enfermo de la preocupación ¿qué pasara si se entera si la perdí? Me creerá un inútil y morirá creyendo eso.
— Hey eso no es cierto, para nada! Yesung tu único problema es que nadie te apoyo y de haber recibido una ayuda esto no estaría pasando y de seguro tu empresa sería mucho mejor que la mía.
— Esto no hubiese pasado si hubiese tragado mi orgullo y te hubiese pedido ayuda.
— Lo querías solucionar solo hyung porque tu eres así independiente...
— Pues mira a donde nos trajo esto... Estudios para terminar de secretario.
— Es momentáneo y si tus papas lo saben tal vez puedan ayudar.
— NO !
El grito que recibió por parte del mayor hizo a RyeoWook temblar ligeramente, pocas veces lo había visto enojado, pero nunca le había levantado la voz al menos no a él, separo sus manos con cierto nerviosismo tenía miedo de lo que pudiera decirle, pero miedo por lastimarle ¿qué podría decirle? ¿qué le diría que ya no se lo haya dicho? Su mirada se perdió en el suelo buscando las respuesta de forma desesperada, una pequeña mano acaricio sus cabellos con toda la delicadeza del mundo provocando que alzará la vista y se perdiera en esos hermosos ojos negros llenos de cariño ¿siempre lo había mirado así? Claro que si, desde que lo encontró golpeado en el patio de fútbol de la universidad, esa dulzura había aparecido en esa época y no se había borrado.
— Lo siento RyeoWook no quise gritarte pero ellos no deben enterarse por nada del mundo y para eso necesito tu ayuda ¿podrías por favor ayudarme?
— ¿Qué necesitas que haga?
— Necesito fingir que soy el dueño, por ende te pido que me ayudes, es tan solo una semana solo una semana por favor ayúdame.
— No hay nada que no haría por ti hyung.
Aquella frase la había soltado con doble sentido y es que es cierto, no habría nada que no hiciera por el hombre frente a él, nada de lo que hiciera ahora, de lo que había hecho y de lo que haría se compararía a cada vez en que el mayor se había metido en problemas para defenderle, en las veces que había curado sus heridas o en la vez en que golpeó a HyukJae por hacerlo llorar.
— Gracias Wookie.
La voz rasposa del mayor salió haciéndole notar que tenía ganas de llorar, estuvo tan cerca de poder acercarse y darle un beso pero la mesera apareció con los pedidos por lo que acorto la distancia dejando un beso en su mejilla para luego separarse, el menor no debía intentar nada con él lo sabía, siempre lo había visto como su hermano menor y alguien a quien cuidar y si el trataba de volverse algo más lo perdería y eso no pasaría.
— Comamos por ahora hyung, luego pensaremos bien que es lo que haremos para que tus padres crean que la empresa Kim te pertenece.
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Enmaraño.
Fanfiction¿Qué pasaría si tus padres llegan a visitarte? ¿Qué harías? Claro, todos dirían que normal, que pasarían una increíble velada, sin embargo todo se verá complicado de muchas formas, empezando por que un hijo no siempre es lo que aparenta o al menos n...