Soy Una Aberración

Capítulo V

Después de la evolución de Philip, los días transcurrieron con normalidad. Bueno, si es que su nueva vida se podía llamar normal.

Durante los combates había descubierto que sus poderes psíquicos habían incrementado en gran medida. Ahora era capaz de paralizar una parte del cuerpo de un ser o incluso de partir un par de huesos con mucho esfuerzo.

También era capaz de escuchar pensamiento. Bueno, más bien era capaz de saber los sentimientos de los que lo rodeaba.

Gracias a eso, había descubierto que los investigadores estaban bastante satisfechos con su progreso. Esto, de manera muy extraña, hizo feliz a Philip.

Philip no sabía exactamente cuánto tiempo llevaba allí, solo sabía que quería seguir devorando para así ser más fuerte.

Y así, fue peleando y pelando hasta llegar a su combate más difícil.

Su oponente era una sombra con forma de chica, con dos cuernos de alce, con una gruesa cola y con unas pequeñas alas. Sus ojos eran dos enormes círculos rojos y no parecía que tuviese boca.

Cuando el árbitro dio la señal, la chica ya se encontraba en la espalda de Philip. Con un rápido manotazo, Philip salió disparado.

Él se recuperó como pudo, alzó su mano, la abrió y se concentró en la chica.

– Rómpete -dijo Philip a el ser, utilizando sus poderes psíquicos.

Esas palabras, que retumbaron en la mente de la sombra, hicieron que su brazo quedara completamente doblado.

Sin embargo, esto no parecía afectarla en lo más mínimo. En un segundo, su brazo volvió a su posición original como si no hubiese pasado nada.

Philip volvió a sentir una presencia detrás suya, pero ya era demasiado tarde. La sombra agarró la cabeza del ser.

Éste utilizó sus tentáculos para romper los dedos puntiagudos de la sombra, sin embargo esto no parecía servir para nada.

Philip pensó que estaba acabado. Y así lo hubiese sido, sin embargo la sombra cesó su agarre.

– Oye, chico -le habló la sombra.

– ¿Así que tú también puedes hablar? -respondió.

– Así es. Tu y yo somos los seres más poderosos que existen aquí. Si yo te devoró, nacerá un candidato perfecto para Anciano.

– ¿Y que quieres? ¿Que me deje comer? -vaciló el joven.

– Así es.

– Me niego.

– Entonces, muere.

La mano de la sombra, se convirtió en una especie de espada y está atacó a Philip.

*Risas*

– ¿De que te ríes? -preguntó la sombra.

– Solo estaba pensando en mi venganza –respondió Philip- Ah, es cierto, no me he presentado aún. Mi nombre es Philip Antoine. No quiero saber tu nombre, puesto que vas a morir.

– ¿Así que has pedido la escasa cordura que te quedaba?

– Hace tiempo que la perdí.

Al finalizar sus palabras, Philip señaló a la sombra sintió como todo su cuerpo era aplastado por una enorme fuerza.

Philip, con su otra mano, preparó un hechizo. Era "Llama".

– ¡Está utilizando magia! -gritó un científico.

– Es imposible, las aberraciones no pueden utilizar magia. Al menos no una aberración tan joven -dijo otro científico.

Philip había dedicado gran parte de su tiempo en experimentar con la magia. Descubrió que gracias a sus poderes psíquicos podía manipulación el maná que se encontraba en el ambiente y así juntarlo para hacer una magia aún más poderosa.

Al acumular este maná en el cuerpo de la sombra, este comenzó a colapsar. Por otro lado, al concentrar el maná en su hechizo, este se potenció.

Los brazos de la sombra comenzaron a retorcerse de una forma inhumanamente imposible y sus piernas igual.

– Adiós -dijo Philip. Luego lanzó esa enorme llamará en la sombra.

Esta dió un último grito y falleció. Philip comenzó a devorarla. Esa criatura tenía un sabor que Philip nunca había probado. Era el más delicioso manjar.

Al finalizar, Philip comenzó a encontrarse fatal. Se sintió mareado, con náuseas y, finalmente, se desmayó.

Su cuerpo volvió a formar una crisálida. Conforme pasaba el tiempo, esta se hacía más y más grande, hasta llegar a los tres metros.

Los científicos esperaban impacientes y curiosos por qué saldría de ese lugar. Según su teoría debería aparecer una aberración adulta, una criatura capaz de hacer frente incluso a un dragón antiguo.

Y así pasaron los minutos, las horas y los días. En ese campo de batalla en el que tanto había participado Philip, la crisálida comenzó a resquebrajarse hasta formar una pequeña grieta.

De dicho agujero, solo se podía ver una especie de tentáculo que, en lugar de ventosas, tenía ojos con el iris rojo.

Después de tres días que dicho agujero se produjo, un agudo y espeluznante grito pudo ser oído en todo el lugar.

Mientras tanto, en la mente de Philip:

– Así que has crecido tan rápido. Menuda sorpresa -dijo la extraña serpiente que ya había conocido Philip.

– Así es -respondió el joven.

– Veo que ya no te sorprende mi aspecto ni presencia.

– Ya estoy acostumbrado a ver a los de mi raza.

– ¿Tu no eras humano?

– Lo era, ahora soy una aberración.

– Me agradas. Puede que dentro de unos 100 o 200 años nos volvamos ha encontrar. En ese entonces ya serás un Anciano.

– ¡Espera! ¿100 años?

– Normalmente ha una aberración normal le costaría más de 1000. Eres una auténtica rareza, incluso para los nuestros.

– Gracias, supongo.

– Bueno, creo que ya has madurado lo suficiente, va siendo hora de que rompas tu cáscara. Por cierto, ¿que piensas hacer después de salir de tu capullo?

– Matar a los que me controlan. Les estoy agradecido por lo que me han convertido, sin embargo, no pienso ser esclavo de nadie. Encima, trabajan para esa asquerosa familia real.

– Como ya de he dicho antes, me agradas.

Después de esas últimas palabras por parte del Anciano, Philip despertó.