El invierno pasado

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Ahhhhh... Nada supera el olor fresco de los pinos y el aire puro de las montañas, este lugar simplemente es hermoso. Vengo con legolas cada invierno, como un escape de nuestra ajetreada vida. Un momento para cazar, combatir y tener un momento padre e hijo.

En poco tiempo instalamos el campamento y procedo a encender la fogata, el lugar se vuelve cálido y acogedor, perfecto para descansar. Mientras encendía la fogata miro las llamas y mi mente viaja al invierno pasado, cuando hicimos algo juntos. Algo que no he podido sacar de mi mente.

El invierno pasado habíamos estado pescando cerca del lago cuando decidimos hacer algo atrevido. Así que desafiamos el uno al otro a sumergirnos en el agua fría estando desnudos, queríamos saber quien soportaba más las aguas gélidas,aunque en realidad fue legolas el de la idea y yo acepte siempre y cuando él lo hiciera también.

Inmediatamente todas las prendas fueron lanzadas hacia un lado, en el momento que nos sumergimos en la fría agua y comenzábamos a nadar. Legolas se puso juguetón, se había subido a mi espalda para hundirme completamente en el agua, yo lo tome de la cintura y lo jale conmigo.

Tanto jugueteo y contacto físico llevó a otra cosa y en poco tiempo nuestros penes apuntaban al norte. No había ningún sentimiento de vergüenza a la vez que nos masturbamos, se sentía tan natural. Incluso apoyamos nuestro peso el uno en el otro mientras nos acariciabamos, llegamos incluso a masturbar al otro hasta acabar.

Una vez habíamos regresado al reino no pudimos continuar donde lo habíamos dejado, habían muchos obstáculos en nuestros vidas, yo pasaba ocupado lidiando con el reino y legolas entrenando soldados y protegiendo el reino.

Pero ahora, ambos estamos ansiosos por continuar donde lo dejamos y está vez seré yo quien de un paso más hacia delante.

Está es la primera vez que tengo el pene de un hombre en mi boca y sorprendentemente sabe mejor de lo que anticipaba. El hecho de que es el pene de mi hijo seguramente tiene que ver en ello.

Legolas se arrodilla y tomando entre sus manos guió mi pene a su boca. Dios, creo que me estoy enamorando de mi hijo. Hace mucho que no recibo una felación, había olvidado lo bien que se siente.

Después de unos minutos detengo a legolas y hago que se levante, sabiendo muy bien qué es lo que quiero se para sobre sus manos, a lo que yo lo suspendo en el aire y lo agarro de su cintura, con sus manos él se sujeta de la mía para no perder el equilibrio y caer.

Siempre me ha gustado una posición sexual en la que das y al mismo tiempo recibes. ¿Como la llamaban los humanos?

Ah, sí el sesenta y nueve. Se siente fantástico y más aún con alguien a quien amas.

Nos quedamos en esa posición por un buen tiempo disfrutando de las felaciones que nos damos el uno al otro. Hasta que finalmente disparados nuestra semilla en la boca del otro.

Sin dudarlo trago el delicioso y cremoso semen de mi hijo. Lo volteo y lentamente lo bajó hasta el suelo, él me sonríe y me guía dentro de la campaña. Una vez dentro nos recostamos en la felpuda y gran manta que había y procedemos a besarnos y pegar nuestros cuerpos.

Desde el momento que intimamos nos unimos y logramos que nuestra relación sea más fuerte y completa. He amado cada segundo que legolas ha estado gobernando a mi lado, pero eso es una historia para después

Edad mediaWhere stories live. Discover now