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Antes de que la rata pudiera entrar por la puerta, el gato la tomó de su pequeño cuerpo y la sacudió como un juguete.
La niña se quedó espectante, viendo como la sangre de la rata salpicaba la pared y el suelo.
Al matar a la rata, el gato la soltó y miró a Coraline, seguía teniendo la mirada perturbada.

—Mamá está llamando.—Dijo el gato relamiendo sus colmillos. Entró en la puerta sin darle a la niña algo de tiempo para procesarlo.

Coraline quiso llamarlo pero prefirió saber a dónde hiba, su curiosidad podía con ella.
Entró en el viejo pasadizo. Las arañas recorrían su cuerpo, la niña chillaba al sentir las patitas en su piel.
Tropezó al llegar al otro lado, golpeándose contra el suelo.

—Hm...—Coraline se limpió las telarañas, sacándose a algunas de sus dueñas—. ¿Dónde se supone que estoy?.

Coraline veía una habitación colorida, todo estaba limpió y alegre. Se dirigió al vestíbulo, ya sabía en donde estaba, pero primero quiso asegurarse si había alguien en la casa.
Escuchaba unas voces provenientes de la cocina, entonces fue allí.

Coraline se topó con la presencia de tres jóvenes niños, que comían felizmente la comida que una mujer alta y pálida les ofrecía.
La peliazul se estremeció.

—Bienvenida, cariño.—Dijo la mujer, dirigiéndole la mirada.

Coraline se escondió detrás de la pared, ocultándose.
La mujer se tocó el mentón y pensó en una forma de hacer que se mostrará nuevamente.

—Oh, ya sé.—Exclamó con una sonrisa maliciosa.

La mujer dejó salir del horno el aroma de un pollo recién cocinado, Coraline quedo abrumada.

—¿Tienes hambre pequeña?.—Pregunto curiosa la mujer.

—No, yo estoy bien.—Respondió Coraline a escondidas.

—Vamos, no te haré daño...

La niña asomó la cara, tenía miedo y no dejaba de temblar.
Los otros niños la miraban con curiosidad.
Coraline accedio a mostrarse.

—Ven acércate princesa.—La mujer extendió la mano con el fin de que la niña vaya con ella, pero Coraline no era tonta y se mantuvo a la misma distancia.

—No quiero, gracias.—La niña aparto la mirada en duda.

Los niños se levantaron de la mesa y fueron con Coraline, recibiendola con abrazos como si ya hubiera estado allí un millón de veces.
La peliazul se sentía confundida, la mujer dejó salir una carcajada.

—Es tu turno de jugar, Coraline.—Explico la mujer.

—¿Jugar? Yo no sé a qué jugar.—Respondió alejando a los niños.

—A eso vienes... para jugar, tontita—Se acercó la mujer—Ellos quieren a alguien con quien divertirse, alguien que sea como ellos, ya sabes...un niño.

—Yo no quiero jugar, quiero saber cómo es que estás aquí. Ellos están muertos y no me necesitan.—Dijo enfadada la niña.

—Coraline, de qué hablas?.—La mujer elevó una ceja.

—¡Ya sabes de qué habló!¡Beldam!.

Los niños se detuvieron y miraron a Coraline, estaban molestos. La mujer comenzó a reír como si le hubieran contado un chiste.

—No, no, no... tú estás confundida Coraline. Aquí no ha pasado nada desde hace un buen tiempo—Se acomodó el cabello—¿Ves? los niños están bien.

—Mientes, yo los liberé...¡Y tú estás muerta!.

La mujer suspiró, los niños se pusieron detrás de ella. Coraline espectante, esperaba algo realmente peligroso.

—Dios mío Coraline. Pensé que ya te habías olvidado—La figura de la mujer comenzó a cambiar, los niños de igual forma.— Pensé que ya podíamos vivir juntas y que seríamos una familia feliz, pero me equivoqué...

—Sabias que hiba a volver, verdad?.

—Si, sé que volverías por más. Sé que tus padres no te quieren de todas formas... yo te dí todo lo que querías, ellos no.—Dijo la mujer desafiante.

—Yo nunca quise objetos materiales, lo único que quería era un poco de atención. ¿Te piensas que soy como los otros? No, no es así—Gruñio Coraline—. Si me disculpas volveré a casa, no sé por qué me moleste en venir.

La mujer se puso frente a ella con una sonrisa tétrica, evitándole el paso.

—¡Espera!—Grito nerviosa—Yo puedo darte atención entonces, así volvería a ser como antes.

—¿Estás bromeando? Solo me vas a coser botones en los ojos, nada más, es lo único que buscas... Necesitas esforzarte más si quieres comer mi alma.

Coraline intentó irse por la otra sala pero uno de los niños (La más grande de todos ellos) la detuvo.

—Quedate con nosotros, por favor.—Imploró la mayor.

—Tú no eres real.—La empujó, la mayor correspondió a la agresión, empujándola del mismo modo.

—Detente Coraline—Interrumpió la mujer—. Por favor no me abandones aquí, moriré sin tí...

—Pudiste vivir por mucho tiempo hasta que yo llegara, no es así?.—Aparto a la muchacha de su camino saliendo de la habitación.

Cuándo Coraline caminaba por el vestíbulo apunto de llegar a la sala de estar, los tres niños la tumbaron al suelo con fuerza.
Coraline estaba asustada. La pusieron boca arriba, estaba intentando salir de los agarres. La mujer que ahora era una criatura de varias patas, se acercó a la peliazul con una sonrisa macabra.

—Que pena que quieras irte, pero tranquila pronto volverás... solo quiero darte un pequeño recuerdo para que no me olvides, cariño~.

 solo quiero darte un pequeño recuerdo para que no me olvides, cariño~

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Coraline 2: La Hija Perfecta. [Cancelado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora