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Peter era suave, era cálido, y cuando Anthony lo acorraló contra las sábanas él se amoldó al cuerpo del mayor. Anthony jugaba con los efectos que la fría plata provocaba en la piel de Peter. La línea entre el placer y el peligro era marcada por la punta del garfio jugueteando con su piel durazno.

El pirata besó al chico con intenso deseo, y su lengua lo sometió en un desesperado intento de tener más del joven, el acto culminó con el chico sin aliento.

Anthony cortó las prendas del joven con su garfio de manera ágil. Y con feroz deseo, observó la impoluta piel durazno del joven mostrándose de manera celestial ante él.

Había visto cosas hermosas durante su larga vida, pero ni siquiera la impresionante belleza de las sirenas se comparaba con el hecho de tener al dulce Peter sometido bajo él.

Besó cada parte del joven, coqueteó con el peligro de su garfio acariciando las partes más delicadas de su piel. El menor parecía responder favorablemente ante el latente peligro, y comenzaba a frotar de manera lenta y necesitada su cadera contra el pirata.

-¿Te quedarás para siempre en Nunca Jamás?- preguntó Anthony acariciando una de las piernas del joven -"Para siempre" es mucho tiempo.

-Es lo que más quiero- susurró Peter acercando de un solo movimiento su pelvis a la mano de Tony para que ahora acariciara más arriba.

Anthony sonrió divertido, y comenzó a trazar un camino de besos descendiente en el abdomen del menor que no hacía más que estimular sus ya necesitados sentidos. Anthony tomó el miembro del joven, y comenzó a estimularlo acariciandolo de arriba hacia abajo, con ritmos suaves y pausados, sintiendo como poco a poco la sangre del menor se amotinaba en aquella parte de su anatomía. Y conforme el menor se agitaba, el bulto en sus pantalones se hacía más duro, necesitando un poco del dulce trasero del chico.

El menor comenzaba a respirar por la boca de manera profunda al ritmo que lo tocaba, y mientras más rápido acariciaba el mayor, Peter dejaba escapar pequeños gemidos.

Sin avisar Anthony introdujo su dedo medio dentro del joven, acariciando lo suave de su entrada, intentando dilatarlo. Peter se movió, y Anthony colocó el garfio sobre su garganta de manera retadora mientras estimulaba aún más su cereza.

Peter se encontraba totalmente necesitado, quería moverse, quería tocarse hasta que ese delicioso y dulce sufrimiento llegara al pico de su ímpetu. Anthony bajó sus pantalones, dejando ver el miembro totalmente erecto mostrando su igual necesidad, las venas que resaltaban de este hacían que se viera más imponente, provocado que Peter se preocupara por su propia seguridad.

-No tenemos que hacerlo si no lo quieres mi niño perdido- agregó Anthony con voz comprensiva viendo su aflicción.

Peter sonrió con vergüenza, su estómago había revoloteado al escucharlo decirle "mi niño perdido". Así que habiendo ganado aquella batalla interna, tomó el brazo de Anthony que culminaba con el precioso garfio de plata, y llevando a su boca dicha arma, depositó un lento beso sobre el frío metal y soltó un gemido disfrazado de susurro.

-Sí quiero, mi capitán garfio

Y Anthony de manera lenta comenzó a introducirse dentro del joven, sus pieles se cubrieron de una ligera capa de sudor y las densas pestañas de Peter se tornaron más obscuras debido a las pequeñas lágrimas que se le escapaban entre gemidos.

Superada la primera impresión, el cuerpo de Peter se adaptó al tamaño del pirata, y cuando este lo embistió con fuerza desatando todo su deseo el menor no pudo hacer más que gemir con intensidad.

Anthony parecía una gran ola embistiendo las rocas del barranco, adentrándose en el joven con el mismo vaivén con el que las olas movían el barco. Momentos más tarde, el menor había sido llenado por una fuerte embestida que provocó que terminara sobre su propio abdomen, y aquella imagen del joven cubierto de semen, fue lo único que necesitó para descargarse contra el menor, llenandolo por completo. Al final terminó descansando sobre Peter, mientras ambos se reponian de la intensidad del orgasmo.

......


Al día siguiente, Peter había buscado a Anthony con urgencia; no lo había visto al despertar, y parecía haber desaparecido de la isla. No fue hasta que la tarde cayó, y el cielo se tornó de dorado, que vió al mayor saliendo de entre la maleza sudado y fatigado.

-Capitán - susurró el menor lleno de alivio acercándosele -Lo estuve buscando todo el día... ¿Es cierto?- sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz sonó un poco rota - ¿Es cierto que hoy se termina su semana en la isla, y partirá? ¿Es cierto que no volverán hasta el próximo año?

Anthony le tomó las manos al joven

-Te lo había advertido, si los piratas se quedan mucho tiempo en estas tierras nos volvemos arena, estamos condenados al mar.

-Pero yo no quiero estar solo- suplicó

Anthony sonrió y tomó al joven del rostro para besar sus húmedos labios y limpiar sus lágrimas.

-Te mostraré lo que he estado haciendo- indicó adentrándose en la zona selvática seguido de Peter.

Después de un tramo recorrido, Peter observó cómo los árboles parecían formar un camino.

-Corté muchas plantas para que el camino sea claro y no te pierdas

Peter siguió caminando, y llegaron hasta un árbol enorme, de tronco muy grueso que presumía tener una puerta y una ventana.

-¿Q-qué es esto Capitán?- murmuró anonadado entrando al árbol. Para su sorpresa, el interior era mucho más grande de lo que esperaba, pero lo impresionante era que aquel lugar parecía recorrer un camino hacia abajo, el joven caminó casi a obscuras, y cuando Anthony aplaudió, miles de luciérnagas se posaron sobre el techo de manera automática dejando ver, que el pirata había construido una pequeña casa cuasi perfecta bajo tierra.

-Es para ti, para que te refugies si hace frio o si llueve... para que descanses sin miedo.

Peter se lanzó a los brazos de Anthony y lo besó con gratitud

-Es perfecto - respondió el joven llorando de felicidad con una sonrisa irrompible en el rostro.

-La tribu me ayudó a talar los árboles para los muebles... Y como sé que no te puedo proteger de todo, las hadas han ocultado el lugar de todos, incluso de mi... Pero si mantienes la ventana abierta sabré encontrarte, te lo prometo.

-Es maravilloso, ya no me siento tan solo...

-Eso me recuerda... - Anthony caminó hasta la mesa sobre la que se posaba un tulipán amarillo en lo que parecía una maseta de madera- En unos meses la flor se abrirá, y de su interior saldrá un hada, ella siempre estará contigo y te protegerá por la eternidad.

-Yo... Anthony, no sé como agradecer que me hayas salvado del infierno en el que vivía.

-Mientras yo esté vivo, nunca estarás solo- susurró Anthony sellando su promesa con un beso.

-¿Nunca? Nunca es mucho tiempo- imitó el menor

-Es lo que más quiero- respondió el pirata
....

Al caer la noche el capitán tuvo que partir, dejando al joven Peter rodeado de luciérnagas en la isla, con la esperanza intacta, de que no importaba el tiempo que pasase lejos de él, porque tenía la eternidad asegurada para seguir amandolo.

🍒Fin🍒















Nunca Jamás (STARKER) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora