AGONIA

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Y se fue perdiendo entre las sombras,
la dulce melodía de la vida,
tan difusa y tan mía,
que mi alma se fue con ella.

Más,
el ángelus de la mañana,
llevó consigo mis tristezas
y el corazón se volvió impío,
mintiéndole la cordura,
que coqueta le roba,
un sutil beso a la muerte,
para terminar sonriendo, 
frente al féretro de mi pueblo,
que baja lentamente
a su destino inmortal.

"Ahora,
el latir de mi corazón,
quedó dormido,
ante la avaricia de la muerte,
que sutilmente acaricia mi cara..."

MANTA - ECUADOR 
03-04-2020

Poemas más allá de la cordura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora