Capitulo 2: Casualidad

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-No pensé que fuera a ayudarme o a mirarme si quiera- Dijo Andrea que enseguida comenzó a organizar los papeles y guardarlas en carpetas de color rojo. Me recordó a un campo de amapolas, grande y basto, y de un momento a otro me sentía libre y plena con la brisa que apareció en mis ensoñaciones, en la vida había ido a un campo de flores, no tengo idea de dónde vino ese pequeño deja vu ni el porque si quiera ver algo rojo me tenia que recordar específicamente a algo tan cliché, digo me podía recordar a otras cosas como yo que se, ¿las manzanas?, pero ahora que lo pienso, tener algunas flores en casa no sentaría mal, unas lindas amapolas rojas se verían lindas en mi buro.- Bueno, las apariencias pueden engañar.- Se va levantando de la mesa e intenta hacerse una trenza, y digo intenta porque solo se está revolviendo el cabello.

-El mero hecho de que te haya ayudado no significa que sea un buen tipo, capaz fuiste su buena acción del día, vaya, puede que del mes, la vibra de chico problemático no se le quita por haber cargado unos papeles y... Dios mío Andrea siéntate y dame esa liga, ¿es que ninguna se sabe peinar decentemente?- Andrea rió por lo bajo y me obedece.- ¿Qué querías hacerte?- Me pongo detrás de su melena rojiza, siempre me ha encantado su cabello.

-Una trenza, dime ¿tan desconfiada eres como para no creerlo lindo y agradable? Puede que sea un encanto de persona y lo estas tachando de vandalista motocicletero come personas.- Ruedo los ojos por su exageración mientras escucho la risa de Jazmín.

-Lo de vandalista motocicletero te lo dejo en duda pero lo de come personas no, ni que fuera comida de la cafetería, ¿Ya viste que el supuesto puré de papa quiere moverse y atacarme?- Jazmín señala su plato intacto y resopla mientras nosotras reímos a carcajadas, es una chica linda y graciosa, sabe cómo hacerte sentir mejor y es muy comprensiva, siempre es la primera persona que se me viene a la mente cuando quiero contar los problemas que rondan mi cabeza, pero siempre termino arrepintiéndome y termino sepultándolos en lo más profundo de mi cementerio mental.

-No sé si recuerdan que les toca clase con el maestro André que va caminando hacia su salón- Escuchamos la voz de César alzando la voz pasando delante de nosotras con otros dos muchachos.

-Mentira, nos toca con él a la quinta hora.- Le contesta Jazmín igual en voz alta y antes de desaparecer por el pasillo César grita:

-Chica, la quinta hora empezó hace seis minutos- Y alcanzó a escucharlo carcajear.

-Santo señor Jesucristo de Nazaret con los burros y el pesebre en Jerusalén, Jazmín córrele- Le apuro mientras agarro mi mochila y me despido de Andrea.

-¿Habrá alguna vez que no estén a las carreras?- Nos dice Andrea viendo como Jazmín casi se cae de boca al intentar pararse rápido, si no se apura y nos cierran la entrada a la clase, le quitare sus extensiones es un aviso. Aunque le quedan divinos, mejor no, haré otra cosa, ya se me ocurrirá algo.

-No seriamos nosotras- Le grito mientras corremos por el pasillo y la dejamos atrás

- No corran en los pasillos, por Dios- Nos grita viéndonos alejarnos.
-¿Nos lo dices como amigo o como jefe?- Dice Jazmín con voz fingida y se me escapa una carcajada.

Al llegar tenemos que tomar aire y relajarnos un poco porque esto de que la cafetería esté en la primera planta y el salón de historia esté en la tercera y tener que ir subiendo escaleras de dos en dos cansa, y mucho.

-Maestro endemoniado si no me deja entrar a su clase le quemó la casa, necesito acreditar su materia o me quitaran del puesto de capitana- Jazmín es capitana del equipo de porristas desde tercer semestre, es muy buena dando piruetas, girar en el aire y bailar. Recuerdo lo mucho que le emocionó cuando le ofrecieron el puesto y como eso nos abrió camino a ser conocidas en la escuela, digo es bastante cliché si, pero ser capitana del equipo de porristas significa fiestas y ser amiga de la capitana del equipo de porristas es algo bueno.

EntrelazadosWhere stories live. Discover now