Capítulo 25

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Y estaba en lo cierto... Nos besabamos con tanta profundidad mientras yo acariciaba su cabello, el me acariciaba la espalda, manoseándola por completo, hasta que llegó al broche de mi sujetador. Jugó con él por un momento y detuvo el beso.

-¿Estas segura de esto? -me preguntó, mirándome a los ojos fijamente. Nuestras respiraciones eran entrecortadas y sus labios estaban entreabiertos, provocandome atacarlos de nuevo.

Cosa que hice.

Al responderle de esa forma, Dylan me cargó de manera en que mis piernas lo rodeaban. Seguíamos fundido en aquel beso y Dylan se dirigía a las escaleras.

Al toparnos con ellas, Dylan intenta subir con dificultad al tenerme a mi cargada. Yo comienzo a reír.

-Creo que es mejor que suba de primero -dije, y al momento me dejó en el suelo.

Al llegar al segundo piso, Dylan vuelve a tomarme, llevándome hacia su habitación.

Si puedo decir que me encontraba algo nerviosa, es decir, era mi primera vez, pero el que sea con Dylan me hacía sentir totalmente segura.

Dylan me tiende en la cama, poniéndose encima de mi. Comienza a besar mi cuello, mi mandibula, hasta llegar nuevamente a mis labios.

Me volteo para que pueda desabrocharme el vestido y logra sacarlo por completo, sus ojos comienzan a admirarme. Llevaba un sujetador blanco que me hacía ver un proporcionado escote.

-Para no ser la primera vez que te veo en sujetador, me tienes sorprendido. -le muestro una sonrisa tímida y lo beso.

Él con sus manos desabrocha mi sujetador, dejándome expuesta hacia él. Se separa de mi para observarme y me muestra una sonrisa.

-Son perfectas -dice para comenzar a tocarlas y masajearlas con sus manos.

Comienzo a gemir en su boca mientras que él hace su trabajo. Yo desesperada le desabrocho el pantalón torpemente. Él ríe ante mi torpeza pero hace un extraño movimiento para ayudarme a sacarlo. Al deshacerse de su pantalón pude notar una enorme erección.

Mi erección, mía.

Dejó de tocar mis senos, para desabrocharse la camisa y bajar mis bragas.

Por último solo quedaban estorbando sus boxers que no tardaron en desprenderse y aterrizar en el suelo dejándome ver su anaconda.

Dylan dirige una mano hacia mi femenidad y comienza a acariciarla, mojándome más de lo que me encontraba.

-Estas tan húmeda, bebé -logra decir con dificultad.

Dylan introduce un dedo, acto que me hace brincar de placer. Comienza a moverlo. Luego mete otro y lo mueve con más rapidez. Luego otro, a lo que siento un poco de dolor pero mezclado en placer.

-Tan estrecha -dijo con una ronca voz.

Siguió moviendo dedos en mi interior, mientras yo gemía como loca. Estaba por alcanzar un orgasmo.

Rápidamente Dylan retira su mano y yo lo fulmino con la mirada.

-Quiero reservar el primer orgasmo -dice y me guiña un ojo.

Dylan se levanta y busca algo en su gaveta dejandome admirar su gran culo.

Que culo.

Al dirigirse nuevamente a mi abre el paquete del preservativo que acababa de sacar y se lo coloca con sumo cuidado.

Dylan se acomoda encima de mi. Con su miembro rozando mi femenidad.

-Alejandra, quiero que te calmes. Dolerá un poco, quiero que si deseas que pare me avises, ¿de acuerdo?- asiento ansiosa, y con lentitud comienza a introducirlo.

-¡HIJO DE PUTA!- Dolió, si dolió. Trataba de ahogar mis gritos pero las muecas de mi cara me delataban.

-Shh bebé, ya pasará -decía mientras acariciaba mi cabello y sujetaba mi mano. Yo de vez en cuando le apretaba duro la mano por dolor y él la acariciaba suavemente con su pulgar.

Hasta que logró introducirlo por completo.

-Para -le dije y él obedeció necesitaba adaptarme a él. Hasta que pasaron unos cuantos segundos-. Puedes moverte -comenzó a moverse lentamente.

Sentía dolor, pero a la vez olas de placer que me permitían disfrutar el momento. Era un momento hermoso, Dylan me estaba haciendo suya. Estaba sucediendo a la perfección.

-Te amo Alejandra -me susurro de la manera más sexy que alguien lo pudo hacer en su vida y con esas palabras llegamos juntos al orgasmo.

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Awww!!!
¿No son perfectos?
¡Voten y comenten que les pareció!

BESOS**

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