Cuando entraron seis pares de ojos los estaban esperando y aunque él ya había pasado por aquel lugar, ahora junto a Doyoung, el sentirse plenamente responsable del incidente y dar una explicación hizo que se sintiera nervioso.
— ¿Qué? ¿Qué tanto miran? — Doyoung comenzó a caminar lanzándoles una mirada de desafío —
— Ponerte a la defensiva no nos va a detener — hablo Ten sonriendo y cruzándose de brazos —
— Eres un idiota – murmuro Taeyong aunque lo suficientemente alto para ser escuchado por todos los presentes —
— Él idiota eres tú – contraataco el pelinegro —
Paso de largo tomando asiento en una de las mesas con las miradas encima, incluida la de Jaehyun que tenía curiosidad sobre que pasaría, por lo poco que conocía a todos, aquello no sería todo.
— Discúlpanos — Taeyong se giro hacia el castaño con una sonrisa de amabilidad — ¡El matrimonio te volvió estúpido! — se giro de nuevo hacia el castaño — No es tu culpa, siempre lo fue — su vista regreso al pelinegro — ¡Porque demonios no metiste las manos! —
— ¡No me grites! ¡Me tomo por sorpresa! — se defendió rápidamente — ¡Te dije que no le dijeras nada porque se pone más histérico de lo que ya es! — esta vez se dirigió hacia el rubio — ¡Nunca supiste cerrar las piernas por lo menos cierra la boca! —
— ¡¿Y que se supone que le dije si solo me dijiste que tuviste un incidente?! ¡Cómo iba a adivinar que la loca maniática y psicópata te iba a reconstruir la cara de un golpe! —
Los tres se giraron hacia Jaehyun que solo hizo una sonrisa de culpa, había sido él quien había dicho todo.
— Estaba preocupado, así que les dije — respondió intentando defenderse — Quería disculparme por lo que le paso a Doyoung, respondo por eso y todo lo que venga —
— Y fuiste muy amable — respondió Taeyong con un tono sumamente amable y que haría dudar a cualquiera de que hace unos segundos se encontraba gritando — No hay nada que disculpar, él tiene la culpa —
— Si, eres un gran esposo, preocupado por su marido, aunque este sea un baboso con complejo de costal de box —
— Bastardos — gruño el pelinegro mientras les lanzaba uno las galletas que se encontraban en la mesa — Lo tratan mejor que a mí —
— ¡No desperdicies la comida! —
Y la guerra comenzó, entre palabras y objetos voladores.
— Solo déjalos, la última vez que alguien se metió — murmuro Yuta a su lado, captando su total atención por primera vez — Creo que termino en el hospital —
— ¿Sí? Esa persona ¿Está bien? —
— Estoy bien — sonrió — Pero definitivamente aprendí la lección —
Jaehyun vio todo desde primera fila, tal como dijo Yuta lo mejor era no meterse, así que aprovechando que ambos chicos se encontraban un poco alejados del escándalo de su esposo y sus amigos, se giro hacia Yuta.
— ¿Por qué tú y Doyoung se iban a casar? Me atrevo a confirmar que no están en una relación — aquella pregunta la tenía consigo desde el día que había vuelto a ver a Doyoung —
— Es un secreto — susurro sonriendo — Pero si estas interesado en Doyoung, no es nada que deba preocuparte —
Yuta se alejo hacia la cocina tranquilamente, sin importarle que pareciera que la tercera guerra mundial estuviera a punto de estallar de la mano de los tres chicos frente a él.
