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-Buenas días YoonGi-ssi, hace muchos días no venías - Recriminó la señora Song, mirándolo de forma acusatoria.

-Lo siento yo-yo no tuve mucho tiempo - Se excusó pobremente, mientras tinturaba un poco de rubor sus mejillas.

-Pero cuénteme muchacho, ¿Cómo va todo?.

YoonGi calló, ¿Cómo iba todo? De mal en peor, Jungkook hace 3 meses había sido sincero con él y también había empezado su tratamiento. 

Su cabello había perdido vida al igual que sus ojos y piel, las uñas de sus manos daban la impresión de que se caerían en cualquier momento y su cuerpo era más escuálido que antes. Pero, Jungkook seguía siendo su niño bonito.

Su prometido muy bonito.

-Mejorando, Supongo - Dudabito. La señora se había vuelto una amiga para YoonGi, desde el día que la conoció y hasta entonces, habían compartido muchos almuerzos, risas, consejos de jardinería y de la vida, también recriminaciones y una muy sincera compañía.

-Hoy no te vi con Jungkookie, ¿Cómo está? -Preguntó, agachándose la mujer con cuidado para regar más prolijamente la superficie de las flores con un rociador. (flores que YoonGi y su conocimiento en jardinería habían revivido). 

-Hoy se quedó en casa, estos últimos días no han sido los mejores- La verdad era que, habían sido los peores desde el diagnóstico, constantes vómitos y dolores desesperantes, su humor estaba por los suelos aún cuando intentaba disimularlo. Todo era peor cuando se quedaba o creía estar solo; el mayor a veces podía escuchar como lloraba o se burlaba de sí mismo por no poder hacer cosas simples.

O cuando se recrimina a sí mismo por su enfermedad.

Aún cuando él no era culpable.

Jungkook era la persona mas hermosa que YoonGi había conocido, y no solo hacia referencia a su fisico, sino a su esencia... a su alma, a todo lo que hacía ser él.

Pero eso era difícil de explicar y aún más de demostrar cuando el pequeño se cerraba en su burbuja.

Algo que un día YoonGi comprendió viéndolo recostado en la cama, con la cara completamente pálida, excepto por sus cuencas verdosas, completamente húmedo de sudor luego de haber regurgitado todo, era que las pruebas más difíciles son puestas a quienes son más fuertes ¿No?.

Y Jungkook lo era, claro que sí. 

-¿Cuando será la boda?- ella pregunto, un poco más curiosa de lo normal 

-Uh, a finales de este mes - Recordó - Jungkook ha estado empecinado en que no quiere verse mal en las fotos, si es que eso fuese remotamente posible- Masculló lo último mientras sacaba de su maleta un nuevo fertilizante, para luego entregarlo amablemente a una muy perdida señora Song.

-YoonGi-ssi, sabes que no se qué es esto y como ponerlo ¿Verdad?- Cuestionó sonrosada la mujer mientras le dedicaba una mirada suplicante al pelinegro.

-Hoy voy a enseñarle -Sonrió él, agachándose para luego abrir el paquete y leer en silencio las instrucciones.

La señora Song en un lado, mantuvo la mirada fija en el proceso que hacía el joven, en su pasión y en su dedicación. Desde que lo conoció había momentos en dónde su mente divagaba e imaginaba a su esposo y en otras en donde solo quedaba eclipsada por lo que YoonGi era y no representaba.

-Mire- Dijo señalando una larga herramienta - Con esto, verifica que la tierra este es condiciones para recibir el abono. Recoge la muestra así, la pone en el medidor y hace según las indicaciones de aquí - Mostrando con cuidado las marcaciones en el paquete distrajo su mente un poco.  - Ahora, solo es acomodar un poco aquí y colocar el fertilizante. No es tan difícil, hasta yo puedo hacerlo.

Forever [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora