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AU donde son mortales, Theyna. 

Odiaba mudarse, probablemente por haberlo tenido que hacer tantas veces, al final se había acostumbrado a no hacer demasiados amigos, a no acercarse mucho a la gente. Odiaba ser la nueva en el instituto, tener que presentarse delante de la clase y que la gente o profesores le hiciesen preguntas. 

Su madre trabajaba como actriz de teatro y Thalia viajaba con ella cuando iba de ciudad en ciudad para representar un papel. Su madre solía centrarse mucho en sus personajes y solía olvidarse de la existencia de Thalia, juntar todo eso y el hecho de que no había visto a su hermanito pequeño Jason desde las navidades pasadas no resultaba bien. NO tenía un carácter fácil, no se le daba bien tratar con la gente. 

Tampoco intentaba mejorar.

Hubo un tiempo en el que quiso hacer amigos, ser buena con los demás y agradar a la gente, ahora todo esa ya le daba un poco bastante igual. 

Tenía algunas amigas, una rubia llamada Annabeth que vivía en San Francisco, a la que conoció con doce años en esa misma ciudad cuando su madre obtuvo un papel en una obra de un detective o algo así, tampoco es como si hubiese ido a verla, no le gustaba el teatro. Annabeth era lista y trabajadora, no tenían mucho en común y aun así se hicieron muy buenas amigas.  

Clarisse, a quien había conocido con quince en Florida, tenía un carácter más parecido al suyo, solían ver combates de lucha libre en la televisión y jugaban juntas en el equipo de baloncesto del instituto en el que coincidieron. Clarisse ahora vivía en Arizona, así que también ella estaba lejos. 


Ahora, con diecisiete años Thalia empezaba su último año de instituto, en un instituto medio hippie en Nueva York. Lo odiaba. Si ya de por sí el ir al instituto no le gustaba, ir a un instituto en el que la obligaban a usar un uniforme con más colores que el arco iris la estaba matando por dentro. 

Además, todos allí parecían ir siempre borrachos, demasiadas risas, energía y alegría para lo que Thalia se sentía capaz de soportar un lunes a las siete de la mañana. 

El primer día se le hizo eterno, respondió a muchas preguntas, hablo con demasiada gente para su gusto y descubrió que el uniforme de gimnasia era todavía peor que el normal. Por lo menos los profesores no eran demasiado estrictos y ella pudo ponerse los cascos durante todas las clases y no la regañaron. 

Cuando terminó su agotado día y volvió a casa se encontró con que su madre le había dejado una nota diciendo que empezara a colocar todas las cosas que aún estaban en las cajas de la mudanza, por que ella estaría toda la tarde ensayando en el teatro. 

Por supuesto Thalia no lo hizo. 

Se quitó el horrible uniforme, se puso sus pantalones negros, su camiseta de Green Day, sus botas militares y cogió su chaqueta de cuero negra para después salir a la calle. Debía encontrar un gimnasio al que apuntarse par ano tener que pasar las tardes oyendo a su madre practicar para su papel de la obra. 

Encontró uno no muy lejos de su nueva casa, era de dos pisos, muy grande, e incluía piscina, aunque a Thalia el agua no le agradaba mucho. 

Se acerco a una pared en la que había varios papeles pegados, con las distintas actividades que el gimnasio ofrecía, enseguida se fijo en que daban clases de boxeo, le preguntó al chico que estaba en la entrada y este le entregó un formulario que Thalia rellenó rápidamente. Pagó el primer mes y como no tenía nada que hacer (en su instituto hippie no les habían puesto tarea), decidió entrar a la primera clase que justo iba a empezar.  


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Le había gustado la clase, la mayor parte del tiempo se la pasaron haciendo ejercicios, sus compañeros no parecían desagradables (ni eran niños hippies), y tenían la misma experiencia boxeando que ella, osea ninguna. 

Después de salir de la clase fue cuando se fijó en ella por primera vez, Thalia no era de fijarse mucho en la gente, pero esa chica de pelo negro había llamado su atención, y la de todos los que estaban alrededor, al haberle hecho un llave de judo al compañero con el que entrenaba, ambos parte de la clase de judo. 

Era muy guapa, en su opinión, morena con ojos marrones. Pero por como actuaba con su compañero, al que acababa de tirar al suelo y ahora abrazaba, era hetero, y tenía novio. 

En cuanto salió a la calle de vuelta a su casa se regañó mentalmente, nos es como si fuese a pedirle salir a una chica que no conocía de nada. Volvió rápido a su casa, colocó las cosas de su habitación, sobre todo para que su madre no pudiese decir que no había hecho nada.


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Las siguientes semanas pasaron bastante rápido. Su rutina era bastante monótona, aunque eso había dejado ya de molestarle. Iba al instituto y luego se pasaba varias horas en el gimnasio boxeando, había encontrado un lugar de la sala donde daba las clases desde donde veía a esa chica, que había descubierto que se llamaba Reyna, mientras ella practicaba judo. 

Por supuesto no iba a admitir que se ponía en ese lugar específico por eso. 

Al principio había decidido intentar ignorar a la chica, pero la veía cada día, desde la clase de boxeo, por los pasillos y vestuarios del gimnasio, incluso se la encontró en el supermercado de al lado de su casa un día. Así que su plan de ignorar su existencia se había hecho pedazos. 

Inevitablemente acabó fijándose en ella. Era bonita, fuerte, y realmente parecía inteligente, aunque no habían intercambiado mas que un par de palabras. 

Su amiga hippie Mallory le había sugerido que hablase con ella, sabía que no tenía novio, el chico con el que estaba la primera vez que la vio tenía una novia que no era Reyna, y por lo que sabía no había nadie más. Pero Thalia seguía pensando que Reyna era hetero. 

Thalia se resignó a mirarla desde lejos.

O por lo menos hasta que Reyna se le acercó un día y le propuso ir a por un café, Thalia no sabía si lo decía como una cita o como amiga, pero realmente le dio igual. 

Hacía mucho que no escribía nada, la verdad es que he estado muy liada, pro tengo un par de ideas nuevas que ire escribiendo e esta historia, ¡espero que os haya gustado, comentad y votad! 💕

One - shots [ Percy Jackson ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora