La oscuridad.
Probablemente, ese era mi más grande miedo desde la infancia. Desde que tengo uso de razón, recuerdo la oscuridad acompañada de mi llanto y gritos por ayuda. Mamá ha hecho su mayor esfuerzo por hacerme entender que nada malo ocurre ahí; no hay monstruos, ni criaturas extrañas saliendo de las sombras, aun así, siempre he preferido el día; la luz del sol deslumbrando mis ojos me recordaba que siempre hay un nuevo inicio, sin importar el desastre que dejó la noche con su paso. Y, aun así, ahí me encontraba yo, a las once de la noche, en el asiento del copiloto mientras Mónica, mi mejor amiga, conducía rumbo a una fiesta que prometía ser tan divertida que nos destruiría completamente.
—Mamá va a matarme —musité con la vista en la ventanilla.
—Le dijiste que te quedarías a dormir en mi casa, ¿cuál es el problema? —resopla la rubia mientras conduce.
—¿Y si me llama por teléfono? Esa fiesta es organizada por los chicos más populares de toda la jodida universidad, ¡será una locura! No podré ocultar el ruido.
—Si te llama por teléfono no le responderás porque se supone que estás dormida, dah. Tranquilízate, Zoe, todo saldrá bien. Esta noche pinta para ser increíble.
Estaba tan perdida en mis pensamientos de culpa e imaginando lo decepcionada que estaría mamá al descubrir mi mentira, que ni siquiera me percaté cuando llegamos al lugar de la fiesta.
Mónica y yo bajamos lentamente del auto, sin poder asimilar lo que nuestros ojos estaban viendo. Una mansión gigante y lujosa con grandes áreas verdes y fuentes coloridas era lo que estaba frente a nosotras. Las paredes eran exageradamente altas y poseían detalles hechos a mano. El jardín era enorme, y podía calcular que cerca de algunos quince autos de lujo estaban estacionados ahí. Ya imaginaba que la mansión Bogdanov luciría elegante, pero, aun así, estar en una casa veinte veces más grande que la mía era algo alucinante.
Desde afuera podía escucharse el escandaloso ruido de decenas de adolescentes divirtiéndose y estaba segura de que la música excedía por mucho los decibeles permitidos en una fiesta. ¿Y a quién le importaría? Los vecinos más cercanos estaban como a medio kilómetro de distancia.
—¿Quién puede vivir en un lugar así? —Escuché a Mónica decir mientras seguía admirando la belleza de la mansión.
—Un mafioso solamente —respondí.
Ella bufó.
—¿Estás bromeando? No creerás que todos esos rumores sobre Matthew son ciertos, ¿o sí?
Comenzamos a avanzar hacia la gran puerta principal, en donde, por supuesto, ya había un montón de personas ebrias. Mi estómago se revolvió de solo pensar en que estábamos a unos cuantos pasos de entrar. Apenas podía creer que realmente asistimos a la fiesta del chico más temido de la universidad.
—Matthew es aterrador retomé la conversación mientras observaba por donde pisaba—. Ni siquiera sé por qué decidí acompañarte.
—El imbécil de tu novio te fue infiel y quieres vengarte metiéndote con uno de los chicos más guapos y populares, por eso estás aquí.
Odiaba la manera en que eso sonaba porque me hacía sentir como una maldita vengativa, pero era verdad. Un par de días atrás, descubrí que mi novio, Nick, llevaba tiempo engañándome. Me hubiera gustado decir que me engañó con una mujer fácil, con alguien que lo sedujo una noche y él cayó por error, pero no fue así. Nick me engañó con una chica común. Ella no era una zorra sin corazón y tampoco era la más popular; era alguien real. La única diferencia era que ella era bonita, o al menos esa fue la única respuesta que Nick pudo darme.
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AURO [#1] ✔️
Mystery / ThrillerUn criminal, un policía, una chica, una mafia y una mente maestra. Todos están relacionados. *** ¿Crees que tu mente es poderosa? Desafíala en este juego mental. Zoe ha sido una lejana admiradora de la increíble belleza de Auro durante mucho tiempo...
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