Raro...

34 4 1
                                    


Yatagarasu: "¿Eh?"

Miro a mi alrededor confundido. Por un lado están los dioses y del otro lado están sus bestias compañeras.

No debería ser así...

Antes de que llegara el golpe, debería de haberme escapado hacia el mundo mortal junto a Yangwu... ... ¿Cómo es que terminé em el medio de estas personas?

Sin dejarme tiempo para pensar, los ataques mortales siguen cayendo arriba mío uno tras otro. Los logro bloquear con mi fuego y mi arma, pero con el paso del tiempo me debilito de a poco.

Puedo sentir mi energía disminuyendo, pero por otro lado, mis contrincantes no muestran tener ninguna señal de cansancio. Todos sus ataques tienen una fuerza y velocidad constante.

No mucho después, Yangwu exhausto cae al suelo. Como él mo tiene estrictamente un cuerpo físico, es imposible que caiga por alguna herida.

Raro... esto es raro...

Por más cansado que Yangwu esté, es imposible que se rinda en tan poco tiempo... Y el cansancio que siento tampoco es normal.

Mientras más pienso más raro me parece toda esta situación... y una idea surge en mi cabeza. Rápidamente miro mis alrededores para verificar mi duda y... lastimosamente tenía razón.

Árboles con flores blancas decoran toda la zona. Como me acostumbre a ver el paisaje blanco nunca sentí ningún tipo de desarmonía en el entorno. Pero... esos árboles no deberían de estar allí.

Los árboles que había, eran árboles artificiales hechos con magia. Una vez que comenzó la lucha, los árboles deberían de haber desaparecido completamente. Y ahora de repente alrededor mío hay un bosque de árboles blancos cuyo origen desconozco... solo hay una explicación.

Me pareció raro que solamente haya 3 dioses... resulta que ella también está acá... Gaia.

Ella es un oponente de la que tengo que tener mucho cuidado, incluso más que Tempestatis. Tal vez ella tenga el poder de ataque y defensa más pobres del grupo, pero sus poderes son engañosos. Si ella te agarra desprevenido, pude matarte sin que te des cuenta... como ahora.

Parece que Gaia se dio cuenta de que ya me percaté de su presencia cuando me puse a ve los árboles. Sin perder tiempo, ella hace los árboles que estaban floreciendo modestamente, empiecen a crecer y florecer sin parar. Las flores no tenían olor, pero podía sentir cómo mis sentidos se adormecen.

Me cuesta poner fuerza en mis piernas, ni sentido del equilibrio se empieza a desvanecerse y mi visión se nubla. Únicamente me mantengo de pie gracias a la ayuda de mi arma que sostiene mi peso corporal.

El hecho de que siga parado es prácticamente un milagro en sí.

Ah... creo que aquí se termina todo...

Me dije a mí mismo mientras veía cómo se acercaban con sus armas hacia mí.

Influunt: "¡Vamos rápido, estas flores no pueden florecer por mucho tiempo!"

Tirado al suelo, sin energía alguna, los efectos del hechizo que prevenía el sonido se disuelven completamente y lo primero que escucho es la voz angustiada de Influunt.

Ausus: "Hermanito... ¿Estás seguro que quieres hacer esto? Puede ser realmente peligroso"

Ductor: "No es la primera ves que lo veo allí dentro"

Ausus: "Pero esos momentos eran otros tiempos, otras circunstancias..."

Ductor: "... Ya lo sé. Tendré cuidado... traeré de vuelta a mi hijo"

En ese momento. Mi consciencia se obscurece completamente.

Alzace 2: El regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora