"Una Omma Para Noah"

''Capítulo 6''

Por Noah:

Aquella mañana, luego de desayunar, miraba por la ventana mientras mi Appa se daba un baño. Observaba como las personas iban de un lado a otro con prisa, hablando por esos aparatos que tanto detesto. Mientras que las demás personas viajaban en sus autos y bicicletas. Nada parecía estar fuera de lo normal. Pero pronto levanté mis orejas e incliné mi cabeza al ver al chico de la otra vez, el chico que lloraba en el parque, debajo de un árbol. Sabía que era él.

En ese momento, comencé a ladrar y a moverme de un lado a otro, agitando mi cola con fuerza. Tenía que hacer que mi Appa nos llevara afuera y así poder seguirle, pero este solo me regañaba, diciéndome que debía guardar silencio sino queríamos tener problemas con los vecinos. Un poco después, mi Appa finalmente decidió llevarme al parque, pero por más que intenté buscarle no logré dar con aquel chico. Tampoco lograba percibir su aroma.

Quería encontrarle, debía hacerlo, más sabiendo lo importante que era para mi Appa; porque la forma en como su corazón se aceleraba y latía más fuerte, solo podía significar una sola cosa. Mi Appa estaba enamorado de ese chico. Lo sabía porque cuando era un cachorro, recuerdo que el corazón de mi Appa latía así por mi Omma, pero una vez ella nos abandonó, su corazón se volvió lento y muy débil. Por momentos llegué a pensar que se detendría y que también perdería a mi Appa, es por eso que ahora trato de hacerlo feliz la mayor parte del tiempo.

El otro día, cuando escuché a aquel chico llorando, supe que él también estaba triste y que su corazón estaba roto como el de mi Appa. Entonces fue ahí cuando se me ocurrió una gran idea. Solo debía juntarlos, así ambos volverían a ser felices; y yo tendría una nueva Omma. Una Omma que me cuide mientras mi Appa no está. ¿Y como podía estar tan seguro de que serían felices juntos? Fácil, porque a aquel chico también le gustaba mi Appa, su corazón lo había delatado, al menos conmigo. 

Por eso, cuando regresábamos a casa, salí corriendo tras de él. Lo había visto a la distancia. Pero no iba a darme por vencido, si quería juntarlos de nuevo, debía alcanzarle y detenerle. Así que corrí lo más rápido que pude, pero él terminó por cruzar la calle y yo por seguirle, cometiendo el error de no fijarme al cruzar. Mi Appa siempre se fija antes de hacerlo, incluso me había enseñado a mí a hacerlo también, pero en aquel lo momento olvidé por completo. Solo podía pensar en alcanzarle, y para cuando intenté reaccionar, ya era demasiado tarde.

Fue entonces cuando un auto me embistió, con tanta fuerza que por poco y me mata. Pero no me podía morir, no ahora cuando estaba tan cerca de volver a tener una familia. Por mucho que me doliera todo, no podía irme de este mundo sin antes cumplir mi misión de hacer feliz a mi Appa. Además, mi muerte le afectaría demasiado, lo dejaría aún más solo y triste que antes. Sé de sobra lo mucho que me ama, y ver como lágrimas bajaban por sus mejillas ante la situación, me hacía sentir aún peor. Ya que la mayoría de las veces, terminó por lamer sus lágrimas hasta hacerle reír.

Unos minutos más tarde, cuando aquel chico llegó a mi rescate, supe con certeza que no me había equivocado,  él era la persona indicada para hacer que el corazón de mi Appa volviera a ser el de antes. Y por supuesto, el suyo también. Porque ese chico era especial, pero más especial era ese otro chico junto a él, ese que parecía cuidarlo a pesar de que él no lo notaba. Incluso ese otro chico me vio y me sonrió, diciéndome que todo estaría bien, que mi esfuerzo no era en vano. 

Al final, terminaron por llevarme a un lugar donde me salvaron la vida, pero no recuerdo mucho de aquello. Para cuando desperté de nuevo, estaba en una jaula, con un fuerte dolor en el cuerpo que a penas y me permitía moverme limitadamente. Pero lo que estaba por venir a nuestras vidas, tanto a la de mi Appa como la mía, hacía que aquel dolor valiera totalmente la pena. Ya que gracias a mi accidente, mi Appa y aquel chico, poco a poco se irían conociendo mejor el uno al otro.