Primera base

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La película había sido divertida, probablemente se convertiría en una de sus favoritas, no sabía si Tony la había elegido porque trataba de béisbol o porque si creyo le gustaría.

Cualquiera que fuera la razón, Steve la había disfrutado de principio a fin, se había sumergido en la película a tal grado que durante el tiempo que duro olvidó su nerviosismo.

El nerviosismo que había estado presente desde el día anterior después de hablar con Tony.

No había sabido que esperar, durante todo el día había estado sintiendo nerviosa expectación, Tony le había dicho que le dejará todo a él, no lo había entendido antes, pero lo entendía ahora, estaban en una cita.

Los créditos de la película comenzaban y Steve estaba concentrado en la pantalla mientras su nerviosismo volvía con más fuerza al estar sentado junto a Tony en la oscuridad.

Se sentía un poco como un adolescente inexperto en su primera cita, era el mismo sentimiento que había tenido en su juventud antes del suero, cuando Bucky le había conseguido su primera cita, lo que había resultado en una chica decepcionada que había terminado escapando de Steve, una parte de él se preguntaba si se habría sentido así para su cita con Peggy, pero no había tenido el tiempo de sentir esa emoción expectante hacia la mujer que había amado.

Steve cerró la compuerta hacia esos recuerdos antes de que la depresión sustituyera a la emoción.

—¿Disfrutaste la película? —preguntó Tony.

—Si, se convertirá en una de mis favoritas.

Tony sonrió. —Lo sé, nuestra pandilla es una película que yo veía con frecuencia cuando era joven.

Steve se encontró enganchado a la sonrisa de Tony, su sonrisa verdadera, no la falsa arrogante que utilizaba con el resto, Steve sabía que era afortunado por ser una de las pocas personas a las cuales Tony sonreía así.

Entendía que estaban en una cita, pero no sabía como actuar en consecuencia, tenía una idea, que le hacía sentir con mayor intensidad una excitación en su vientre.

Saber que Tony estaba dispuesto a salir en una cita con él lo llenaba de una alegría difícil de describir, una emoción que aligeraba su corazón.

—Bueno —dijo Tony con ligereza —. ¿Qué tal un beso?

Steve sintió el sonrojo subirle desde el cuello, carraspeó moviendo su cuerpo para quedar en una posición mas accesible para Tony.

Tony lo veía con una expresión sugerente, con cierta superioridad que sin embargo excitaba a Steve.

—Yo... ¿puedo? —susurró, acercando su mano a la barbilla de Tony, tocó su barba con gentileza antes de llegar a su mejilla.

Pasó sus nudillos sobre su pómulo y descubrió un pequeño sonrojo en sus mejillas, apreció la forma en que Tony lamía sus labios, fue sorprendido al descubrir un nerviosismo como el suyo, continuó estudiando sus rasgos y pequeños gestos nerviosos que le parecieron encantadores, concentró su atención en los ojos café, un brilló expectante ocasionó que su pulso aumentará.

Quería tanto, tanto besar a Tony.

—¿Vas a hacerlo o no? —dijo Tony con diversión.

—Si, pero me gusta apreciar la vista primero —confesó, llevando su pulgar al labio inferior de Tony.

El color rojo cobró mayor fuerza en el rostro de Tony.

Acarició su labio con suavidad, Tony era precioso y quería tratarlo como tal, quería saborear y guardar permanente en su memoria ese momento que muchas veces antes había imaginado.

Tercera baseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora