Segunda base

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-Bienvenido, capitán Rogers.

-Gracias Jarvis -dijo mientras las puertas del elevador se cerraban a su espalda -. ¿Podrías decirle a Tony que me gustaría hablar con él?

-El señor Stark no esta en la torre, capitán.

-Oh -susurró decepcionado -. ¿Podrías decirle cuando regrese?

-Por supuesto.

Steve comenzó a dirigirse a su habitación, había decidido volver por la noche para hablar con Tony, no había podido esperar hasta mañana y regresar con Clint, sintiéndose inquieto por su conversación con Tony el día anterior había optado por regresar cuanto antes, solo que no había esperado no encontrarlo al llegar, ni siquiera podía decir que Tony lo evitaba, dado que él no sabia que volvería antes, y Tony era un hombre extremadamente ocupado fuera de ser un vengador, le sorprendía la manera en que Tony conseguía llevar ambas partes de su vida, era verdad que dependía en gran medida de Pepper, pero también sabia que sin Tony y su trabajo no habría compañía.

La lista de razones y aspectos que encontraba hacían a Tony un hombre maravilloso era extensa.

Steve dejó su pequeño equipaje en el piso y se dejó caer sobre la cama boca a bajo, quería decirle a Tony todo eso, exponerle sus sentimientos, no debió apresurarse en llamar relación a una primera cita y un beso.

Se sentía un tonto.

Suspirando giró de costado, se sentía un tonto, pero realmente quería una relación con Tony, llamarlo suyo, la palabra novio parecía insulsa ante lo que deseaba tener con Tony.

Pero la cuestión era si Tony también quería una relación con él, su respuesta a la pregunta no le daba muchas esperanzas.

Cerca de la media noche Steve escuchó el sonido de la puerta abriéndose, sentándose descubrió a Tony entrando.

Respiró hondo y observó lo nervioso que parecía Tony, lo vio doblar las mangas de su camisa y después deshacerse de la corbata, Tony bufó y metió la manos en los bolsillos de su pantalón.

-Llegaste antes.

Bajó los pies a la suelo. -Quería hablar contigo.

-Jarvis me dijo.

Pasaron largos minutos mirándose el uno al otro.

-¿Cómo estuvo el trabajo? -preguntó en un intento de aligerar el ambiente.

Tony sonrió y comenzó a avanzar hacia la cama.

-Bien, cansado, me preguntaba si querrías darme un masaje, mi espalda y hombros me están matando.

Steve asintió ilusionado por entender que aún tenia una oportunidad con Tony, desechó sus inseguridades y tocó la cama invitando a Tony, lo vio sentarse a la orilla dándole la espalda, Steve se acercó y tentativamente llevó sus manos a los hombros de Tony.

Comenzó a frotar los pulgares cerca de su cuello.

-Quería... - Steve respiró -quería disculparme por mi falta de control la vez pasada.

Los hombros de Tony se sacudieron, lo escuchó reír.

-No soy una inocente chica, Steve, que haya decidido mostrarte lo que significan esas metáforas, no significa que debamos llevarlas al pie de la letra... a veces las cosas podrían ir más allá, se puede improvisar... ¿lo entiendes?

-Lo entiendo -suspiró, entonces recordó algo -. Pero noté tu molestia después de que Clint y Nat llegaran.

-Estaba enojado -confesó, Steve dejó de mover sus manos -. Pero no por lo que paso, o contigo, si no conmigo...

Steve bajó sus manos a la parte baja de la espalda de Tony, deslizó sus manos para rodear a Tony en un abrazo, pegó su mentón a la sien de Tony.

-¿Crees que soy inocente?, ¿un especie de puro virginal? -expuso, quería desmentir esa idea si la tenía, no quería que Tony pensara eso de él.

Tony dejó salir una carcajada.

-Antes del beso, si... después, por supuesto que no, nadie que pueda besar así es inocente en ese ámbito... pero tienes esa parte... -Tony tocó los brazos de Steve -. En fin, usted capitán, besa increíble.

Estrechó a Tony, se sentía feliz, pero aún intranquilo.

-¿Entonces... ?

Tony suspiró pesadamente, Steve depositó un beso sobre su cabello.

-Me moleste conmigo por ir demasiado rápido, pero no por lo que dijiste, si no porque...

-¿Por qué? -lo instó confundido.

-Porque quería hacer durar todo lo más que pudiera, y si no hubiera sido por Clint y Natasha, hubieras tenido un home run esa noche.

Steve parpadeó, su pulso se acelero.

-Oh -dijo con la boca seca.

-Aha -murmuró Tony -. Deje de preocuparme cuando llamaste ayer para preguntar... eso.

-¿Tengo una oportunidad? -preguntó con emoción.

-Tienes todas las jugadas ganadoras.

-Gracias -besó su mejilla.

-No creí que quisieras algo serio conmigo -comentó Tony en voz baja tras varios segundos.

Steve empezó a reír, si tan solo Tony supiera. Planeaba hacerlo entender poco a poco, no quería apresurarse y alejar a Tony de verdad esta vez.

-Créeme lo hago.

Tony no dijo nada, Steve quería mirar su rostro, pero no quería dejar de abrazarlo, saber que sus sentimientos eran correspondidos lo llenaba de una extraña combinación de euforia y calma.

-¿Steve?

-¿Si?

-... ¿Vamos por la segunda base?, realmente quiero mostrártelas todas.

Por un momento creyó que Tony diría otra cosa, no se sintió decepcionado, el tampoco había dicho esas dos palabras, sabia que vendría el momento adecuado, por otro lado, realmente quería experimentar la segunda base.

-Por favor -susurró contra el oído de Tony.

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