Love Alarm || Hyunin

3-.

나를 위해 어렵다
Es difícil para mí

El camino a casa fue silencioso, las cosas entre los dos protagonistas estaban algo tensas por lo ocurrido en el descanso. No se debatió más sobre el tema, los demás sacaron una conversación distinta y ambos no volvieron a alzar la palabra hasta que se separaron para ir a clases. En esos momentos, dónde debían volver a casa juntos, se les hacía bastante incómodo pues nunca solían haber silencios entre ellos. HyunJin temía hablar ya que el contrario se veía muy enfadado y, efectivamente, lo estaba. JeongIn se sentía harto de que todos aprovecharan el hecho de que era el menor para prohibirle o mandar sobre él, no era un niño pequeño pues cómo mucho le llevaban dos años. Aún más le enfadaba que su hyung tan sólo tuviera un año más que él, ¡que se crea con el derecho de mandarle por eso era peor!

—¿No vas a decir nada?—preguntó el rubio mientras fruncía el ceño, aún sin dirigir la mirada a su mayor—. Después de cómo te has portado, ¿ni una mísera disculpa?—esta vez levantó la vista para encararlo, observando la expresión de confusión que poseía Hwang.

—¿Por qué? Lo he dicho por tu bien—respondió de forma indiferente cómo si fuera algo obvio, acto que caló hondo en el contrario pues a él sí que le parecía algo importante—, esa aplicación no es buena—trató de sonar convincente, aunque su tono balanceaba de inseguridad inevitablemente pues no dejaba de ser su crush con el que estaba discutiendo. 

Los pasos de JeongIn pararon al instante—¿Qué? ¿Me lo dice quien se la ha descargado?—su ceño no se frunció y eso era lo que más aterrorizaba al castaño, el rostro neutral del menor daba miedo pues sus ojos afilados perdían el brillo—. Gracias a eso has descubierto que le gustas a HeeJin, yo también quiero descubrir a quién le atraigo—se cruzó de brazos, le parecía una injusticia que todos pudieran aprovechar de Love Alarm menos él.

Era un buen argumento, pero HyunJin no se cansaría de contradecirlo. Era tan fácil cómo borrar su propia aplicación y dejar que el chico fuera libre de descubrir a quién le gusta, ese era su miedo. Sabía que le gustaba a HeeJin, la chica más inteligente y bonita; pero Yang no dejaba de ser la única luz que ilumina su cochambrosa existencia. Él pensaba así y aunque se enterara de que le gusta a diez HeeJin más, jamás sucumbiría a sus encantos pues ya estaba apresado por los encantos de su chico.

Esos eran sus pensamientos, ¿pero JeongIn también haría lo mismo?

Obviamente que no. Bastaría con que descubriera el flechazo que tenía YuNa, la adorable chica del club de baile, hacia él para que olvidara a su hyung y ahí Hwang sí que debería de dar una última despedida a sus escasas -pero existentes- esperanzas.

—¿Y quién te va a querer con esa actitud?—una pequeña sonrisa victoriosa se formó en sus belfos pese a que realmente se sentía fatal emocionalmente, sus propios pensamientos y acciones lo estaban hundiendo.