Capítulo I

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Maletas ya en mano me tocaba pasar por el último control de seguridad y ver por fin a mi tutor. Estaba histérica, ya saben como es estar en un aeropuerto nunca encuentras lo que necesitas, vas toda cargada, sudas, te estresas y ya por fin ves la luz después del túnel y eres libre.
Pero ya llegó el momento conseguí salir y busqué y busqué algún cartel con mi nombre o que alguien me viera tan perdida que pensara "esa debe de ser extranjera" porque la verdad que físicamente paso desapercibida en países como Inglaterra con mis ojos azules, mi piel especialmente blanca porque el sol parece huir al verme y una larga cabellera ondulada y pelirroja. Pero nadie se acercó a mi, no hubo ningún cartel ni recibimiento, no hubo nada...
Hasta que un "pss, pss" como si a un perro se tratara. Me giré de mal humor pero no vi a nadie quizás me estuviera volviendo loca de lo cansada que estaba y la urgente necesidad de una ducha y un abrazo de alguien conocido. Killa, mi gata, me miraba con aire aburrido en su caja de gatos, reflejaba a la perfección todo mi esta de ánimo.
- ¿Disculpa eres Adriana?- volví a girarme sin éxito-.Aquí abajo preciosa-. Por fin ya mire un poco mas abajo y vi a un chico de unos 30 años con un parecido increíble con Orlando Bloom, unos ojos castaños de infarto, delgado con los labios gruesos y el pelo corto del mismo color que los ojos y debería ser alto pero iba en silla de ruedas.Quitaba el hipo con solo mirarlo y encima un acento británico súper sexy que hacia que se te cayeran las bragas a la altura de los tobillos.
-¿ Eres Adriana Alonso?-. No me había dado cuenta de que me había quedado quieta mirándolo fijamente como una psicópata y parecía que ni cuerpo no quería reaccionar hasta que me volvió toda la voluntad y pude contestar.
-Hola si disculpe, soy yo. ¿Es usted Cameron?-. Intentaba sonar con confianza y vocalizar todo lo posible como si fuera una niña pequeña.
- Si soy yo, encantando-. Me tendió su mano para saludarme y le conteste quizás mas rápido de lo que una persona normal lo haría pero es que estaba súper nerviosa y hablar en otro idioma no ayudaba nada a calmarme.
- Bienvenida a Inglaterra señorita Adriana-.
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