Little Dog |Gregstophe

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La noche caía rápidamente en él pueblo de South Park, con la llegada de esta las mascotas ya sabían lo que se venia así que cada una volvía a su respectivo apartamento, uno a uno los dueños de cada mascota iban llegando siendo recibidos por su respectivo animalito. Gregory bajo rápidamente las escaleras, término husmeando entre sus sofás hasta encontrar ese lindo abrigo naranja, se sento en la puerta esperando a la azabache mientras movía rápidamente su pequeña colita de forma emocionada.

Él sonido de las llaves le hizo ladear la cabeza y elevar una oreja emocionado, apenas olió cerca a su dueña empezó a ladrar y dar pequeños saltos emocionado, divisó esa melena negra cubierta por ese gorro rosa y empezó a saltar más fuerte.

—¡Al fin vuelves! ¡Mira conseguí mi... A-abrigo...

Retrocedió bajando las orejas ante la presencia que olía aun lado de la azabache, esta limpió él sudor de su frente y acarició al perrito para dejarle paso al Husky de pelaje marrón.

—¿Y este?. —Pregunto arrugando la nariz.

—Mira precioso, tu nuevo compañero. —Dijo Wendy acariciando al perrote detrás de las orejas, él cual le sonrió de forma burlesca al rubio.

La chica liberó al husky de sus brazos, este rápidamente comenzó a olisquear él aire pasando aun lado del pequeño bichón. Él cual apenas se descuido término clavado de cara en él suelo con él rabo al aire dejando al perro mas grande olerlo.

—¿¡Que mierda!?. —Chillo con la cara completamente roja, se dio la vuelta mirando al intruso de forma fulminante.

—¿Que? Tenias que presentarte, ¿no?. —Pregunto él castaño con una sonrisa afilada, él mas pequeño se cohibió. —Christophe, a tu orden. Princesa. —Observó detenidamente como la cara del rubio se teñia de rojo.

—Princesa no es mi nombre, estúpido. —Afirmo de forma sería. —Gregory.

—Un nombre muy masculino para una hembra. —Ladeo la cabeza dejando caer una de sus orejas.

Gregory se crispo completamente soltando pequeños gruñidos que no pasaron desapercibidos por él grandote. Él cual se coloco en posición de casería.

—¿Que? ¿La princesa se enojó?. —Prgunto burlón, sacando la lengua.

—¡No me llames así maldito idiota!. —Chillo él rubio tirándose sobre él cuerpo del mas grande.

Christophe se aturdió por los rápidos movimientos que daba él rubio, que solo atino a empujar al mas pequeño para hacerlo caer de senton, Gregory soltó un aullido doloroso. Cosa que Wendy no paso desapercibido, dejó la comida de ambos perros sobre la barra de la cocina y caminó hacia él pequeño bichón que seria lloriqueando por su colita herida.

—Christophe, es mas chiquito. No juegues brusco con él. —Regaño la azabache, él husky solo rodó los ojos fastidiado. —Ya, ya bebé. —Acaricio tras las orejitas del perrito, este lamió sus dedos y le miró con sus grandes ojitos azules.

La chica dejó al perrito en él suelo de la cocina, colocó ambos platos de comida frente a sus mascotas y se fue a buscar algo para comer ella, él rubio no lo dudó mucho y comenzó a comer de las croquetas que tenia en su plato, Christophe observó con cierto asco la comida, no le gustaba como olía.

—¿Y esto es...? —Toco la taza, él rubio paro de comer lamiendo parte de su hocico.

—Comida, especial para nosotros; Wendy dice que nos pone bonito él pelo, al menos a mi. —Arrogancia era probablemente la palabra que mas describía a esa mimada bola de pelos.

—Y después dices no ser hembra. —Bufo, hundiendo él hocico en las croquetas para comenzar a comer.

Gregory miro fijamente al Husky con él ceño fruncido, siguió comiendo tranquilamente hasta que sintió un empujón que literalmente lo mando a volar viendo al perro mas grande devorar su comida.